El 11 de marzo de 2020, el director general de la OMS, declaró la pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2 a nivel global. Este hecho supuso el inicio del mayor reto al que se habían enfrentado los sistemas de salud y los gobiernos. También supuso un reto individual y profesional para los trabajadores sanitarios en general y para las enfermeras en particular. Fue necesario reorganizar los servicios sanitarios adaptando diferentes espacios para la atención sanitaria, formando en seguridad clínica a usuarios, profesionales y población general. Las enfermeras elaboraron informes, videos explicativos, formaron a sus compañeros y a otros profesionales… organizaron en tiempo récord la elaboración de circuitos, protocolos y procedimientos (en algunos casos cambiantes casi a diario, siguiendo el ritmo de la nueva evidencia científica publicada por organismos nacionales e internacionales), se redistribuyeron plantillas, horarios... todo ello en un escenario de tremenda incertidumbre y con una creciente presión asistencial, cuyo único objetivo fue dar respuesta a las necesidades sanitarias de la población. 

En Baleares, las enfermeras han actuado con inmediatez y efectividad, liderando acciones novedosas, con el fin de proporcionar cobertura asistencial a toda la población, contribuyendo en la contención de la enfermedad y proporcionando cuidados asistenciales humanizados con calidad y seguridad, en un entorno que preconizaba el distanciamiento social y familiar como medida de control, siendo así, garantes de los derechos de los pacientes (el concepto de “advocacy” al que hace referencia la literatura científica del ámbito anglosajón como una de las competencias que desarrollan las enfermeras, ha impregnado todas y cada una de las acciones).

En Baleares, afortunadamente, hay enfermeras en cargos políticos y puestos de alta gestión sanitaria. Desde el inicio de la pandemia, el número de enfermeras que han participado en estos niveles se ha disparado exponencialmente y como nunca antes, se ha contado con ellas para la reorganización de la estructura del sistema de salud según las fases, categorías profesionales y servicios. Es decir, han participado activamente en la toma de decisiones.  En Comités de crisis, comités COVID-19 y planes de contingencia, en los cuales se han tomado decisiones a menudo rápidas, pero siempre adaptadas a las recomendaciones de evidencia respecto a la actuación, provisión o en adecuación del personal sanitario; provocadas dentro de un escenario cambiante y dependiente de una evolución e información en constante transformación, que incluso en el momento actual continúa en progresión. 

Las enfermeras han puesto de manifiesto un liderazgo que, aunque ejercido habitualmente, permanece oculto tras el amparo institucional profesional. Dicho liderazgo se ha dejado ver en la Coordinación de la Central de Coordinación COVID (CC COVID), Hospital de Campaña del Palau de Congresos, Hoteles Covid, Educovid, coordinación del grupo de vulnerables,  Infocovid  e infocovid pediátrico, unidades de atención volante al coronavirus, la fábrica de equipos de protección individual CS Emili Darder y la fabricación de mascarillas en la primera ola, la coordinación y supervisión de personal adicional (militares),  la coordinación de los puntos de vacunación masiva, entre otras acciones.


"Las enfermeras han puesto de manifiesto un liderazgo que, aunque ejercido habitualmente, permanece oculto tras el amparo institucional profesional"



Han reestructurado y adaptado ámbitos de atención, a través de una gran capacidad creativa e innovadora, trabajando en equipos multidisciplinares, como, por ejemplo, la creación de los Hoteles Covid o el CC COVID, nuevas Ucis desde espacios no diseñados para serlas, pabellones deportivos, recintos feriales o camiones en puntos de vacunación, el Hospital de Campaña del Palau de Congresos, rediseño de plantas de hospitalización adaptándolas como unidades de aislamiento... Todo ello en tiempos récord, espacios diseñados para otros menesteres, siempre bajo la incertidumbre cambiante de las normativas y protocolos de actuación dictadas por el ministerio de Sanidad ante el SAR-CoV-2.  

La reestructuración de diferentes espacios conllevó implícitamente la creación de nuevos circuitos, protocolos, formación del personal, roles profesionales...  la construcción de estos ha sido fundamental para poder desarrollar el ejercicio profesional de todo el personal de los centros asistenciales, en un entorno que ofreciera la máxima seguridad posible dentro de las circunstancias provocadas por el virus. Las enfermeras elaboraron estos registros nuevamente adaptándolos en ocasiones, varias veces a lo largo de un día, para asumir las recomendaciones dictadas por el ministerio de Sanidad en materia de seguridad y contención pandémica.

Durante la pandemia han elaborado cientos de circuitos, protocolos y procedimientos...por ejemplo, cómo circular (pacientes, familiares y profesionales) en hospitales y diferentes centros de atención. Se sectorizaron espacios, para prevenir contagios y mantener la seguridad de ciudadanos, profesionales o de las propias actuaciones. Circuitos de desinfección de superficies, materiales, vehículos. Protocolos de procesamiento de muestras de cribado o instrucciones de soporte tanto para familiares como pacientes con Covid-19 durante las visitas. Creación de infografías cuyo objetivo fue facilitar a la población como realizar correctamente las medias de prevención recomendadas a nivel Mundial como el lavado de manos o la correcta utilización de mascarillas.   Procedimientos de información a familiares, proporcionando información actualizada y confiable (como las llamadas). Protocolos como el de acompañamiento en los últimos momentos o las funciones de rastreo de contactos, cribado y obtención de las muestras.

Desarrollaron un papel relevante en la formación y entrenamiento de la utilización de los equipos de protección individual, y de las recomendaciones de actuación del ministerio de Sanitad ante el SAR-CoV-2. Las enfermeras no sólo se mantuvieron actualizadas o se formaron a sí mismas, sino que formaron al resto de profesionales, creando circuitos de seguridad puesto que se tuvo que formar al personal rápidamente en la secuenciación de los pasos (cómo debían vestirse y desvestirse), cómo debía tratarse el material utilizado por y para los pacientes, para intentar evitar la propagación de un virus que aún a día de hoy, hay elementos de su cadena de contagio desconcertantes.


"Las necesidades cambiantes durante la crisis han hecho que las enfermeras cambien sus roles y competencias en paralelo"



Así mismo, han demostrado una gran resiliencia y capacidad de reacción. Ante la escasez en número de enfermeras y capacitación de estas para unidades especiales en atención de los pacientes con Covid, se coordinaron una serie de medidas que garantizaron por un lado los cuidados enfermeros y aseguraron por otro, el funcionamiento de los servicios públicos esenciales. Tuvieron que instruir a parte de las plantillas de la UCI, enfermeras generalistas pasaron en horas a serlo de unidades especiales dentro del contexto sobrevenido, teniendo que formarse y actualizarse, asumiendo este reto con una profesionalidad ejemplar. 

Tuvieron que reorganizar la actividad asistencial, como, por ejemplo, originar niveles de accesibilidad a las citas por demanda en atención primaria: presenciales, telefónicas y videollamadas, para mejorar el acceso y evitar el colapso de los centros. Realizaron llamadas de triaje avanzado de sintomatología sospechosa de COVID19 en el 061. Generaron altas precoces postparto modificando así la atención a las gestantes...Es decir, tuvieron que reclutar y capacitar personal adicional, se ajustaron las ratios   enfermera/paciente según complejidad y se generaron nuevos roles profesionales como consecuencia de las necesidades incipientes provocadas por COVID-19, como las rastreadoras, observador espejo, enfermeras teleoperadoras dudas Covid … El presente reporte, refleja cómo las enfermeras, han desarrollado un papel primordial y relevante.

Cómo se han integrado en equipos de trabajo multidisciplinares para poder llevar a cabo todo lo descrito.

Sin búsqueda de protagonismo, han sido actores principales, a través de desarrollos de nuevos procesos de atención, redistribuyendo el sistema de salud, reformulando y poniendo en valor los cuidados, en un contexto sin precedentes de nuestra historia más reciente. Las necesidades cambiantes durante la crisis han hecho que las enfermeras cambien sus roles y competencias en paralelo.

Sin su esfuerzo y dedicación, no hubiera sido posible dar respuesta de las necesidades de la ciudadanía durante la crisis.

El ser conocedores de todas estas acciones hechas por las enfermeras y no solo de la comunidad autónoma de Baleares, las acerca aún más a los ciudadanos, pone en valor y reconoce el trabajo, el esfuerzo, en otras palabras visibiliza y permite el reconocimiento.
La información proporcionada por las gerencias de atención de las islas ha sido fundamental para la recopilación de estas acciones, a las que agradecemos el esfuerzo, ya que el reporte de las mismas se hizo en momentos de alta carga asistencial y sin los cuales no hubiese sido posible elaborar este documento. 

En el momento actual, la alarma sanitaria, sigue vigente, con una tasa de contagio a nivel mundial en descenso tanto en número como en gravedad de los casos.

Numerosos profesionales de diferentes ámbitos de atención han dado y siguen dando lo mejor de sí mismos a lo largo de esta crisis, a través de estas líneas se hace imperioso trasladar todo el reconocimiento y agradecimiento.

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