Sede del CGE.
Ocho de cada diez españoles prefieren ser atendidos, en su consulta de enfermería, por una enfermera especialista en
Atención Primaria. Además, el 70% de la población considera que la
enfermera debería poder solicitar pruebas diagnósticas y un 63,8% que debería tener capacidad para prescribir medicación para enfermedades crónicas.
Así queda reflejado en la investigación ‘
A New Primary Care Model Based on Population Needs: A Nationwide Cross-Sectional Study’, publicada en la revista Nursing Reports y liderada por investigadoras del Instituto de Investigación Enfermera del Consejo General de Enfermería (CGE) junto a Faecap y la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC).
Entre los resultados destaca que casi el 7
0% de la población sabe que tiene asignada una enfermera especialista de Familiar y Comunitaria en su centro de salud. Además, el 73% querría que esta enfermera hiciera el seguimiento de salud de toda su familia, y el 62,3% asegura visitarla al menos una vez al año.
Este estudio, centrado en la figura de la enfermera especialista en Familiar y Comunitaria, es una herramienta clave para impulsar la Enfermería Comunitaria, un pilar del
Sistema Nacional de Salud (SNS) que a menudo no cuenta con apoyo normativo suficiente.
Estudio en clave nacional
“Hasta ahora, no existía un estudio a nivel nacional que arrojara datos sobre la percepción de la población en referencia al valor que pueden aportar las enfermeras desde Atención Primaria”, pone de manifiesto
Florentino Pérez Raya, presidente del CGE. “Contar con evidencia empírica permite identificar no solo el grado de conocimiento que tiene la ciudadanía sobre estas enfermeras especialistas, sino también las expectativas y necesidades reales en torno a sus funciones”.
“Esto es clave para orientar políticas sanitarias, mejorar la organización de los equipos de salud y potenciar el impacto de la enfermería especializada en el primer nivel asistencial”, indica Pérez Raya.
Esther Nieto, presidenta de Faecap, afirma: “Los resultados son contundentes: aunque solo uno de cada cuatro conoce esta figura, más del 80% de la población apoya que forme parte de los equipos de Atención Primaria, respaldando también su capacidad para solicitar pruebas, prescribir y garantizar la continuidad de cuidados”.
“Ahora
es tiempo de empezar a preparar cómo hemos de procesar ese cambio. Resulta fundamental que desde las sociedades científicas impulsemos un discurso claro y compartido que explique qué es y qué aporta el modelo de la enfermera especialista en Familiar y Comunitaria”, añade.
Despliegue efectivo de la especialidad
Por su parte
Maribel Mármol, presidenta de la AEC, destaca que el respaldo social “no solo refuerza el desarrollo y despliegue efectivo de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria sino que, a su vez, ofrece una base sólida para reclamar el reconocimiento institucional y político”. “Destaca la necesidad de
avanzar hacia un nuevo modelo de Atención Primaria de Salud que responda a las demandas y necesidades reales de la población, centrado en la accesibilidad, la continuidad asistencial y el liderazgo de la enfermera especialista en el cuidado individual, familiar y comunitario”, indica.
El estudio contó con la
participación de 1.200 personas a través de entrevistas telefónicas. Los participantes contestaron un cuestionario elaborado por 11 profesionales de distintas comunidades autónomas, representando perfiles de gestión, investigación, docencia y práctica clínica.
Se trata de una radiografía de la percepción de la sociedad sobre estas enfermeras. El 89,3% considera que su enfermera de Atención Primaria le presta el tiempo adecuado, pero solo el 38,6% sabe que las enfermeras pueden prescribir determinados medicamentos.
El conocimiento es mayor entre la población joven, pero gran parte apoya que puedan recetar medicación asociada a
enfermedades crónicas.
Mejora de la calidad del SNS
Francisco Javier Pérez, enfermero y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, señala que “el respaldo mayoritario de la ciudadanía a que las enfermeras de Atención Primaria asuman nuevas competencias evidencia no solo una evolución en la percepción social, sino también una
clara oportunidad para avanzar hacia modelos asistenciales más resolutivos en los que la enfermera familiar y comunitaria debe ejercer un liderazgo significativo”.
Asimismo, Pérez indica que resulta “imprescindible” alinear la formación académica con las necesidades reales de la población y con los retos actuales del sistema sanitario. “Es una manera de promover profesionales con competencias avanzadas, capaces de liderar el cambio y garantizar un modelo de Atención Primaria en el que la continuidad de cuidados y la atención integral sean pilares esenciales, tal y como demanda la ciudadanía en este estudio”.
El estudio también resalta la preferencia de que sea la misma enfermera designada la que preste cuidados a lo largo de la vida y a toda la familia. Asimismo, la población tiene una percepción positiva sobre su capacidad para asumir funciones avanzadas, como
prescribir tratamientos y solicitar pruebas diagnósticas.
“Este tipo de resultados aporta una base sólida para seguir impulsando su autonomía, el desarrollo normativo y funcional de las especialidades enfermeras en el sistema sanitario, así como la implantación de estos perfiles en puestos donde ejerzan las competencias adquiridas, acorde a su formación, en todas las comunidades autónomas”, concluye Florentino Pérez Raya.
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