La crisis sanitaria provocada por el coronavirus Covid-19 ha puesto de manifiesto las fortalezas y debilidades de nuestro modelo de sanidad pública. La pandemia nos ha permitido comprobar, por un lado, la gran calidad profesional y humana de los sanitarios, así como la calidad de nuestro sistema sanitario y su capacidad de adaptación. Pero también ha dejado claro que es preciso introducir reformas y que los cambios que serán necesarios deberán de contar con el mayor consenso político posible. No puede ser de otro modo. Y en este sentido, es de destacar el acuerdo amplio y transversal conseguido en materia de Sanidad en el seno de la Comisión de Reconstrucción Económica y Social de España. En ella surgen unos documentos, de amplio espectro, que tienen por finalidad servir al objetivo de fortalecer y ser una guía para el futuro de Sistema Nacional de Salud. Han sido semanas de mucho trabajo, numerosas y largas jornadas de reflexión sobre las necesidades de nuestro sistema sanitario.

Es de justicia agradecer el trabajo y los apoyos de todos los grupos parlamentarios; sería innoble no reconocer la dedicación y las aportaciones de todos los comparecientes expertos, que nos han ofrecido, con generosidad encomiable, lo mejor de su conocimiento. También son de agradecer las ideas que algunos ciudadanos y diferentes entidades nos han hecho llegar.

El trabajo realizado ha sido inmenso pero he tenido la satisfacción de poder aportar mi granito de arena en esta importante acuerdo. En la voluntad de mi grupo parlamentario, el Grupo Socialista, estaba incluir la aportación de todos y todas para hacer frente, desde la unidad, a la mayor amenaza para la salud y el bienestar social de nuestro país en un siglo. Con toda la información recibida elaboramos la radiografía de la situación actual de nuestro sistema sanitario público, para después plantear de qué manera podemos fortalecerlo.

Con el acuerdo al que, con gran esfuerzo, hemos sido capaces de llegar, tenemos en nuestras manos una valiosa herramienta y se darán los pasos necesarios para responder a los nuevas realidades generadas tras la grave crisis sanitaria derivada de la Covid-19, y a los retos pendientes tras años de gobiernos con políticas que han adelgazado y debilitado los servicios públicos.

Estoy convencida de que este acuerdo permitirá afianzar nuestro sistema sanitario público, mejorar su calidad y confirmar su acceso universal, para así garantizar la protección de la salud a toda la población.

Demostrada la capacidad de casi todos los partidos políticos españoles para llegar a acuerdo, hago una llamada a que sigamos trabajando conjuntamente para fortalecer nuestro sistema sanitario; desde la discrepancia, sí, pero con la lealtad que nos exigen cada día los ciudadanos, en general, y los profesionales sanitarios, en particular. Acordar y pactar no es abandonar las posiciones propias, sino reconocerse en la pluralidad de la sociedad. Por todo ello, agradezco a todos los grupos que han apoyado las conclusiones de la comisión por su esfuerzo y generosidad.

Una sanidad pública mejor y más fuerte es ahora un objetivo compartido con quienes gobernamos y con quienes pueden gobernar en el futuro. Es un acuerdo que se merecen nuestros profesionales. Sobre todo, es un acuerdo que se merecen quienes han perdido la vida como consecuencia de la Covid-19.