Integrar en el grado contenidos relacionados con el liderazgo y la profesionalidad impulsaría al médico docente

Estudiantes de Medicina, cómo ser médico de ocho estrellas
Estudiantes de Medicina.


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La educación y la Medicina siempre han estado vinculadas. Y es que, aunque la práctica clínica sea esencial en la formación de los futuros médicos, el liderazgo educativo debería ser otro de los principales pilares de los planes docentes, sobre todo, del grado de Medicina. Así lo asegura un estudio realizado en Pakistán, cuyo objetivo era analizar cómo conseguir que un médico, al acabar su etapa académica, sea capaz de desarrollar su octava función -una de las más demandadas de los sistemas sanitarios según la investigación-, la de docente, y, así, ser un médico de ocho estrellas.

De hecho, esta demanda no viene de ahora. La propia Federación Mundial para la Educación Médica (WFME) pone cada vez más énfasis en la necesidad de pasar de planes de estudios tradicionales y didácticos a un aprendizaje centrado en el estudiante y que sea permanente. Sobre todo, haciendo alusión a los casos de estudio, a la enseñanza a pie de cama y a la educación interprofesional de los estudiantes de Medicina, "fundamentales" en las nuevas tendencias modernas.

El estudio refuerza la necesidad de incorporar contenidos relacionados con la enseñanza, el liderazgo y la profesionalidad. Para llegar a dicha conclusión, los investigadores pakistanís diseñaron un estudio de múltiples fases y métodos mixtos. La primera parte consistió en una revisión exhaustiva de bibliografía, seguida de un consenso de expertos mediante la 'técnica de grupo nominal' (NGT) con 19 profesionales del país en educación sanitaria.

Consenso entre expertos sobre la educación médica


A continuación, se llevó a cabo un proceso e-Delphi de tres rondas, en las que participaron 69 expertos de todo Pakistán. Los integrantes del grupo calificaron la importancia de los contenidos que se imparten actualmente utilizando una escala Likert de tres puntos. Por su parte, la estabilidad de las respuestas en todas las rondas se evaluó mediante la prueba de McNemar.

El proceso simplificó 54 elementos de contenido iniciales a 37, eliminando 12, modificando 5 y añadiendo 2 nuevos temas. El proceso Delphi condujo a un consenso sobre 17 elementos clave, entre los que se incluyen la enseñanza a pie de cama, las habilidades procedimentales, el liderazgo, la comunicación, la profesionalidad, la ética médica y la seguridad del paciente.

Aunque existiera un consenso pleno en ciertos temas, hubo aspectos en los que hubo discrepancias. Entre ellos, cómo se tendría que diseñar un plan de estudios o incluso las teorías del aprendizaje a aplicar.

Hacia planes docentes menos densos


Algunos de los participantes señalaron que la inclusión de los contenidos mencionados podría contribuir a una sobrecarga cognitiva y no reportar beneficios prácticos inmediatos, ya que, en caso de que se modificaran, los planes serían más densos de lo que son.

Sin embargo, sí que coincidieron en la relevancia de formar a los estudiantes como 'profesores'. Y es que los resultados recogidos indican que se deben incluir módulos dentro del temario relacionados con la comunicación, la profesionalidad y la retroalimentación para garantizar que los alumnos están preparados para desempeñar funciones educativas.
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