La semana pasada se celebró en Bilbao el I Encuentro Internacional y el X Congreso del Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME), un encuentro bienal que, en esta edición, y por primera vez, se enfocó en analizar los riesgos que un sistema sanitario enfermo provoca en la salud de sus profesionales, en la importancia que tiene la Salud Laboral y la responsabilidad que tienen las administraciones de cuidar la salud mental de los médicos a través de un proceso de diagnóstico del sistema nacional de salud y sus posibles tratamientos.

A lo largo de mesas, foros de debate y conferencias, se llevó a cabo un exhaustivo análisis que abarcó todas las perspectivas, desde la Administración, pasando por la profesión médica, los pacientes, los estudiantes, hasta los decanos y docentes o tutores. El diagnóstico resultante fue unánime; el sistema sanitario de hoy está enfermo y caduco, con áreas críticas que requieren intervención urgente como son la infrafinanciación, los defectos estructurales del sistema y su rígido modelo de gobernanza.


Afección por condiciones precarias


Uno de los aspectos subrayados durante el congreso fue la relación entre la salud del sistema y la salud de los profesionales médicos. Se identificaron diversos factores que contribuyen al malestar y los problemas mentales de los médicos, entre los que caben destacar las condiciones laborales precarias, no sólo en referencia al alto porcentaje de temporalidad, también a la sobrecarga de trabajo, al exceso de horas y la dificultad para desconectar durante el tiempo de ocio.

La radiografía del Sistema Nacional de Salud (SNS) revela defectos estructurales que, a lo largo del tiempo, se han agravado, generando inestabilidad laboral, desgaste profesional, precariedad y diferencias significativas entre las condiciones de trabajo y remuneración de los médicos en distintas comunidades. Este panorama afecta negativamente la relación médico-paciente, un valor fundamental para la profesión.


"El SNS tiene defectos estructurales que se han agravado con el tiempo"



Entre las propuestas que emergieron de esta reflexión se propuso un modelo sólido de gobernanza, liderado indiscutiblemente por el Ministerio de Sanidad, pero reforzado con la participación de pacientes y profesionales, que propiciara acuerdos vinculantes.
También, para revitalizar el sistema, se consideró esencial una mayor financiación, especialmente en Atención Primaria, y otorgar a los profesionales sanitarios médicos mayor autonomía en la toma de decisiones y capacidad de autogestión. Estímulos como un verdadero desarrollo profesional continuo y tiempo dedicado a la docencia e investigación por contrato ayudarían a mejorar la satisfacción de los médicos y se mencionaron en las opciones de tratamiento.


Salud desde el modelo educativo


Respecto al modelo educativo se pusieron en relieve los elevados niveles de exigencia y estrés a los que se enfrentan los estudiantes de Medicina y los médicos en su práctica clínica. Por ello, la sensibilización desde las facultades es crucial para identificar y corregir riesgos psicosociales, promoviendo la responsabilidad del autocuidado para una praxis médica saludable. Se puso en valor la figura de los tutores de los médicos en formación para desempeñar esta labor de prevención y formación de los médicos desde etapas tempranas.

El PAIME fue reconocido como una herramienta fundamental para la detección temprana y el tratamiento de problemas de salud mental en los médicos, y un excelente ejemplo de respuesta institucional de las corporaciones colegiales para velar por el control de la buena praxis y la seguridad de los ciudadanos. Se hace necesario un llamado a las Juntas Directivas de los colegios de médicos para divulgar y potenciar este programa que debe de apostar mucho más en el futuro por acciones en el ámbito de la prevención.


"La sensibillización en las facultades es crucial para identificar y corregir riesgos psicosociales"



Evaluar la salud de los sistemas sanitarios español y europeos y adoptar prácticas saludables como estándares en la gestión de recursos humanos, así como potenciar el trabajo interdisciplinario y aplicar la perspectiva de género en las estrategias organizativas fueron otras de las líneas de actuación dibujadas en este X Congreso del PAIME.

En definitiva, el futuro de un Sistema de Salud sano para el siglo XXI depende de la participación de todos sus componentes. Fortalecer el Sistema Sanitario implica mejorar las condiciones laborales, corregir los riesgos y defectos identificados, y prevenir las consecuencias negativas para la salud de los médicos y los pacientes.

Cuidar a los médicos y médicas es un imperativo moral, ético y legal para preservar la salud del sistema nacional. Su bienestar está intrínsecamente ligado a la calidad de la atención médica que proporcionan. Urge la implementación de medidas concretas para salvaguardar el bienestar físico y mental de los profesionales sanitarios y elevar a la primera línea de prioridades en las políticas sanitarias la Salud Laboral. Solo a través de un compromiso colectivo y la aplicación de lecciones aprendidas se logrará un Sistema de Salud sano y sostenible para las generaciones venideras.