El Foro de Médicos de Atención Primaria (AP), entidad que reúne a todas las sociedades científicas médicas de Atención Primaria (la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia -SEMG, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria-semFYC, la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria-SEMERGEN, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria-AEPAP y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria-SEPEAP), a la Organización Médica Colegial (OMC) y a la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), tiene entre sus objetivos principales la actualización de la legislación que rige la Incapacidad Temporal (IT) por enfermedad común, adaptándola a los tiempos actuales y a la realidad de la España del siglo XXI.

Porque los médicos de Atención Primaria que trabajamos en el sistema sanitario público entendemos que la gestión de la Incapacidad Temporal forma parte de nuestras competencias, con la misma consideración que la prescripción de un fármaco; esto es, como parte del proceso de curación de una persona enferma. Reivindicamos el disponer de las mejores herramientas para atender a nuestros pacientes y eso incluye a los que precisan la baja laboral: para ello es necesaria una adaptación de la IT a la realidad clínica, ajustando plazos y mejorando la información y los mecanismos de control del fraude.

Y en esas estábamos cuando la anterior ministra de Sanidad, Leire Pajín, nos dejó desairados y sin la reforma, casi, casi, apalabrada al final de la legislatura anterior; y más sorprendidos nos quedamos cuando la ministra de Empleo, Fátima Báñez, quiso adjudicar la gestión de la IT a las mutuas, bajo unos supuestos criterios de mejor gestión y ahorro, sustentados en la opaca relación entre la enfermedad común y la profesional, nunca contrastados y casi olvidados por los gestores públicos del sistema sanitario.

Pero llegó 2013 y con él los primeros borradores de reforma de la IT, obtenidos por el Foro de Médicos de AP de manera casi clandestina, donde por primera vez se planteaba modificar los preconstitucionales plazos de control, inamovibles desde hace mas de 40 años, aunque con alguna sorpresa envenenada (desaparición de la Inspección de los servicios sanitarios autonómicos, papel preponderante de las mutuas, accesos a la historia clínica, solicitudes de informes redundantes).

No obstante, la modificación, la apertura del proceso de modificación legislativa, largamente esperado y deseado, fue recibida con alegría por el Foro de Médicos de AP (alegría mal interpretada por algún colectivo que entendía que nuestra posición respaldaba todas las modificaciones del borrador) y nos puso rápidamente a concretar nuestras ideas, que fueron entregadas al Ministerio de Empleo con la colaboración del de Sanidad antes del verano, comenzando entonces una ronda de contactos con los diferentes colectivos y entidades relacionadas con la IT (desde la Federación de Inspectores a sindicatos de clase) para explicar nuestra postura.

Terminado el verano y recopilando sucesivas modificaciones del borrador de la ley, elaboramos una propuesta alternativa, con especial hincapié en la no exclusividad (aunque sí papel preponderante) del médico de familia, ni de la Atención Primaria, para la extensión y control de las bajas laborales, en plazos de dispensación de partes de confirmación ajustados a la clínica del paciente, a la salvaguarda de la intimidad de los datos de la historia clínica, a la supresión de burocracia redundante y a la reducción del poder de las mutuas en el control de la IT por enfermedad común, recuperando el papel perdido de la Inspección de los servicios sanitarios.

Esta propuesta fue presentada al Ministerio de Empleo, con acogida favorable y pronunciamientos claros sobre los temas controvertidos que nos hacen ser optimistas de cara a los trámites legales emprendidos, con compromisos de continuidad de los contactos y de las aportaciones del Foro de Médicos de AP.

Así que estamos esperanzados (sin olvidar pasados desengaños en este tema, ni dejar de reivindicar los criterios y opiniones del primer nivel de atención sanitaria) en que el 2014 pueda traernos la deseada modificación de la Incapacidad Temporal, adaptándola a las nuevas tecnologías, a la difusión de la información garantizando la confidencialidad y a la superación de funcionamientos absurdos por obsoletos: una gestión de la Incapacidad Temporal del siglo XXI.

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