Una investigación afirma que entre los 20 y 30 años es un momento crucial para empezar a proteger la salud cerebral

Xiaqing Jiang, de la Universidad de California, destaca que la enfermedad cardiovascular precoz triplica el riesgo de daño cognitivo
La prevención de enfermedades cardiovasculares ayuda a proteger la salud mental.


27 ene. 2023 11:00H
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Las personas con enfermedades cardiovasculares tempranas pueden ser más propensas a tener problemas de memoria y pensamiento y una peor salud cerebral en la mediana edad, según una nueva investigación publicada en 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.

"Las enfermedades cardiovasculares, como las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, se han asociado con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia en los adultos mayores, pero se sabe menos sobre cómo tener estas enfermedades antes de los 60 años impacta en la cognición y la salud cerebral a lo largo de la vida", señala el autor del estudio Xiaqing Jiang, de la Universidad de California (Estados Unidos). El investigador destaca que el estudio descubrió que los eventos cardiovasculares en etapas tempranas de la vida se asocian con peor cognición, deterioro cognitivo acelerado y mala salud cerebral en la mediana edad.

El estudio analizó a 3.146 personas de entre 18 y 30 años al inicio del estudio y se les hizo un seguimiento de hasta 30 años. Al final del estudio, tenían una edad media de 55 años. Del total de participantes, 147 (el 5 por ciento) fueron diagnosticados de enfermedad cardiovascular precoz, que se definió como el padecimiento de cardiopatía coronaria, ictus, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad de la arteria carótida o arteriopatía periférica antes de los 60 años. La edad media del primer episodio cardiovascular fue de 48 años. Tras un seguimiento de tres décadas, se sometió a los participantes a cinco pruebas cognitivas. Las pruebas medían las capacidades de pensamiento y memoria, como la cognición global, la velocidad de procesamiento, la función ejecutiva, la memoria verbal retardada y la fluidez verbal.

Los investigadores descubrieron que las personas con enfermedad cardiovascular precoz obtuvieron peores resultados que las que no la padecían en cinco de las cinco pruebas. En una prueba de recuerdo de una lista de palabras al cabo de 10 minutos, en la que las puntuaciones oscilaban entre cero y 15, las personas con enfermedad cardiovascular precoz obtuvieron una puntuación media de 6,4 frente a 8,5, en comparación con las que no la padecían.

Las enfermedades cardiovasculares reducen el tejido cerebral


En una prueba que evaluaba la cognición global, en la que las puntuaciones oscilaban entre cero y 30, los pacientes con enfermedad cardiovascular precoz obtuvieron una puntuación media de 21,4, frente a los que no padecían enfermedad cardiovascular, que obtuvieron una puntuación media de 23,9. Una puntuación de 26 o más se considera típica, mientras que las personas con deterioro cognitivo leve tienen una puntuación media de 22.

Del total de participantes, 656 personas se sometieron a escáneres cerebrales para analizar las hiperintensidades de sustancia blanca y la integridad de la sustancia blanca. Las hiperintensidades de sustancia blanca suelen indicar lesiones vasculares en la sustancia blanca del cerebro.

Tras ajustar los factores de riesgo cardiovascular, como la diabetes y la hipertensión, los investigadores descubrieron que las enfermedades cardiovasculares tempranas se asociaban a más hiperintensidades de sustancia blanca en el cerebro, así como a una mayor difusividad media de la sustancia blanca, que indica una disminución de la integridad del tejido cerebral.

Los 20-30 años, momento para proteger la salud cerebral


En el caso de los participantes que se sometieron a dos series de pruebas cognitivas a los 25 y 30 años del estudio, los investigadores descubrieron que la enfermedad cardiovascular precoz se asociaba a una probabilidad tres veces mayor de deterioro cognitivo acelerado a lo largo de cinco años, con un 13 por ciento de personas con enfermedad cardiovascular precoz que experimentaban un deterioro cognitivo acelerado frente a un 5 por ciento de personas que no padecían la enfermedad.

"Nuestra investigación sugiere que los 20 y 30 años son un momento crucial para empezar a proteger la salud cerebral mediante la prevención y la intervención en enfermedades cardiovasculares -afirma Jiang-. Prevenir estas enfermedades puede retrasar la aparición del deterioro cognitivo y promover un cerebro más sano durante toda la vida".
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