Enfermera cuidando a una paciente.
No es habitual encontrarse con una oferta de empleo en
Enfermería en la que no se pida experiencia previa y, además, el sueldo sea más que aceptable. Sin embargo, esta oportunidad existe, y tiene un rasgo que la hace diferente ya que
el centro está situado en un entorno rural al que solo se puede llegar en coche.
Ese detalle, que podría echar para atrás a más de uno, es también lo que convierte
este empleo en una opción atractiva para quienes buscan algo distinto. El puesto es para trabajar en una
Maison d’Accueil Spécialisée (MAS), un centro privado situado en Lot, un departamento al sur de Francia que acoge a adultos con discapacidades severas y alta dependencia. Allí viven 65 residentes, atendidos por un equipo de más de 80 profesionales que trabajan de forma conjunta.
La rutina de estas enfermeras va más allá de preparar y administrar tratamientos, supervisar la salud o acompañar a consultas... también participan en la vida diaria de los residentes ayudando en au aseo, vestido o alimentación. Todo ello en colaboración con
un equipo interdisciplinar que da prioridad al trato humano y a la atención integral.
Sin experiencia, pero con ganas
El requisito básico es
tener el título de enfermería homologado en Europa y un nivel de francés intermedio (B2). Lo curioso de esta oferta es que no se pide experiencia previa. Esto abre la puerta a recién graduados o a profesionales que quieran dar un nuevo rumbo a su carrera sin la presión de tener demasiado currículum.
Eso sí, la empresa
busca gente con vocación, capacidad de adaptación y ganas de trabajar en equipo. Y es que, el contacto con personas en situación de gran vulnerabilidad requiere sensibilidad y compromiso, recuerdan, pero también ofrece una experiencia profesional y personal muy enriquecedora.
En un sector en el que a menudo se denuncian las cargas de trabajo o la falta de reconocimiento, este empleo ofrece unas
condiciones laborales que pueden resultar atractivas.
El salario mensual neto oscila entre 1.900 € y 2.500 €, dependiendo de la experiencia y los turnos. Además, se ofrece alojamiento compartido durante los tres primeros meses por solo 120 € al mes, una ayuda importante para quienes se trasladan desde otro país.
La jornada es de 40 horas semanales en turnos fijos de mañana o tarde, con dos domingos trabajados al mes. Lo interesante es que, gracias al sistema francés, esas
horas extra por encima de las 35 semanales se traducen en 27 días de recuperación al año, que se suman a los 27 días de vacaciones pagadas y a 13 días de descanso adicional. En total, más de 65 días libres cada año.
El lado menos cómodo: la ubicación
El "pero" de esta oferta es que
el centro está en una zona remota, sin transporte público disponible. La única manera de llegar es en coche, por lo que disponer de vehículo propio es imprescindible. Este detalle, que puede verse como un hándicap, explica el por qué se ofrecen buenas condiciones y no se exige experiencia previa.
Quien acepte el reto descubrirá una región tranquila, con paisajes naturales, lejos del estrés de las grandes ciudades y con la posibilidad de
desarrollar su carrera en un entorno estable y humano, tal y como destaca la propia oferta.
Además, el centro y los programas europeos de movilidad, como EURES, facilitan la
adaptación de los nuevos trabajadores. Se ofrece ayuda en trámites administrativos, posibilidad de financiación para cursos de francés y apoyo en los gastos de desplazamiento. Todo pensado para que la llegada al nuevo entorno sea lo más sencilla posible.
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