Un estudio científico revela las carencias de la formación híbrida pese a las ventajas en flexibilidad

Un estudio analiza el absentismo en la formación online en Medicina
Los expertos subrayan que la formación online en Medicina no puede sustituir a las prácticas presenciales.


SE LEE EN 3 minutos
Las medidas de seguridad y prevención para hacer frente a la pandemia de coronavirus trajo consigo un cambio de paradigma en diversos ámbitos, incluido el de la formación en Medicina. Las herramientas digitales permitieron que no se frenaran las clases con sesiones telemáticas, y las ventajas que ofrece esa alternativa han hecho que siga empleándose aun habiendo superado la crisis sanitaria. Pero no todo son pros. Un reciente estudio demuestra que la enseñanza híbrida en Medicina -combinando formación clínica presencial con sesiones por internet- se ha convertido en un agujero de absentismo. Según investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán, la flexibilidad de las clases virtuales favorece que muchos alumnos se escaqueen, lo cual conlleva vacíos de aprendizaje que ponen en riesgo la calidad de su formación.

La investigación, publicada en BMC Medical Education, se basa en el análisis de un curso de Medicina Interna que incluía 60 sesiones online y prácticas hospitalarias. Duró cuatro meses y participaron 89 estudiantes de Medicina y 12 profesores, que completaron varias encuestas sobre su experiencia. Los investigadores recuerdan que este modelo de curso surgió tras la pandemia para complementar la enseñanza presencial con debates, casos clínicos y talleres. Los estudiantes objeto del análisis valoraron las ventajas de la enseñanza a distancia destacando “la flexibilidad de los horarios” y el “acceso más fácil a los profesores”, así como la calidad de la plataforma utilizada y de los instructores. En el caso de los docentes, explicaron esta modalidad formativa les permitía “cubrir una amplia gama de temas” con mayor facilidad y ahorrar tiempo en desplazamientos. En general, la satisfacción de ambas partes era alta, pero, de acuerdo a los resultados del estudio, ese mismo atractivo se convirtió en un arma de doble filo: pronto afloraron las quejas.

Varios estudiantes admitieron que dejaban de conectarse al curso por “el horario inapropiado de las sesiones y preocupaciones personales”, mientras que otros lamentaron que algunas clases eran “demasiado largas” o “poco atractivas”. Por su parte, los profesores se quejaron de que había “participantes inactivos” y “dificultades con la comunicación”. Dicho de otro modo: muchos alumnos aparecían conectados pero con las cámaras apagadas. La sensación, para muchos, era la de estar ablando en un auditorio vacío.

Formación online en Medicina: sólo un recurso


Los investigadores advierten de que en muchas sesiones no se alcanzó el 75 por ciento de asistencia y de que la posibilidad de ver a posteriori la sesión formativa grabada alentaba a “dejar la clase para otro momento”. “La falta de contacto visual y de presión social en el aula reduce el compromiso del estudiante”, señalan los expertos, que subrayan que las habilidades clínicas no pueden adquirirse sólo a través de la pantalla. “El aprendizaje en línea se percibe como útil y complementario”, dicen, “pero no reemplaza los componentes presenciales esenciales para el entrenamiento práctico”.

Para frenar el absentismo digital, en el artículo se propone ajustar horarios, reforzar la participación con actividades más dinámicas y reconocer institucionalmente el trabajo extra que supone para los docentes preparar materiales digitales de calidad. También se sugiere hacer un seguimiento más riguroso de la asistencia del alumnado. En definitiva, se concluye que la enseñanza híbrida es una herramienta valiosa, pero que necesita reglas claras para evitar que la comodidad acabe socavando la calidad de la formación médica.
Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.