Alumnos estudiando en la biblioteca.
Cuánto estudiar en Navidades puede ser una duda común entre los médicos
aspirantes al MIR 2026, que no saben si es mejor optar por un equilibrio o seguir una planificación reglada como si se tratase de una fecha normal.
Para José Curbelo, médico internista y experto en MIR, es algo que está claro:
“Nadie en su sano juicio debería estudiar días como el 24, el 25, el 31 o el 1. Es decir, yo me cogería cuatro días de descanso sin ningún tipo de duda ni de remordimiento”, afirma. Y es que, independientemente de la planificación que dan muchas academias a sus estudiantes, el docente
no piensa que cuatro días de descanso vayan a influir negativamente, teniendo en cuenta que muchos llevan estudiando desde julio o incluso desde septiembre de sexto de Medicina.
Desde el punto de vista de Curbelo, durante esos
meses de estudio el alumno ha podido comprobar que el método de
estudiar una semana muy centrado solo en una asignatura o en dos no es una garantía para que haya una mejora en los simulacros,
puede que incluso implique bajar de nota. “¿Qué va a cambiar realmente un solo día en medio de la Navidad?
¿Crees que por tú estar estudiando mientras el resto no está haciendo nada, vas a adelantar grandes cosas? ¡Error!”, señala el facultativo.
El descanso como necesidad
Al contrario de como muchos pueden verlo, Curbelo insiste en que
el descanso no se debe ver como un premio que hay que merecerse, sino como una necesidad y una inversión a partes iguales: “No pienses que si tú estás
estudiando mientras los demás se paran en
boxes, vas a adelantar posiciones. Todo lo contrario:
en la siguiente curva te van a rebasar y dejar en la cuneta”, menciona. Además, alega que hay que tomárselo como “una inversión de futuro” para iniciar enero con “las pilas cargadas”.
El
experto en MIR advierte de que
la alternativa a eso no es algo que tenga una funcionalidad real: “Seguir estudiando mientras te arrastras por las fechas navideñas; estudias pero no, no tienes la satisfacción de estar aprovechando el tiempo para estudiar, pero
tampoco estás descansando y al final todo se diluye”, comenta. También añade que esto puede suponer que se carga con la culpa y la frustración, en lugar de aprovechar para desconectar. Ante todo, sugiere que los médicos que se están preparando el examen salgan “del mundo de la Medicina y del MIR” por un rato y que
hablen de cosas diferentes con sus familias, para “coger un poco de perspectiva”.
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