Prácticas de Medicina
Las
prácticas universitarias son un punto de inflexión para los
estudiantes de Medicina. Durante esta etapa, los futuros médicos tienen su primer contacto real con el entorno hospitalario, enfrentándose a especialidades que definirán su vocación. Sin embargo, no todos viven esta experiencia de la misma manera. El valor formativo de las prácticas depende del compromiso de los tutores, la
carga de trabajo del hospital y las oportunidades reales para interactuar con pacientes. Para algunos estudiantes, este periodo formativo durante la carrera es una fuente de inspiración, mientras que, para otros se convierte en una
experiencia observacional sin verdadero aprendizaje.
Carlos Cañavate, residente de
Medicina Interna en la
Fundación Jiménez Díaz, recuerda que su experiencia como estudiante fue clave para la
elección de especialidad. Sin embargo, señala que el nivel de implicación del
tutor y el trato hacia el estudiante pueden cambiar completamente la percepción.
“Yo lo que haría para mejorarla sería involucrarte más. Es cierto que no puedes ponerte a ajustar dosis o diagnosticar, pero
se puede involucrar un poco más al estudiante", reconoce este MIR, quien como prueba de su teoría, menciona a aquellos alumnos que, tras ofrecerles cierta autonomía, "le han escrito" para acompañarle en alguna de sus
guardias.
Cañavate destaca que la
calidad de las prácticas depende, en gran medida, de aquellos encargados de supervisarlas. “Un buen tutor te da confianza, te deja preguntar, te explica. Pero he visto a compañeros que apenas tenían contacto con ellos, y eso les hacía sentirse invisibles”, afirma.
Para él, las prácticas deberían ser una
experiencia inmersiva, donde el universitario no sea solo un observador, sino alguien activo. “El estudiante va a ser médico, entonces involucrarlo un poco más y hacerle un poco más de caso. Son personas”, añade. A pesar de las dificultades, asegura que repetiría su experiencia: "Estoy muy contento, la volvería a hacer”.
"Las prácticas no deciden, pero sí influyen"
Felipe Rodríguez, quien aún no ha elegido su
especialidad MIR, reconoce que las prácticas no han sido determinantes en su decisión, pero sí le han dado una idea clara de qué ramas le atraen. “Seguramente escoja
Familia o Psiquiatría. No es que las prácticas me hayan hecho elegirlas, pero sí me ayudaron a ver aspectos que me interesan”, señala.
Felipe destaca que
las prácticas no siempre preparan para la residencia. “En los dos primeros años eres
prácticamente un espectador, y aunque en sexto tienes más contacto, la mayoría del tiempo solo observas. No es una
preparación real para la residencia”, afirma.
El estudiante considera que esta
falta de contacto práctico es una oportunidad perdida. “Te encuentras con
tutores que están demasiado ocupados o que no quieren que los estudiantes hagan nada. Eso te deja con una visión superficial de la especialidad”, explica.
Sin embargo, reconoce que su experiencia no fue completamente negativa. “Cuando tienes un buen tutor, alguien que se preocupa por enseñarte, es otra historia. Recuerdo una rotación en Psiquiatría donde el médico me hacía preguntas, me dejaba explorar al paciente... ahí me di cuenta de que me interesaba”, comenta.
"Una experiencia observacional, pero decisiva"
Antonio Enrique eligió
Endocrinología y Nutrición, una decisión marcada por su interés en la fisiopatología y el metabolismo. De hecho, reconoce que las horas que pasó en esta área en su sexto año de carrera fueron decisivas.“El trato que recibí de los adjuntos y residentes fue excelente. Vi que tenían una calidad de vida muy buena, podían conciliar trabajo y familia, y eso me convenció”, explica edte MIR.
Sin embargo, es de los que piensa, como Rodríguez, que asomarse a algunas especialidades en el hospital en el grado no te otorga "ni las
herramientas ni los conocimientos para integrarte en la asistencia sanitaria. Además, los médicos y enfermeros tienen una carga importante que muchas veces impide que hagan docencia adecuada”, añade.
¿Cumplen la ley de prácticas los hospitales?
Otra de las preocupaciones de los estudiantes de Medicina es la
capacidad real de los hospitales para acoger estudiantes en prácticas sin comprometer la calidad de la enseñanza. Según el presidente del CEEM, Markel Gamarra, la ley establece que no puede haber más de cinco personas-incluyendo adjuntos, MIR o estudiantes- atendiendo a un paciente al mismo tiempo. Sin embargo, el crecimiento de nuevas facultades de Medicina y sus convenios de prácticas han generado una sobrecarga en algunos centros del Sistema Nacional de Salud.
Gamarra lleva tiempo advirtiendo que
muchos hospitales no cumplen con esta regulación y que esto podría afectar la calidad formativa. Los estudiantes insisten en la necesidad de realizar estudios para determinar la capacidad real de cada hospital y garantizar que el aumento de estudiantes no se traduzca en una
experiencia superficial.
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