Ignasi Oliver, Juan Fernando Montalvo, Raquel Murillo, Carlos Peña y Joaquín Cayón.
Tal es la influencia que se atribuye a la inteligencia artificial que tanto desde el ámbito sanitario como del jurídico aseguran que será capaz de “cambiar el modelo” de asistencia de salud en España. De ello está convencido
Juan Fernando Montalvo, secretario general de Salud Digital del Ministerio de Sanidad y uno de los protagonistas de un
XXXI Congreso Nacional de Derecho Sanitario que precisamente pondrá el foco sobre los
desafíos éticos y legales que supondrá una IA más presente que futura en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
La historia clínica, la IA y la interoperabilidad han focalizado el primer taller de trabajo de este Congreso de Derecho Sanitario. Una mesa patrocinada por el
grupo AMA y en la que también han tomado la palabra
Carlos Peña Gil, cardiólogo clínico del Hospital de Santiago de Compostela;
Rod Menchaca, digitalskin global director en ISDIN (de forma telemática);
Ignasi Oliver, data manager de esta última compañía; y Joaquín Cayón, jefe del servicio jurídico de la Consejería de Salud de Cantabria y director del grupo de investigación en Derecho sanitario de Idival. El debate ha sido moderado por
Raquel Murillo, directora general de AMA, quien ya advertía que la digitalización y la IA “han dejado de ser una cuestión de futuro para convertirse en ejes estructurales del presente sanitario”.
Un posicionamiento que ha compartido Juan Montalvo. El director general de Salud Digital ha incidido en que es “imposible que el personal” sanitario pueda gestionar la oleada de datos e información que se avecina si no se les proporciona las herramientas adecuadas. Especialmente, en un contexto como el actual, en el que el propio
SNS que se teme que dé “muestras de agotamiento” por el alto número de jubilaciones que se producirán en el corto y medio plazo.
La inteligencia artificial, ha continuado, es el arma “más potente” de la que se dispone en la actualidad para ello, si bien es cierto que en sanidad “es mucho más difícil la interoperabilidad de los datos” en comparación a otros sectores. El Gobierno, ha recordado, aprobó recientemente una
partida de 223 millones de euros extra para amoldar el SNS a esta ‘revolución digital’.
Pacientes "más complejos" y montañas de datos
Los propios profesionales de la sanidad corroboran la
necesidad de anticiparse a este tipo de desafíos. También a la gestión de grandes cantidades de datos. De hecho, el escenario, ha apuntado el cardiólogo Carlos Peña Gil, ya “ha cambiado”: “El paciente es más complejo, por lo que hay más datos que ‘capturar’; hay menos tiempo porque hay más demanda y tenemos más conocimiento -ha apuntado-. Solo un 40 por ciento de pacientes se benefician de las recomendaciones científicas de la Medicina basada en la evidencia”.
En este sentido, ha indicado que cuando se habla de datos es importante referirse a la “calidad” de los mismos. “Dedicamos un
50 por ciento de nuestro tiempo a recuperar o documentar datos, buscando la información relevante como una aguja en un pajar, porque hay mucha información superflua, redundante, obsoleta, contradictoria”. El “copia-pega de las historias clínicas”, ha concluido, hace “que los pacientes tengan peores resultados”.
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"Llegará el día en que se haga el último diagnóstico realizado solo por el ser humano"
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Rod Menchaca ha ido más allá y ha recalcado que los diagnósticos se pueden llegar a convertir “en una
interpretación de lo que el paciente ya sabe a través de la IA”. Es decir, que existe “una nueva competencia” para el profesional de la sanidad. “Llegará el día en que se haga el último diagnóstico realizado solo por un ser humano, y ese día será histórico”, ha manifestado. De ahí “la
importancia de tener datos adecuados”, ha añadido Ignasi Oliver, quien ha advertido de que “una cosa es que los usuarios tengan información y otra que la entiendan”.
¿Quién es el responsable en caso de daños por IA?
Finalmente, Joaquín Cayón, quien ha llamado a “desmitificar de la IA en el sector salud” dado que no dejan de ser
“productos sanitarios”. De hecho, ni siquiera es obligatorio "informar al paciente" de que se ha utilizado IA. Eso sí, ha advertido sque estas tecnologías no están exentas de problemáticas. Por ejemplo, a la hora de determinar quién responde en caso de daños. “Aunque el régimen de responsabilidad no ha cambiado, se trata de un problema complejo que requiere una reflexión profunda”, ha defendido.
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