Enrique Pita / Imagen: Adrián Conde. Madrid El presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo, ha reivindicado durante su intervención en el Foro España Innova el papel del sistema de I+D+i en el cambio de modelo productivo, una pretensión que no por repetida deba ser olvidada. Para ello es clave, según ha asegurado, dejar de pensar en la ciencia como un gasto y para pasar a considerarla una inversión. Esta afirmación es especialmente relevante en un momento en que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado se debate en los órganos representativos del Estado. En este sentido, ha reconocido que “el escenario de restricciones presupuestarias hace necesario priorizar” pero ha advertido que “desmantelar el sistema sería suicida”, pues “potenciar la I+D+i es imprescindible para superar la crisis”. El principal problema del sistema de I+D+i español va más allá de la inversión, que “en los últimos 15 o 20 años ha crecido mucho, pero la generación de conocimientos no ha ido acompañada de resultados tangibles en innovación y desarrollo”. Es decir, ha faltado avanzar en la transferencia del conocimiento al tejido productivo, un factor que, si mejorara, haría más competitiva la economía española. Para lograr esta transferencia es necesario “un umbral de excelencia en la investigación”, aspecto este que el CSIC ha logrado, “pero con matices, ya que hay sectores donde se ha alcanzado más que en otros”. En todo caso, esa excelencia pasa no tanto por el presupuesto como por los investigadores. Por último, Lora-Tamayo ha repasado los retos a los que se enfrenta el CSIC en un futuro inmediato. El primero de ellos, “la falta de la necesaria flexibilidad de gestión” derivada de unas estructuras obsoletas que no permiten aprovechar al máximo los recursos disponibles. Por otra parte, el Plan Estratégico 2013-2017, a través del que es necesario mejorar lo que no se ha hecho tan bien como era necesario y que permitirá evaluar y conocer las áreas que se deben mejorar y aquellas en las que el Consejo alcanza la excelencia. El tercero de los retos es el programa europeo Horizonte 2020, en el que es clave alcanzar una mayor participación española; y, por último; el reto que deriva de la actual situación económica y presupuestaria. En este sentido, el presidente del CSIC ha asegurado que la ciencia “está dispuesta a hacer sacrificios al igual que el resto de la sociedad”, pero sin perder de vista que hay que mejorar la competitividad del sistema de investigación. Así, ha asegurado que la capacidad financiera del organismo es “muy delicada” para gastos de funcionamiento “porque vienen siendo superiores a las transferencias que se reciben anualmente” desde el Estado, aunque ha confirmado que las nóminas de los trabajadores “están garantizadas”. |