Diccionario de enfermedades

Anemia perniciosa

¿Cómo se diagnostica la anemia perniciosa?
Se llama anemia a una disminución del número de glóbulos rojos (hematíes o eritrocitos) de la sangre. Los glóbulos rojos dan el color a la sangre y son los encargados de transportar el oxígeno desde los pulmones hasta cada uno de los órganos del cuerpo. Para ello disponen en su interior de una proteína llamada hemoglobina. Los médicos, en lugar de la cantidad de glóbulos rojos, consideran anemia al descenso de la cantidad de hemoglobina de la sangre. Una hemoglobina por debajo de 12 mg/dl en mujeres o por debajo de 13 mg/dl en varones es considerada anemia.

Los glóbulos rojos se fabrican en el interior de los huesos, una zona llamada médula ósea (el tuétano de los huesos de los animales). Para su normal fabricación se necesita disponer de una adecuada cantidad de hierro, ácido fólico y vitaminas (fundamentalmente de vitamina B12) y del estímulo proporcionado por una proteína procedente del riñón llamada eritropoyetina. Los glóbulos rojos viven unos 90 días en la sangre y posteriormente son destruidos, fundamentalmente en el bazo.

Puede ser causada por deficiencia de vitamina B12, de ácido fólico o por motivos más infrecuentes



Las anemias pueden deberse a múltiples causas. Una anemia megaloblástica o macrocítica es una anemia caracterizada por un tamaño muy grande de los glóbulos rojos. El volumen de dichos glóbulos rojos (VCM; Volumen Corpuscular Medio), es superior a 100.

¿Cuáles son las causas de una anemia perniciosa?


Las anemias megaloblásticas o macrocíticas pueden ser debidas a:
  • Deficiencia de vitamina B12 (cobalamina). En la mayoría de ocasiones se debe a la presencia de una gastritis crónica atrófica, denominándose entonces la enfermedad anemia perniciosa. Cuando existe una gastritis atrófica el estómago no es capaz de segregar una sustancia llamada factor intrínseco, encargada de ayudar a la absorción de vitamina B12. Otras causas de deficiencia de vitamina B12 pueden ser las operaciones del estómago o del intestino, diversas enfermedades intestinales o el consumo de una dieta sin productos de origen animal (vegetarianos estrictos).
  • Deficiencia de ácido fólico. Puede ser debida a un consumo escaso de alimentos ricos en folatos, a alteraciones en su absorción por problemas intestinales, a la presencia de enfermedades de la sangre que gastan mucho ácido fólico, o a la utilización de medicinas que interfieren en su metabolismo, generalmente medicinas que se usan para el tratamiento del cáncer.
  • Otras causas más infrecuentes. Puede existir una anemia macrocítica en el transcurso del tratamiento con determinados medicamentos (antiepilépticos y medicinas para tratar el cáncer o para tratar determinadas enfermedades inflamatorias), en pacientes con síndrome mielodisplásico o en pacientes que padecen enfermedades congénitas muy raras.

Síntomas de la anemia perniciosa


Los síntomas de la anemia perniciosa son los derivados de la anemia. Además, puede haber otros síntomas derivados de la deficiencia de vitamina B12 o de la deficiencia de ácido fólico, según cual sea la causa.

La anemia puede o no producir síntomas, en función de su gravedad y del tiempo que tarde en instaurarse (y por tanto de cómo se vaya acostumbrando el cuerpo a la misma). En general suele producir cansancio y, en ocasiones, sensación de falta de aire. El paciente puede encontrarse pálido. En personas con problemas de corazón, una anemia puede provocar que falle el corazón entrando en insuficiencia cardiaca o, si existe una cardiopatía isquémica previa, que se produzca una angina de pecho ante pequeños esfuerzos.


Las anemias de instauración muy lenta pueden no producir síntomas y ser simplemente un hallazgo casual al realizarse un análisis de sangre.

A veces las anemias macrocíticas (anemia con glóbulos rojos de gran tamaño) se asocian con bajada de plaquetas (trombopenia) que pueden facilitar el sangrado y/o con bajada de glóbulos blancos (leucopenia) que favorece el desarrollo de infecciones.

Otros síntomas que pueden aparecer en otros órganos son los asociados con la deficiencia de ácido fólico o de vitamina B12.

¿Cómo se diagnostica?


El diagnóstico de anemia macrocítica se realiza mediante un análisis de sangre en el que se observa una anemia con glóbulos rojos de gran tamaño (con un aumento del volumen corpuscular medio, VCM). Posteriormente, para conocer las causas de la anemia es necesario descartar:
  • Una deficiencia de vitamina B12.
  • Una deficiencia de ácido fólico.
  • Una anemia macrocítica sin deficiencia de ninguna vitamina y, por tanto, debida a otra causa.
Si hubiera una deficiencia de vitamina B12 o de ácido fólico se requiere conocer cuál sería su causa, para lo que puede ser necesario realizar nuevos análisis, una gastroscopia con biopsia del estómago, u otras pruebas.

El pronóstico suele ser bueno y el tratamiento puede ser administrar vitamina B12 o ácido fólico si su carencia es la causa de la anemia



Pronóstico:


El pronóstico de la anemia perniciosa suele ser bueno con recuperación de la anemia al poner el tratamiento adecuado.

¿Se puede prevenir?


Efectivamente la anemia por falta de vitamina B12 o por falta de ácido fólico puede ser prevenida en algunas ocasiones. En aquellas personas a las que se les ha extirpado el estómago por cualquier motivo se les debe administrar vitamina B12 para que no se desarrolle anemia. También se deben dar suplementos de ácido fólico al administrar medicinas que pueden reducir su cantidad en sangre.

Tratamiento de la anemia perniciosa


El tratamiento es la administración de vitamina B12 o ácido fólico en aquellas situaciones en las que el problema de la anemia megaloblástica sea una carencia de alguna de estas vitaminas. En muchas ocasiones el tratamiento hay que mantenerlo de por vida.
Aunque esta información ha sido redactada por un especialista médico, su edición ha sido llevada a cabo por periodistas, por lo que es un contenido meramente orientativo y sin valor de indicación terapéutica ni diagnóstica. Recomendamos al lector/a que cualquier duda relacionada con la salud la consulte directamente con el profesional del ámbito sanitario correspondiente.