Diego Cantó, estudiante de Medicina.
Un
médico nunca sabe cuándo va a vivir ese acontecimiento que marcará su vida laboral y que recordará a lo largo de los años. Y, en ocasiones, este evento puede pasar antes de graduarse. Es lo que le ha pasado a
Diego Cantó, estudiante de sexto de Medicina, que se ha convertido en el protagonista de una escena de las que ocurren en las películas, cuando
el lunes paró un tren que iba de Alicante, su ciudad, a Castellón, para socorrer a una mujer que necesitaba asistencia sanitaria urgente. “Yo estaba estudiando tranquilamente con los cascos puestos, y de repente oigo por la megafonía que había un problema en el tren y que, si por favor,
podía acudir un médico al vagón 18, en el que estaba yo”, relata a
Redacción Médica. Fue entonces cuando se levantó y se encontró con el panorama:
había una mujer tumbada entre los asientos con claros signos de dolor.
Cantó se acercó a la mujer y le dijo que era estudiante de sexto de Medicina, por si necesitaba algo: “A los pocos minutos, viene el interventor del tren y me dice que
no hay ningún médico en todo el tren. Le dije que era estudiante y me dijo: ‘me sirve’”, relata. Fue entonces cuando procedió a
hacerle una anamnesis a la chica, que era danesa, por lo que la conversación tuvo que ser en inglés durante todo el rato. Le comentó algo que encendió todas las alarmas del estudiante de Medicina, ese mismo viernes le habían hecho una
extracción de óvulos. Confiesa que se asustó realmente cuando fue a explorar el abdomen, donde se concentraba el dolor: “Vi que tenía un abdomen en tabla, muy reactivo. Ese mismo día había tenido un vuelo de tres horas y media, habiendo estado hormonada para el
tratamiento de fertilidad, lo cual
me hizo sospechar de un sangrado en el folículo que provocara una peritonitis hemática reactiva”, explica. Sin saber a ciencia cierta cuál podía ser el diagnóstico, lo que le estaba claro para él era que tenía que ingresar en el hospital de inmediato.
El tren se paró para socorrer a la mujer afectada
En un momento dado, Cantó relata que el interventor le preguntó sobre cómo había que proceder para que la mujer estuviera a salvo: “
Le dije que consideraba que había que parar y llevarla al hospital, pero me dijo que la parada más cercana era Valencia, a más de una hora, pero era demasiado tiempo”, dice. Entonces, el interventor le propuso parar en Xàtiva (Valencia), porque sabía que había un hospital cerca y pidió que la ambulancia estuviera en la puerta del vagón para trasladarla, y así fue.
“La chica tenía mucho miedo, porque pensaba que la sanidad aquí era como en su país, y que tendría que pagar”, señala el
estudiante de Medicina, que le explicó que no era una opción volver al piso que tenía alquilado a ver si se le pasaba, como ella pretendía hacer.
Cuenta que intentó acompañarla en la ambulancia, pero como no era médico aún, y no era familiar, no le dejaron subir:
“Le di mi teléfono por si tenía algún problema. A la media hora recibí una llamada suya en la que me pedía que le transmitiera lo que le pasaba al médico, que no sabía inglés”. A las once de la noche, la mujer le avisó de que estaba ingresada y que
la causa era justo la que Cantó había previsto, sangrado en el folículo. “Esta mañana me ha dicho que estaba mucho mejor del dolor y estoy esperando que me diga que le han dado el alta”, añade.
En el momento del incidente, Cantó se encontraba estudiando para el
examen MIR en el tren, al que se presenta en enero. Cuenta a este medio que
su vocación desde siempre ha sido la Cirugía Cardiovascular o la Cirugía Torácica que aunque no tienen que ver con el caso práctico que vivió volviendo a Castellón, le ha servido de experiencia para su futuro trabajo como médico.
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