“La situación de las finanzas del Consejo es muy delicada”, ha asegurado



15 oct. 2012 23:00H
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Enrique Pita / Imagen: Adrián Conde. Madrid
El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo, ha reivindicado durante su intervención en el Foro España Innova el papel del sistema de I+D+i en el cambio de modelo productivo, una pretensión que no por repetida deba ser olvidada. Para ello es clave, según ha asegurado, dejar de pensar en la ciencia como un gasto y para pasar a considerarla una inversión. Esta afirmación es especialmente relevante en un momento en que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado se debate en los órganos representativos del Estado. En este sentido, ha reconocido que “el escenario de restricciones presupuestarias hace necesario priorizar” pero ha advertido que “desmantelar el sistema sería suicida”, pues “potenciar la I+D+i es imprescindible para superar la crisis”.

De izquierda a derecha: el periodista y moderador del acto Antonio San José; Emilio Lora-Tamayo; el periodista Miguel Ángel Gozalo, y Raimundo Pérez-Hernández, director de la Fundación Ramón Areces.

El relato de Lora-Tamayo ha abordado muchos frentes. Desde la política de recursos humanos (“el mayor activo del CSIC es su personal”; “”se van a convocar los programas Ramón y Cajal y Juan de la Cierva, pero no el programa de becas high-doc”) a la propia actividad científica del Consejo (“el CSIC es protagonista del 20 por ciento de la producción científica nacional”). Pero ha sido el aspecto económico el que ha centrado la mayor parte de su intervención. En este sentido, ha recordado que la relación entre el volumen del Producto Interior Bruto de un país y su inversión en Ciencia es perfectamente apreciable, y esto es algo que “no debería España perder de vista”. El problema en este aspecto no es tanto de inversión pública, sino de la necesidad de aumentar el porcentaje que dedica a I+D+i el capital privado. Pero la inversión, que no el gasto, que realice el Gobierno “debe ser plurianual para evitar que pueda verse disminuida o desprogramada cuando la coyuntura no es favorable”. En este sentido, ha lamentado que el CSIC ha dejado de recibir en los últimos 4 años “500 millones”, con un presupuesto para 2013 más de un 9 por ciento inferior al del año anterior. En todo caso, ha recordado que “la sola inversión no garantiza de modo automático un impacto positivo en el desarrollo de modelo productivo alternativo, sino que para que tenga éxito debe ser programada, sostenida en el tiempo, dirigida con criterios de eficiencia y eficacia y alejada de condicionantes políticos”.

El principal problema del sistema de I+D+i español va más allá de la inversión, que “en los últimos 15 o 20 años ha crecido mucho, pero la generación de conocimientos no ha ido acompañada de resultados tangibles en innovación y desarrollo”. Es decir, ha faltado avanzar en la transferencia del conocimiento al tejido productivo, un factor que, si mejorara, haría más competitiva la economía española. Para lograr esta transferencia es necesario “un umbral de excelencia en la investigación”, aspecto este que el CSIC ha logrado, “pero con matices, ya que hay sectores donde se ha alcanzado más que en otros”. En todo caso, esa excelencia pasa no tanto por el presupuesto como por los investigadores.

Por último, Lora-Tamayo ha repasado los retos a los que se enfrenta el CSIC en un futuro inmediato. El primero de ellos, “la falta de la necesaria flexibilidad de gestión” derivada de unas estructuras obsoletas que no permiten aprovechar al máximo los recursos disponibles. Por otra parte, el Plan Estratégico 2013-2017, a través del que es necesario mejorar lo que no se ha hecho tan bien como era necesario y que permitirá evaluar y conocer las áreas que se deben mejorar y aquellas en las que el Consejo alcanza la excelencia. El tercero de los retos es el programa europeo Horizonte 2020, en el que es clave alcanzar una mayor participación española; y, por último; el reto que deriva de la actual situación económica y presupuestaria. En este sentido, el presidente del CSIC ha asegurado que la ciencia “está dispuesta a hacer sacrificios al igual que el resto de la sociedad”, pero sin perder de vista que hay que mejorar la competitividad del sistema de investigación. Así, ha asegurado que la capacidad financiera del organismo es “muy delicada” para gastos de funcionamiento “porque vienen siendo superiores a las transferencias que se reciben anualmente” desde el Estado, aunque ha confirmado que las nóminas de los trabajadores “están garantizadas”.

A la izquierda, Carmen de Aragón, presidenta de la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales del Senado; la secretaria de Estado de I+D+i, Carmen Vela (en el centro) y el presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo.


De izquierda a derecha: el subdirector general de la Fundación Cotec, Federico Baeza; el director general de Investigación y Gestión del Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad, Juan María Vázquez; el portavoz municipal del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, y César Nombela, expresidente del CSIC.



Aspecto del salón del Hotel Ritz de Madrid donde se celebró el Foro España Innova.

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