El CGE está en pleno proceso para incorporar las alegaciones a un renovado documento que espera publicar en 2025

 La presidenta de la Comisión Deontológica Nacional de Enfermería del CGE, Tayra Velasco, hablando sobre el Código Deontológico de Enfermería en 2025
La presidenta de la Comisión Deontológica Nacional de Enfermería del CGE, Tayra Velasco.


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Las responsabilidades éticas de las enfermeras están en proceso de adaptación al siglo XXI. Dicha transformación se realiza a través de la actualización del Código Ético y Deontológico de la Enfermería Española, nacido a finales de los años 80. El organismo colegial de la profesión ha confirmado que la aprobación del nuevo texto se encuentra en su fase final. Es más, se cree que recibirá luz verde en 2025. Un documento que no apuesta por las singularidades y pretende dar respuesta a todas las tituladas, al guiar su actuación a través de la diversidad sexual, la atención a la salud mental o la objeción de conciencia, áreas no específicadas en el texto vigente.

El marco que rige la actuación de las enfermeras en España fue creado en 1989 por el CGE y su última actualización data de 1998, cuando se modificó a nivel de formato, pero no de contenido. Desde entonces, la sociedad, el sector y el proceso asistencial han cambiado de forma evidente. Razón por la que se intuye primordial reformular el documento para facilitar la cobertura de la realidad presente. "Buscamos dar respuesta a todos los escenarios en los que Enfermería está involucrada, con el objetivo de brindar una atención de calidad", ha remarcado la presidenta de la Comisión Deontológica Nacional de Enfermería del Consejo General de Enfermería (CGE), Tayra Velasco, a Redacción Médica

De esta forma, el borrador diseñado por el gremio enfermero integra temas como la relación clínica, la comunicación de malas noticias, la sexualidad y reproducción, la genética, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la seguridad del paciente o la prescripción. Asimismo, tampoco se olvida de las competencias de las citadas sanitarias. Por ello, la reforma insiste en el rol investigador y docente de la profesional, además de en su valor como diseñadora de políticas de salud o líder de equipos, servicios e instituciones de distinto nivel. Funciones poco a poco más corrientes dentro del ámbito de la Enfermería, aunque todavía por detrás de compañeros del ámbito, como los médicos.


Novedades aportadas por la actualización


El texto firmado por la profesión traslada la actuación enfermera a la actualidad. En parte, por la inclusión de determinadas normativas que no existían en el momento que se publicó la versión vigente del Código Ético y Deontológico. Es el caso de la Ley básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. "El borrador incorpora instrucciones en la práctica asistencial sobre el consentimiento informado, lo que supone un cambio importante en la relación clínica", ha indicado Velasco. Es más, la mencionada normativa permite al afectado negarse a recibir información o tratamiento. 

Asimismo, la renovación amplia el apartado sobre cuidados paliativos, además de abordar la sedación, la limitación de los tratamientos de soporte vital o la eutanasia. "Era un punto cuyo desarrollo era necesario", ha señalado la representante del organismo colegial. Además, el futuro código añade puntos sobre la donación y trasplante de órganos, inexistente en el de 1989. "El 90 por ciento del personal que labora en este ámbito son enfermeras, por lo que no tenía sentido que no formase parte de la reforma", ha agregado.


"Buscamos dar respuesta a todos los escenarios en los que la Enfermería está involucrada"



Por otro lado, el borrador incide en el abordaje de la historia clínica de los pacientes por parte de las sanitarias. "Se suman peculiaridades sobre el uso de las claves de entrada, dado que en ocasiones se realizan accesos indebidos desde el punto de vista deontológico. Hay que recordar que siempre debemos preservar la confidencialidad de dicha información", ha afirmado Velasco. 

También hay espacio para el manejo de nuevas tecnologías, como la Inteligencia Artificial o la asistencia telemática, cuya regulación es fundamental. "Siempre deben de contar con supervisión humana", ha aseverado la la presidenta de la Comisión Deontológica Nacional de Enfermería de la entidad colegial. A su vez, se aportan puntos sobre diversidad sexual, al no valorarse determinadas realidades personales en el texto vigente, lo que compromete la atención a determinados perfiles de usuarios del Sistema Nacional de Salud (SNS). 


Previsión de publicación para 2025


"Esperamos poder tenerlo aprobado para finales de este año", ha indicado la presidenta Comisión Deontológica Nacional de Enfermería del CGE. De momento, el borrador deberá superar el test de proporcionalidad de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Un requisito demandado en el Real Decreto 435/2024 por el que se modifica el Real Decreto 472/2021 e incorpora al ordenamiento jurídico español la Directiva (UE) 2018/958, del Parlamento Europeo y del Consejo, relativa a la mencionada prueba antes de adoptar nuevas regulaciones de profesiones.

Así, los entes colegiales deben someterse al análisis de la CNMC, encargada de evaluar la propuesta y garantizar que las modificaciones planteadas no responden a la inercia, sino a un ejercicio de reflexión en pro de las necesidades del conjunto del colectivo. Se trata del paso previo a su aprobación.


Camino seguido por la profesión


No obstante, antes de llegar al final del proceso, el departamento del CGE encargado del Código Ético y Deontológico ha circulado por una larga senda para impulsar su reforma tras varias de décadas sin alteración. Un camino que ha expuesto su presidenta ante la atenta mirada de la Enfermería internacional. Y es que la representante de la entidad fue una de las ponentes españolas durante el Congreso del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), celebrado en Helsinki (Finlandia).

Velasco ha enumerado las cinco fases por las que ha pasado el proyecto de renovación. Primero, la revisión y análisis de los códigos deontológicos internacionales, nacionales y autonómicos, además de los afines a otras disciplinas, como Medicina. "Se ha tenido en cuenta el elaborado por parte del CIE, renovado en 2021, y los de las enfermeras de Canadá y Estados Unidos, quienes también este año están en proceso de actualización de sus respectivos códigos", ha explicado. Tras esta tarea de investigación, se han dado paso a las labores de elaboración del borrador.


"La Deontología es un requisito para la excelencia profesional"



Una vez redactado el texto, el CGE lo ha sometido a audiencia pública, con la misión de integrar la mayor participación tanto del colectivo -desde colegiados hasta los propios colegios- como de la ciudadanía. Una revisión que concluyó con 41 aportaciones que moldearon el borrador final del Código Ético y Deontológico de la Enfermería Española. En concreto, los artículos del borrador original que más matices recibieron fueron los relativos a diversidad sexual, objeción de conciencia y asistencia a problemas de salud mental. Eso sí, algunas reclamaciones no fueron admitidas por focalizarse en sectores concretos del colectivo. "Hay que recordar que el contenido está pensado para el conjunto de la profesión", ha explicado Velasco.

El documento definitivo cuenta con un preámbulo, cinco capítulos, 27 áreas temáticas y 107 artículos. Ahora, solo resta su aprobación, algo con lo que cuenta el sector. "La Deontología es un requisito para la excelencia profesional y el código es imprescindible para guiar la conducta y establecer los límites de comportamiento que autorregulan las profesiones", ha puntualizado Velasco.
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