Al respecto de la falta de médicos en nuestro país y la progresiva fuga de profesionales a otros entornos internacionales, desde el Consejo General de Médicos creemos que estamos ante un problema demográfico que urge atajar con políticas y estrategias de recursos humanos que se basen en datos fiables y que sean homogéneas y armonizadas en todo el Sistema Nacional de Salud. Estas estrategias deben ser analizadas con cierta perspectiva con el objetivo de conocer cuál es la situación real y que posibles soluciones existen y debemos promover.

El principal problema de la profesión médica en España, pero también a nivel europeo y mundial, no es solo una acuciante falta de profesionales, sino los contratos y la precariedad laboral que sufren, especialmente los más jóvenes y que genera un rechazo de nuestros compañeros a ejercer una vocación que, como mínimo, requiere de una gran nota de acceso al grado de Medicina y de al menos once años de formación para poder comenzar a ejercer. Los estudios universitarios de un médico son equivalentes a un máster pese a la denominación de graduado en Medicina, (Plan Bolonia), los 360 créditos acreditan el nivel de cualificación mayor en las ciencias de la salud.  

Estamos hablando de muchos años dedicados a adquirir y mantener unas competencias en las que nos seguimos formando durante toda nuestra carrera profesional para ejercer un liderazgo clínico en beneficio de nuestra principal razón de ser: la calidad de la atención y la seguridad de los pacientes. Esta enorme dedicación y valor social no se correlaciona después con los salarios y con el progreso y reconocimiento profesional lo que está generando un rechazo a ejercer nuestra vocación en estas condiciones, optando cada vez más por ejercerla en otros países o en el ámbito de la medicina privada.

En las ofertas públicas de empleo (OPES) el problema no es tanto el número de médicos que optan a la plaza como las condiciones que se ofrecen y en las que se desarrolla el trabajo algo que influye en la elección de plazas de formación especializada. En la última convocatoria MIR, en la primera adjudicación, más de 200 plazas quedaron vacías, 93 al final del proceso, mayoritariamente en la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria. Los futuros médicos y médicas no quieren ejercer su profesión en Atención Primaria ¿por qué?, pues como razones importantes están la presión asistencial, las cargas burocráticas, las condiciones contractuales, la falta de incentivos por ejercer en zonas de difícil cobertura, las dificultades para desarrollar una labor investigadora y docente, la pérdida de autogestión en los equipos de atención primaria y un largo etcétera.


"El problema no es tanto el número de médicos que optan a la plaza como las condiciones que se ofrecen y en las que se desarrolla el trabajo, algo que influye en la elección de plazas de formación especializada"



Por todo ello es absolutamente imprescindible que las administraciones tracen estrategias comunes a todo el territorio nacional para dar respuestas a estos problemas que están quebrando la vocación de los profesionales y al propio sistema nacional de salud. En este punto cabe destacar el Real Decreto Ley 12/2022 de modificación del Estatuto Marco en las modalidades de contratación, con el objetivo de la estabilización del empleo sanitario, una medida impulsada desde las instituciones europeas que ayudara a poner solución a este gran problema, y posiblemente a favorecer una fotografía real de la demografía de profesionales médicos en Europa.

Este último asunto es imprescindible para conocer fielmente la realidad y ver las debilidades y amenazas a las que nos enfrentamos como sistema sanitario, saber dónde faltan profesionales, qué está fallando, cuántos médicos deberíamos formar y las jubilaciones que se van a producir los próximos años para armonizar todo este ciclo vital y acabar con estos desequilibrios entre la demanda y la oferta. En este aspecto el registro de profesionales del CGCOM podría actuar como una fuente de datos de confianza de extremado valor.

Cada año más de 2.000 compañeros piden un certificado de idoneidad para poder ejercer fuera de nuestras fronteras, afortunadamente no todos ellos se marchan – el año pasado de más de 2.500 certificados emitidos solo se dieron de baja colegial 395 – sin embargo, es una cifra que debe de preocuparnos porque son compañeros formados en un sistema de alta calidad, el de nuestro país, que no somos capaces de retener para nuestros pacientes.  Pero también debemos de tener en cuenta la entrada de profesionales extranjeros cuya homologación de titulaciones les permite ejercer en nuestro país y que supone un número notablemente superior al de las bajas registradas.

No podemos dilatar más el abordaje de esta problemática, es imprescindible avanzar en el análisis de la demografía médica en España e insistimos a nuestros políticos en promover un pacto a nivel nacional en materia de recursos humanos con el objetivo de paliar la precariedad y condiciones laborales y hacer atractivos los puestos de difícil cobertura  potenciando, entre otras cosas,  la formación médica continuada y el tiempo necesario para adquirirla, no solo ya para que no se fugue el talento y  para lograr que los mejores médicos se queden con nosotros, sino para que nuestro modelo sanitario universal, eje del estado de bienestar, sea sostenible, porque sin médicos no habrá modelo posible.