12 oct. 2014 20:01H
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Redacción. Madrid
Lleva más de dos décadas en el mundo político y siempre ha estado al servicio de la parte más social. Conxita Tarruella, enfermera de profesión y por vocación, comenzó su andadura política de la mano de Josep A.Duran i Lleida en 1986 cuando dio el salto a Unió Democráctica de Catalunya (UDC). Entonces era presidenta del Colegio de Enfermería de Lleida al que accedió tras estudiar una Diplomatura en Enfermería y, otra, en Sanidad.

Tarruella recibió en mayo de 2012 la máxima distinción del Consejo General de Enfermería de manos de Máximo González Jurado.


Su primer cargo político fue como gerente de los Servicios Sociales en la Diputación de Lleida hasta 1992, cargo que abandonó para ser diputada del Parlamento de Cataluña durante dos años y, de ahí, pasó al frente de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia de la Generalitat. Regresó después al Parlamento, donde trabajó en las comisiones de Sanidad y Política Social.

De su etapa en el parlamento autonómica señala que fue “muy bonita”. En una entrevista con Revista Médica asegura que “el día que tomé posesión de mi acta como diputada fue muy emocionante. Representar a tu gente, en tu Parlamento, me impactó”.

Si por algo se caracteriza Tarruella es porque se ha involucrado activamente en temas de ámbito social a través de distintas federaciones y entidades sociosanitarias, algunas relacionadas con la esclerosis múltiple como Fesalut, de la que es fundadora; o Felem.

Ocupó también la delegación territorial del Departamento de Justicia en Lleida y actualmente es la portavoz de CiU en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados. Fue la encargada de impulsar y coordinar los dispensarios municipales de Lleida.

En la entrevista con Revista Médica reconoce que “cada dos meses olvida que se sienta bajo las huellas de los disparos de Tejero y pasa seis horas en ‘su’ centro de Primaria ojeando cómo está la realidad del barrio”. La diputada de CiU dedica los lunes al partido, a reuniones, o va a la Consejería de Salud, a Barcelona. “De martes a jueves estoy en Madrid”, asegura. Sobre la política asegura que “tiene dos caras”. “He aprendido mucho, he conocido a gente estupenda y trabajadora, pero también me he llevado grandes decepciones. Como sucede en todas las profesiones”, apunta.

El Consejo General de Enfermería, que preside Máximo González Jurado, también quiso reconocer la dedicación de Tarruella concediéndole en mayo de 2012 la Venera de la Enfermería, en su categoría de oro. Esta distinción “quiere simbolizar la dedicación sostenida en el tiempo de la homenajeada al servicio de los pacientes, sobre todo los más vulnerables, y de los profesionales sanitarios, especialmente los enfermeros y enfermeras del Estado”, señaló entonces el presidente del consejo.
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