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5 may. 2016 16:20H
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El médico Luis Noguer y Molins (1886-1972) publicó, en 1916, un sugestivo libro de bolsillo con el título Exploración Clínica Práctica, cuya primera edición todavía se encuentra en ferias de libros viejos como la situada en la Cuesta de Moyano de Madrid donde, de hecho, di con él de forma casual hace solo unos meses.
 
En el prólogo de la primera edición (16 de mayo de aquel año), Martín Vallejo, catedrático de Patología Médica de la Facultad de Medicina de Barcelona, llevó a cabo un acertado vaticinio: “Me equivocaría, y lo sentiría mucho, si este libro no tuviera éxito y si no lo viéramos, con frecuencia, cerca de las camas de nuestros hospitales”.
 
No se equivocó. Este famoso libro lleva ya cien años a pie de cama y en los bolsillos de los estudiantes de Medicina y médicos en formación. Además, Martín Vallejo afirma en él de forma sorprendente como presagio del sistema MIR que resulta preciso “que los alumnos y los médicos jóvenes aprendan a explorar en los hospitales antes de lanzarse al ejercicio de la profesión”.
 
En una crítica de la primera edición publicada en Revista Medicina y Libros (año III, número 22, febrero de 1917) –dirigida entonces por el médico español Daniel Sánchez de Rivera, abuelo del actual rector homónimo de la Universidad Carlos III de Madrid–, el médico José Herreros Cervera también acertó en su juicio: “Ésta es la utilísima obrita del doctor Noguer, pequeña por su tamaño, grande por su contenido, y estamos seguros de que cuantos médicos y estudiantes la utilicen, al convencerse de su eminente sabor práctico, sabrán comprender su inmenso valor”.
 

Ejemplares de la última (2011) y primera edición (1916) del manual.

Y es cierto que el Noguer-Molins, como se le conoce hoy, todavía se deja ver cerca del lecho del enfermo, en nuestros hospitales, en papel o en soporte electrónico, y ello a pesar de que la exploración física en las salas hospitalarias va a menos o es considerada práctica de antaño.
 
El primitivo libro de Luis Noguer y Molins ha tenido una insólita resiliencia centenaria, no conocida en otros textos clínicos, y ha llegado a la 27ª edición en 2011 fruto del trabajo de los profesores Balcells Gorina y Prieto Valtueña, quienes han aportado mejoras y han mantenido actualizado este práctico manual, hoy denominado Noguer-Balcells y  dirigido por el profesor Jesús M. Prieto Valtueña.
 
En un interesante artículo (Casademont J.: Situación actual de la Patología General en España, Revista Clínica Española, 2013; 213:421-427), el Noguer-Balcells ocupa el cuarto lugar entre los libros recomendados para el estudio de la asignatura de Patología General.
 
Por último, debemos estimar y reconocer el esfuerzo humilde y diario de los médicos que hablan, tocan a sus enfermos y toman decisiones –¡el arte de la Medicina todavía existe!– con equilibrio integrador entre las sencillas habilidades clínicas, las técnicas de imagen y la Medicina factual o probatoria. Quizá aquí reside el milagro de un libro de Semiología y Propedéutica tan exitoso como el Noguer-Molins

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