La oncología radioterápica es una rama de la medicina clínica que utiliza la radiación ionizante, sola o en combinación con otras modalidades terapéuticas, para el tratamiento del cáncer y otras enfermedades no neoplásicas.

Así es como el BOE en su orden SCO/3142/2006 del 20 de septiembre define nuestra especialidad. Efectivamente, como médicos clínicos tenemos un papel relevante en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes con cáncer.

Probablemente la imagen apriorística de un oncólogo radioterápico sea asociada a la radioterapia externa, mediante el uso de aceleradores lineales, pero quizás es menos conocida nuestra actividad quirúrgica e intervencionista, la braquiterapia. Mediante estas técnicas podemos situar fuentes radioactivas en el seno del tumor.

Junto a la actividad relacionada con la radiación desde el punto de vista terapéutico, las nuevas tecnologías nos han obligado a desarrollar un profundo conocimiento de los medios de imagen, con el objetivo de poder definir de forma precisa el volumen tumoral y las zonas de riesgo adyacentes. Por ello, la mayoría de los departamentos de oncología radioterápica utilizan ecografías, TACs y cada vez más RNM y PET en su práctica clínica diaria.

Finalmente, el tratamiento de soporte y el uso de fármacos combinados con la radioterapia nos obligan a una profunda implicación médica y de cuidado de nuestros pacientes, tanto de forma ambulatoria como en hospitalización.

En estos tiempos de cambio y avances médicos y tecnológicos, permanecer como una especialidad de referencia en el ambiente oncológico supone importantes retos.

Uno de los principales objetivos de nuestra sociedad, es promover la formación de calidad de los especialistas a través de la Escuela Española de Oncología Radioterápica (EEOR). Vamos a reforzar esta estructura formativa para dar respuesta a las necesidades de los profesionales españoles que, cada día, requieren más formación en subespecializaciones concretas como pueden ser la braquiterapia, la alta tecnología, la investigación traslacional o los tratamientos combinados.

Además, este programa formativo pretende preparar a los alumnos para que alcancen el grado de Doctor en Medicina, completando su formación en los aspectos académicos. La Universidad está presente de forma relevante en nuestra sociedad científica, con un elevado número de profesores funcionarios (catedráticos y profesores titulares) y no funcionarios, y pretendemos favorecer la máxima incorporación de nuestros asociados a la carrera universitaria. Por ello es imprescindible impulsar la investigación clínica y traslacional. Durante los últimos años, los socios han manifestado su interés por seguir creciendo en este aspecto de nuestra profesión, mejorando nuestra colaboración tanto a nivel nacional como internacional.

En consonancia con estos dos aspectos, se pondrá en marcha un programa de padrinazgo a través del cual los oncólogos radioterápicos españoles podrán contar con un referente de la especialidad que les aconseje, ayude y guíe en su trayectoria profesional. Esta iniciativa será posible gracias a la estrecha colaboración que los socios mantienen con sus especialistas de reconocido prestigio que desarrollan su labor en centros oncológicos internacionales. Así, aparece SEOR-Internacional como plataforma de intercambio, colaboración y desarrollo de nuestros socios en centros y grupos colaborativos internacionales.

Ningún cambio es posible si no es realmente deseado. Creo que la SEOR debe mostrar la determinación de sus socios a situarse como un actor central en la asistencia oncológica de calidad en nuestro país, abrirse a instituciones colaborativas europeas y hacer ver a nuestra sociedad que tienen en nosotros los especialistas que utilizan un arma terapéutica contra el cáncer, segura, moderna, avanzada y acorde con los tiempos tecnológicos en que nos movemos. Aprovechar estas sintonías depende de nosotros y de ellas probablemente nuestra posición futura.

  • TAGS