Diccionario de enfermedades

Pólipos

Un pólipo puede tener forma de lágrima y puede aparecer en colon, útero o cuerdas vocales entre otros.
Un pólipo es una masa de tejido anormal que, generalmente, se encuentra en órganos con muchos vasos sanguíneos, como el colon, el cuello uterino, el endometrio o la nariz. El pólipo es una protuberancia que se puede ver fácilmente y se proyecta en la superficie de una mucosa. La mayoría de ellos son benignos, pero si no se extirpan pueden llegar a ser peligrosos. Los pólipos que más a menudo reciben tratamiento son los del colon, aunque en Redacción Médica analizaremos qué otros tipos de pólipos existen.

Existen dos categorías principales de pólipos: los neoplásicos y los no neoplásicos. Los pólipos no neoplásicos, por lo general, no se vuelven cancerosos. Los pólipos neoplásicos incluyen los adenomas y los tipos dentados. Los adenomas tienen mayor probabilidad de convertirse en cáncer si se les da tiempo suficiente para crecer, mientras que los dentados pueden volverse cancerosos según su tamaño y ubicación.


Síntomas de pólipos de colon


La mayoría de las personas con pólipos en el colon no suelen presentar síntomas. A veces una persona puede no enterarse de que tiene pólipos hasta que se le realiza una colonoscopia. Sin embargo, algunas personas con pólipos en el colon pueden experimentan estos síntomas:
  • Cambios en los hábitos intestinales. El estreñimiento o la diarrea que duran más de una semana pueden indicar la presencia de un pólipo grande en el colon o cáncer. 
  • Cambio en el color de las heces. La sangre puede aparecer en forma de rayas rojas en las heces o hacer que estas se vean negras. 
  • Anemia por deficiencia de hierro. El sangrado por pólipos puede producirse lentamente con el tiempo, sin sangre visible en las heces. El sangrado crónico puede derivar en una anemia por deficiencia de hierro.
  • Dolor abdominal. Un pólipo grande en el colon puede obstruir parcialmente tus intestinos y generar dolor abdominal tipo cólico.
  • Sangrado rectal. Esto puede ser un signo de pólipos o cáncer en el colon u otras afecciones, como hemorroides o desgarros pequeños en el ano.

¿Cuál es el diagnóstico?


Los exámenes de detección sirven para determinar con rapidez la gravedad de estos pólipos antes de que se vuelvan cancerosos. Estos análisis también pueden ayudar a detectar el cáncer colorrectal en sus primeras etapas, cuando tienes una gran probabilidad de recuperación.

Entre los exámenes de detección se incluyen la colonoscopia, en la que se introduce en el recto una pequeña sonda con una luz y una cámara para observar el colon. Si se encuentran pólipos, es posible que el médico los extirpe o tome muestras de tejido para su análisis. La colonoscopia virtual, es un examen que usa una tomografía computarizada para observar el colon. Si durante la tomografía computarizada se encuentra un pólipo, será necesario repetir la preparación intestinal para hacer una colonoscopia y examinar y extirpar el pólipo. Otras de las técnicas es la sigmoidoscopia flexible, que examina el último tercio del colon, también llamado el sigmoide. La mayor parte del colon no se revisa con este examen de detección, por lo que es posible que no se vean algunos pólipos y tipos de cáncer. Por último, las pruebas de heces buscan la presencia de sangre en las heces o evalúan el ADN de las heces en busca de indicios de un pólipo o cáncer de colon. 


Tratamiento para los pólipos


Es probable que el médico extirpe todos los pólipos que se hayan descubierto durante un examen intestinal. Entre las opciones que existen para llevarlo acabo destacan las siguientes:
  • Polipectomía. En la etapa inicial los pólipos más pequeños pueden extirparse al introducir una sonda en el recto con un dispositivo que corta el tumor.
  • Cirugía de invasión mínima. Los pólipos que son demasiado grandes o que no se pueden extirpar de manera segura durante el examen de detección suelen extirparse quirúrgicamente. Por lo general, esto se lleva a cabo insertando un instrumento llamado laparoscopio en el abdomen para extirpar la parte cancerosa del intestino.
  • Proctocolectomía total. Si se trata de un síndrome hereditario poco frecuente, como la poliposis adenomatosa familiar, es posible que necesites una cirugía para extirpar el colon y el recto. Esta cirugía puede protegerte de desarrollar un tipo de cáncer que pone en riesgo la vida.


Tipos de pólipos más comunes


Como hemos mencionado anteriormente, los pólipos de colon no son los únicos. Hay otros tipos que también son frecuentes. Uno de ellos es el del pólipo en las cuerdas vocales. Estos suelen ser resultado de una lesión aguda y, por lo general, afectan únicamente a una cuerda vocal. Los pólipos de cuerdas vocales pueden tener otras causas, como el reflujo gastroesofágico, hipotiroidismo, o la inhalación crónica de irritantes. Los pólipos debidos a estas causas tienden a afectar ambas cuerdas vocales. Los pólipos, que tienden a ser más grandes y protuberantes que los nódulos, son frecuentes en los adultos. La mayoría deben ser extirpados quirúrgicamente para restaurar la voz normal de la persona. Después de la cirugía, las personas pueden recibir terapia de rehabilitación del habla para aprender a evitar los hábitos vocales inapropiados.

Un segundo tipo de pólipos frecuente es el de los pólipos uterinos. Son tumores adheridos a la pared interna del útero que se expanden en su interior. También conocidos como pólipos endometriales, se forman como resultado de la multiplicación excesiva de las células en el endometrio. En general estos pólipos son benignos, aunque algunos sí pueden convertirse en cáncer. Los pólipos uterinos varían en tamaño, de unos milímetros a varios centímetros. Se adhieren a la pared del útero por medio de una base grande o de un tallo delgado. Puede haber uno o varios pólipos uterinos. Generalmente, quedan dentro del útero, pero pueden deslizarse por el cuello del útero hasta la vagina. Los pólipos uterinos son más comunes en mujeres que están transitando o han pasado la menopausia.

Un tercer grupo es el de los pólipos nasales. Son crecimientos blandos, indoloros y no cancerosos en la cobertura de las fosas nasales o senos, que cuelgan como lágrimas. Se producen por una inflamación crónica y se asocian con el asma, las infecciones recurrentes, las alergias, la sensibilidad a medicamentos o ciertos trastornos inmunitarios. Los pólipos nasales pequeños podrían no causar síntomas. Los crecimientos más grandes o los grupos de pólipos pueden bloquear los conductos nasales y generar problemas para respirar, pérdida del sentido del olfato e infecciones frecuentes. A menudo, los medicamentos pueden contraer o eliminar los pólipos nasales, pero a veces se necesita una operación para extraerlos. 
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.