Los aspirantes se dividen entre los que piensan que este proceso “es positivo” por ser una oportunidad y quienes creen que es “una tomadura de pelo” porque no cambiará nada



30 mar. 2014 19:55H
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Hiedra García Sampedro. Madrid
Las aulas del campus de Fuenlabrada de la Universidad Rey Juan Carlos han sido ocupadas este domingo por 1.858 médicos que obtuvieron su titulación antes de 1995 y que han realizado la prueba de Evaluación Clínica Objetiva Estructurada (ECOE) que les certificará como especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria. Tras la realización del examen, los aspirantes han comentado que ha sido “más difícil de lo que se esperaba” y sobre todo, “bastante largo”.

Imagen de algunos aspirantes en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Madrid no ha sido la única sede donde se ha celebrado la prueba. En Sevilla, se han examinado un total de 579 médicos, y en Barcelona, 289. Ha sido la última oportunidad para que los profesionales que no tuvieran la especialidad reconocida legalmente pudieran acreditarse.

“Venimos con la ilusión de pasar este trámite, que no es más que eso, un trámite”, ha asegurado a Redacción Médica antes de la realización del examen el secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), Francisco Miralles, quien ha recordado que esta prueba estaba prevista en el Real Decreto de 1999 de acceso excepcional al título de médico de Familia.

“La mayoría de nosotros tenemos plaza fija o muchos años de interinidad”, relata Agustín, quien se ha trasladado de Asturias a Madrid para hacer la prueba tras haber enviado hace un año su inscripción y recibir el visto bueno por parte del Ministerio de Educación. En total, recibieron su citación 2.726 médicos, de las más de 3.500 solicitudes que llegaron al ministerio. Agustín cree que esta prueba es “positiva” porque da la “posibilidad de acceder al título a gente que en su momento no tuvo la oportunidad por desproporción entre las plazas MIR y los egresados de las facultades, por lo que tuvieron que buscarse la vida de otra manera”, relata.

Pero no todos se han mostrado optimistas. Un médico de Castellón preguntado por Redacción Médica ha asegurado que la prueba “es una tomadura de pelo”, ya que es un proceso que no va a cambiar nada. “Yo ya llevo 20 años trabajando, pero por circunstancias de la vida no pude presentarme al MIR”, se lamenta, y comenta que no se ha preparado especialmente para este examen porque en Medicina “la dinámica formativa” está implícita.

La prueba ha constado de cuatro partes, una serie de casos clínicos, de concordancia de scripts, unos vídeos para comentar y un test de 60 preguntas. Un examen que ha sido bastante largo y más difícil de lo que se esperaba, según han comentado a este diario tras finalizar la prueba. Para afrontar este examen, las sociedades científicas de la especialidad (SEMG, Semfyc y Semergen) crearon en febrero un curso preparatorio al que se inscribieron 1.470 aspirantes.


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