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21 abr. 2017 11:45H
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Estos últimos días he registrado una batería de preguntas al Gobierno para que nos desvele cuales son los productos innovadores que tiene previsión de incorporar en la prestación farmacéutica del SNS, qué impacto presupuestario va a tener sobre las cuentas de la sanidad pública para cada una de las CCAA y si está entre sus previsiones incorporar un fondo adicional para financiar el coste de esas innovaciones y evitar que las mismas afecten a la sostenibilidad del SNS.

También he solicitado la comparecencia del secretario general de Sanidad para debatir en la Comisión de Sanidad del Senado este asunto.

Estas no son iniciativas para desgastar al Gobierno. Que nadie se equivoque. Son iniciativas que surgen de la profunda preocupación que tenemos en mi grupo parlamentario por la insuficiencia presupuestaria del SNS. En estos años, desde 2012, más de 30.000 millones de euros acumulados de déficit presupuestario en el conjunto del SNS así como la articulación del FLA, dibujan una realidad preocupante.

Y pretendemos hacer transparente para el conjunto de la sanidad pública, de las fuerzas parlamentarias y de las CCAA, las previsiones de incorporación de innovaciones, el coste previsible y las garantías de financiación que hagan posible su inclusión sin afectar la sostenibilidad ni la equidad en el acceso.

Por eso, defendemos que haya un fondo presupuestario para las innovaciones y pedimos que este asunto sea tratado en el proceso de actualización y reforma del sistema de financiación autonómica que se está trabajando entre el Gobierno de España y las CCAA por acuerdo de la reciente Conferencia de Presidentes.

Esa es la intención de estas iniciativas y es por eso que no pueden encuadrase en iniciativas de desgaste sino en el ejercicio de una oposición constructiva con propuestas que el PSOE traslada para asegurar la equidad y la sostenibilidad del SNS.

España tiene capacidad de hacer frente al coste de las innovaciones; sin duda lo creo así. Pero hay que asegurar la toma de decisiones con transparencia y con criterios de coste/efectividad al tiempo que hay que asegurar la financiación necesaria para evitar que la innovación se perciba como una amenaza a la sostenibilidad y genere respuestas diversas entre las CCAA que conlleven barreras de acceso que hagan desigual la posibilidad de que un pacientes acceda a las terapias que necesite en función del territorio en el que resida.

Por eso es importante hablar y debatir de estas cuestiones. Y por eso este es un asunto clave si se quiere avanzar en un Pacto por la Sanidad. La equidad, la innovación y la sostenibilidad deben ser elementos de una misma ecuación que no se contrapongan entre si.

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