Hace unos años solo se podía tratar a cinco o seis pacientes de cada cien



3 jun. 2015 16:08H
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Hiedra García Sampedro / Imagen: Miguel Fernández de Vega y Joana Huertas. Madrid
Actualmente, los nuevos tratamientos en hepatitis C eliminan el virus del organismo en el 90 por ciento de los casos, pero los especialistas recalcan que no significa la curación de la enfermedad hepática. Así lo ha señalado Rafael Bañares, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón durante una jornada formativa organizada por el Instituto de Innovación y Desarrollo de la Responsabilidad Social Sociosanitaria (Inidress).

Rafael Bañares, especialista en Hepatología.

Según Bañares, el reto de los hepatólogos hasta ahora consistía en “facilitar” el tratamiento para que pudiera ser administrado a la mayor proporción de pacientes. “Hace cinco o seis años, con las alternativas de fármacos que teníamos se podía tratar a cinco o seis pacientes de cada cien y la posibilidad de curación era realmente pequeña”, comenta el especialista.

Pero ahora existen nuevos tratamientos que eliminan el virus aunque todavía es necesario centrar los esfuerzos en los casos en los que existe cirrosis hepática. “No se disminuye completamente el riesgo de desarrollar cáncer de hígado”, apunta Bañares, quien recuerda que aún existen retos en el tratamiento de la hepatitis C aunque “se han dado pasos de gigante”.

El especialista asegura que hoy en día en España se puede tratar a todos los pacientes que lo necesitan de forma más urgente, aquellos que tienen fibrosis moderada o grave. De todas formas, “necesitamos saber cuándo será posible tratar a todos los pacientes con hepatitis C para finalmente erradicar la enfermedad”, comenta.

Combinaciones de fármacos

Los medicamentos en hepatitis C se dirigen a diferentes dianas terapéuticas, “no hay una pastilla mágica”, según Bañares. La combinación de varios de estos fármacos son los que erradican la enfermedad. Actualmente existen varias combinaciones que se administran teniendo en cuenta las características de la enfermedad del paciente, es decir, se oferta un tratamiento individualizado dependiendo del estado de su fibrosis o el genotipo del virus.

La implicación del paciente es fundamental para el adecuado pronóstico de la enfermedad, asegura Bañares, quien reclama una corresponsabilidad por parte del afectado. “No tiene ningún sentido que el paciente elimine el virus si sigue bebiendo alcohol o fuma”, comenta, además “si no se toman todas las pastillas, el virus se puede hacer resistente, más difícil de tratar”.

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