Catalina Lara, coordinadora del Grupo de Trabajo de Dolor de la SEFH y Agustín Mendiola, coordinador de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Puerta De Hierro de Majadahonda.
Que Sanidad haya recnocido oficialmente el dolor no oncológico como una enfermedad marca un
punto inflexión en el abordaje sanitario de esta condición que afecta a miles de personas en España. Así lo han expresado para
Redacción Médica el facultativo Agustín Mendiola, coordinador de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Puerta De Hierro de Majadahonda (Huphm), y Catalina Lara, coordinadora del Grupo de Trabajo de Dolor de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH). Ambos aseguran que se trata de un avance
importante para impulsar nuevas terapias y para visibilizar al paciente.
Uno de cada cuatro adultos en España, es decir,
el 25% de la población, sufre dolor crónico, revela Mendiola: "Más de la mitad de quienes lo padecen lo sufren con una intensidad elevada, lo que lo convierte en un
problema de salud pública de gran magnitud" que ahora se podrá abordar más fácilmente, mejorando "el acceso de los pacientes a recursos sanitarios y sociales". Esta cifra supera a la de otras patologías como la
hipertensión arterial o el dolor lumbar, que afectan al 20% de los españoles.
Lara también ha querido defender el reconocimiento del dolor no oncológico como enfermedad crónica: "El dolor lo hemos entendido tradicionalmente como un síntoma de otras enfermedades, sin embargo, cuando el dolor pasa a ser crónico y altera otras esferas de la vida del paciente deja de ser un síntoma". Por lo tanto, expresa que este progreso "permitirá abordar el tratamiento del dolor desde el modelo biopsicosocial, es decir, tener en cuenta el
aspecto biológico, psicológico y social de la enfermedad" a través de "un lenguaje estandarizado" entre todos los profesionales que permitirá seguir avanzando en la investigación y en el tratamiento del dolor.
Financiación de nueva terapias
Mendiola tiene claro cuál será el principal beneficio de incorporar esta novedad en la
Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad del Sistema Nacional de Salud (SNS). "Facilitará el
impulso de la investigación clínica, la aprobación y financiación de nuevas terapias, y el acceso temprano a tratamientos innovadores que actualmente se encuentran en fases de investigación", asegura.
Aunque también señala otros como la "dotación de recursos específicos" (humanos, técnicos y económicos), la
"creación de nuevas Unidades del Dolor" en hospitales más pequeños o comarcales "donde actualmente no existen", mejorar "la equidad de acceso a tratamientes" sin tener en cuenta el lugar de residencia del paciente e incluir el tratamiento del dolor "en la cartera de servicios comunes, lo que permitirá reducir listas de espera y garantizar una atención de calidad".
Tratamiento terapéutico
Respecto a nuevos cambios en el
arsenal terapéutico para el tratamiento del dolor crónico, el facultativo cuenta que se ha pasado de "técnicas básicas" (infiltraciones con anestésico local o neurolisis con alcohol) a "tratamientos mucho más avanzados como la radiofrecuencia, la neuromodulación medular y periférica o las técnicas de Medicina regenerativa." Además, Mendiola habla de
nuevas opciones emergentes: "El uso de fármacos biológicos dirigidos a enfermedades inflamatorias o autoinmunes, que podrían tener un papel relevante en ciertos cuadros de dolor crónico complejo".
Sin embargo, desde Farmacia Hospitalaria, Lara no habla de un cambio del arsenal terapéutico, si no de
un mejor empleo: "Más eficacia y un uso más seguro". Reconoce que los
opioides son los principales medicamentos utilizados porque son muy eficaces, pero requieren un "seguimiento muy estrecho" por sus efectos y addición que suponen.
En este sentido, "trabajar de forma conjunta entre profesionales" puede
cambiar la forma de abordar los tratamientos y llevar "un seguimiento farmacoterapéutico adecuado" puede disminuir el uso de estos medicamentos. "El farmacéutico de hospital es imprescindible para el uso racional de la medicación en esta enfermedad crónica", afirma.
Así, también pueden ser efectivas otras medidas. "Por ejemplo, creemos que un gran aliado puede ser el ejercicio físico", dice Lara. Pero, sin duda, el mayor avance de reconocer el dolor como enfermedad crónica es la concienciación: "Ayudará a
tomar mayor conciencia de la situación y por tanto a ampliarse el número de centros que tengan unidades especializadas en dolor crónico y mayor número de centros orientados al tratamiento de dolor crónico infantil".
Enfoque multidisciplinar integral
Es cierto que Mendiola recuerda que las Unidades del Dolor están "especificamente orientadas a tratar a los
pacientes que a menudo presentan un importante sufrimiento, aislamiento y falta de comprensión". Por eso, explica que allí se cuenta "con recursos técnicos y terapéuticos avanzados" como procedimientos intervencionistas complejos que no están disponibles en otras especialidades.
"No obstante, esto no exime al resto de profesionales sanitarios de su implicación en el manejo del dolor", señala. Y es que el facultativo recalca que "el tratamiento del dolor es
una responsabilidad compartida por todas las especialidades médicas" porque es "uno de los principales motivos de consulta" tanto en Atención Primaria como en los servicios hospitalarios.
Por esta razón, Mendiola indica que actualmente
se promueve "un enfoque multidisciplinar e integral" a través de comités o equipos de tratamiento del dolor, donde se integran distintas especialidades. "Este abordaje
combina tratamiento farmacológico, intervencionista, rehabilitador, psicológico, emocional y causal, permitiendo una atención más global y centrada en el paciente", explica.
Lara suscribe las palabras del facultativo y confirma la importancia de la participación para tratar la enfermedad: "La atención sanitaria, sin duda, precisa un
abordaje multidisciplinar de diferentes especialistas entre los que estaremos para colaborar como farmacéuticos de hospital".
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.