Cataluña tiene previsto crear una Agencia Catalana del Medicamento que colabore con la Aemps

La Farmacia, el último fleco del nacionalismo catalán
Antoni Comín, consejero de Salud de Cataluña.


8 abr. 2017 18:00H
SE LEE EN 3 minutos
POR OLGA RODRÍGUEZ
El Libro Blanco para la Transición Nacional es el ‘libro de instrucciones’ del proceso independentista catalán. Sin embargo, entre sus capítulos no existe información específica relativa a Sanidad. El motivo, según ha confirmado la Consejería de Presidencia de la Generalitat a Redacción Médica, es que Cataluña, como el resto de comunidades autónomas, tiene competencias transferidas en materia sanitaria, pero esto no ocurre en política farmacéutica, que sigue siendo una competencia estatal.

Cataluña lleva meses preparando una ‘desconexión’ de España y para ello se constituyó el Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN). A través de este órgano de consejo a Presidencia, la Generalitat ha elaborado 19 informes sobre tres temáticas: la primera relativa “a la consulta y al proceso constituyente que tendría que llevar a la creación del nuevo Estado”; la segunda, “las relaciones que tendría que mantener con el Estado español, la Unión Europea y el resto de la comunidad internacional”; y la tercera, “las estructuras necesarias para empezar a actuar como tal, en especial aquellas sobre las cuales no hay competencias exclusivas y hay margen pues para recorrer el autogobierno”.

En este sentido, los últimos informes relativos a la Sanidad catalana independiente fueron redactados en 2015 por el Consejo Asesor para la Sostenibilidad y el Progreso del Sistema Sanitario. Entre estos, se encuentra el de ‘Medicamentos y Productos Sanitarios’. El informe detalla las estructuras y procedimientos necesarios para la regulación farmacéutica en Cataluña, pero en todo momento se detalla la “colaboración con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps)”.

Agencia Catalana del Medicamento

En una situación contradictoria, el gobierno catalán aprobó hace algo más de un mes el anteproyecto de ley de la Agencia Catalana del Medicamento (ACM), para poder decidir en materia farmacéutica en caso de una ‘desconexión’. Este organismo ya estaba previsto en el informe de 2015, aunque en ningún caso podría asumir la aprobación de los medicamentos así como su seguridad y eficacia, ya que estas competencias corresponden a la Aemps. De esta forma, para la única competencia en la que Cataluña tenía pendiente 'legislar' de forma independiente, la farmacéutica, ha diseñado una estructura que no sustituye a la Aemps, si no que colabora con ésta.

Según el govern, la ACM solo asumirá aquellas funciones que no recogen ni la EMA ni la Aemps. Y entre ellas, también se encuentra la aprobación de los precios farmacéuticos. Así pues, los planes farmacéuticos independentistas carecen de exactitud ya que por una parte se ha empezado a construir una Agencia Catalana del Medicamento pero a su vez, cuando se detallan sus funciones, se especifica su colaboración con la Aemps.

Por otra parte, en un hipotético caso de independencia catalana, cabe destacar la ventaja de Cataluña frente a otras comunidades en el registro de resultados de los medicamentos en salud o clínicos. Estos registros facilitan que la comunidad pueda medir mejor la eficiencia de los medicamentos y a su vez, establecer un precio, aunque esto último quede fuera de sus competencias legítimas.

Además, también es una de las comunidades con mejor control de gasto farmacéutico, es decir, cuenta con más datos, algo que podría facilitar el desarrollo de funciones para la ACM, pero que no garantiza que el control de gasto sea mejor.

Las informaciones publicadas en Redacción Médica contienen afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios. No obstante, ante cualquier duda relacionada con su salud, consulte con su especialista sanitario correspondiente.