Charlando con políticos, periodistas, conocidos actores del sector sanitario, etc. todos coinciden en lo mismo cuando Podemos (o Unidos Podemos) salta en la conversación: a su puesta en escena sanitaria le falta algo. Desde aquellas famosas europeas en las que la formación morada se puso el cielo como límite, todavía no se ha cristalizado una idea nueva, potente, que favorezca un trasvase de votos profesional y no solo ideológico en la sanidad española.

Quizá uno de los motivos detrás de ese déficit sea la ausencia de un fichaje estrella que arrastre al sector, un líder sanitario nato, que venga de arriba o de abajo, pero que sea líder y arregle algunos fallos de campaña como las ausencias del partido en los grandes foros del sector. No se les vio en el Día de la Atención Primaria (porque no se enteraron de que se celebraba), ni en el debate de Enfermería de esta semana (aunque su portavoz en el Congreso sea enfermera), ni en casi ninguna palestra informativa de categoría durante los últimos meses.

La sanidad se merece sentir como propia esa ilusión por el cambio que Unidos Podemos transmite ya a millones de españoles.  Y el primer paso para conseguirlo puede ser proponerse algo más que volver al día antes de que el PP ganara las últimas elecciones, al 19 de noviembre de 2012. Volver atrás no puede ser una meta, menos en sanidad. Hay que abrir miras, ver más allá de un único modelo de gestión, prometer un aumento de gasto realista, medidas de eficiencia, sin demonizar a nadie y sin recurrir a dogmas sobre el copago o la sanidad universal.

No es que el resto de partidos esté proponiendo ‘la bomba’ en sanidad, pero en ellos se escucha alguna tímida propuesta estructural novedosa, una idea más o menos clara de lo que quieren, con detalles sobre cómo lo quieren hacer. Un guiño al profesional en definitiva. En Unidos Podemos da la impresión de que, en base a su principio de representar a los españoles con menos privilegios, se le ha dado poca importancia a la necesidad de contar con voces sanitarias expertas, que no solo conozcan lo que es trabajar en la sanidad como ‘soldado raso’, sino que tengan idea de lo que es coordinarla, dirigirla y gestionarla.

Queda menos de un mes para saber quién gobernará España a partir de este verano. Si gana la izquierda, queda mucho trabajo por delante para dar fondo y forma al programa sanitario de Unidos Podemos; para generar ideas que aporten una profundidad imprescindible en un sector tan complejo como el sanitario y eviten dejarse llevar por la política de ‘tierra quemada’. Si hay un Gobierno del PP, desde la bancada morada habrá cuatro años de debates parlamentarios en los que los de Pablo Iglesias deberán marcar la diferencia con la ‘vieja’ política y no abusar de las menciones al copago, al RD 16/2012 y a la sanidad pública y universal, que están a un paso de descender al mismo nivel que hablar de herencias y del ‘y tú más’ al que tan mal acostumbrada está la sanidad y la política en este país.

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