El presidente de Cantabria analiza con Redacción Médica la gestión de la epidemia de Covid-19

Miguel Ángel Revilla, presidente de Cantabria, durante la entrevista con Redacción Médica.


16 jun. 2020 18:50H
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La pandemia del coronavirus Covid-19 está "controlada" en Cantabria y en España en su conjunto. Sin embargo, para llegar a esta situación, se han tomado decisiones determinantes, algunas con éxito y otras desafortunadas. Esta es la conclusión que extrae el presidente autonómico Miguel Ángel Revilla en esta entrevista para el especial Lecciones del Covid-19 de Redacción Médica.

Durante los momentos en los que la enfermedad golpeaba con más dureza a la sanidad cántabra y a los cántabros, reconoce que no podía dormir. Sin embargo, haber tomado decisiones con rapidez y determinación, sostiene que ha permitido a la región prepararse para un posible rebrote y, mientras falte una vacuna, lo tiene claro: "Las personas somos el primer antiviral del mundo".

Ahora que la pandemia del Covid-19 muestra síntomas de estar estabilizada y más o menos controlada, ¿cuáles considera que son los aciertos y los errores que se han cometido durante esta crisis sanitaria?

Miguel Ángel Revilla aboga por un equipo permanente de rastreadores para controlar la pandemia.

El principal acierto ha sido comprobar que tenemos un sistema sanitario extraordinario. Es habitual encontrarnos a gente que iba con el corazón de otro, con el pulmón de otro, el hígado de otro o con las caderas artificiales. También hemos erradicado la hepatitis C o la tuberculosis. Pero esta crisis del coronavirus nos ha cogido por sorpresa, no solo a nosotros, sino al mundo entero.

Sin embargo, a pesar de lo sorpresivo, se ha reaccionado con muchísima rapidez, hasta el punto de que hemos conseguido, de momento, a expensas de que pueda haber algún rebrote y se confirmen las predicciones de algunos expertos que adelantan catástrofes a medio y largo plazo, que la pandemia hoy en España esté controlada y en Cantabria, muchísimo más.

El día 5 de abril yo no dormía porque teníamos más de 610 ingresados en los hospitales, 57 personas en la UCI y un margen de camas de alrededor de 200, así como 20 aparatos de respiración en cuidados intensivos, y acudir a la UCI sin un respirador es como ir a la muerte segura. Hoy, en Cantabria tenemos 33 contagiados, 5 hospitalizados y a nadie en la UCI por coronavirus. Además, llevamos 26 días sin ningún fallecido. Actuamos con una rapidez y una eficacia enorme, aunque se hace mucho hincapié en los infectados y poco en los contagiados. En Cantabria se han recuperado el 94 por ciento de todos los que tuvieron la enfermedad. Eso demuestra que nuestros hospitales están muy preparados.

Incluso hace unos días llegó un hombre a quien prácticamente le trajeron a morir desde Guinea Ecuatorial. Se trata de un policía de Cantabria con muy mal diagnóstico, pero que ha logrado salir de la UCI. Ha sido tratado con el plasma de otro enfermo de coronavirus y ha tenido una recuperación casi total en 48 horas.

Ahora todo funciona bien y sobra de todo, pero el gran fallo inicial fue la reunión que tuvimos los presidentes autonómicos con Pedro Sánchez, quien en una decisión equivocadísima decidió, a falta de material sanitario, prohibir que cualquier comunidad pudiera comprarlo utilizando sus propios medios. 


"El Gobierno centralizó las compras de material y eso fue un error muy grave que luego se rectificó"


El Gobierno centralizó las compras e incluso amenazó con que cualquiera que hiciera una comunidad autónoma podía ser embargada. Un error muy grave que rectificaron a los 3 o 4 días, tras darse cuenta del fallo. El Insalud ya no tiene capacidad, se ha quedado sin competencias, que están delegadas en las comunidades autónomas, y el Ejecutivo central no tenía capacidad para realizar la compra de todo. No había ni guantes, ni mascarillas ni hidrogeles. No había respiradores ni tampoco camas.

Esto supuso un retraso importante en el acopio de material y, cuando el Gobierno de España rectificó, las comunidades nos pudimos mover con total agilidad y resolver el problema en unos 15 días. Pero ahí se perdió un tiempo importante, sobre todo porque dejamos desprotegido al profesional sanitario. Por eso vimos imágenes de médicos y enfermeras que se tapaban la cara con plásticos o con batas inadecuadas. Dar la competencia completa a Madrid fue un fallo inicial, aunque se rectificó y pudimos comenzar a buscarnos la vida.

A pesar de toda la angustia, porque no había nada, tuvimos la capacidad suficiente para atender a nuestros pacientes y proteger a nuestros sanitarios. Pero, globalmente, más allá de lo inesperado, porque por ser inesperado no tiene respuestas inmediatas, el comportamiento de la sanidad española, sobre todo de sus profesionales, ha sido ejemplar.

En España se cebó más que en ningún otro sitio. Somos un pueblo que recibe a mucha gente de fuera y somos muy efusivos. Fuimos tarde en la prevención con las mascarillas, algo que hace mes y medio yo pedía a gritos. Era el único que aseguraba que había que llevar mascarilla. Aunque hemos entrado en la buena senda y tenemos bastante controlado el virus. Un hecho constatable es que ahora llega con menos carga vírica que antes. En los meses de marzo y abril, el 50 por ciento de los que cogían el virus tenían que hospitalizarse, hoy hace tiempo que no ingresamos a nadie, muchos pacientes están en sus casas. La carga viral es mucho menor y además estamos preparados por si hay un rebrote poder atender a la gente adecuadamente.

Ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse ya de forma preventiva en cuanto a recursos humanos, materiales y gestión/organización?

Revilla: "La Atención Primaria es fundamental".

Ahora mismo nos tenemos que reforzar. Somos partidarios de que todos aquellos profesionales sanitarios que se han incorporado a trabajar, que en Cantabria han sido casi 500 personas extra para lucha contra la pandemia, se queden como plantilla estable a la espera de que pueda haber o no un rebrote.

Debemos mantener un stock de material y de camas suficientes para estar prevenidos en caso de que se cumplan algunas de las previsiones que auguran que a partir de octubre y en los meses de invierno la situación podría ser tan grave como la que se originó en el mes de marzo, cuando no sabíamos la violencia de este virus y su capacidad de transmisión tan rápida.

Esta crisis, ¿les va a enseñar a gestionar las Consejerías de Sanidad de otro modo?, ¿en qué puntos cree que cambiará la forma de trabajar con los servicios de salud autonómicos?

La crisis servirá para que la Atención Primaria, primer foco de ataque en situaciones como esta, se refuerce y así detectar a través de sus distintos centros en la región los problemas para que la respuesta que se ofrezca sea sanitaria. La Atención Primaria es fundamental. Es allí donde tenemos que atender primero a los que tienen síntomas.

También mantener permanentemente, como ya lo tenemos en Cantabria, un equipo de rastreadores. Esto es fundamental para el momento en el que se detecte un foco de infección, estos lo aíslen y conecten a las personas que han estado en contacto con el infectado de origen. Esto es muy importante, y por eso contamos con una plantilla especializada para el rastreo, para que los nuevos casos que ahora llegan y que son muy pocos sean objeto de un seguimiento que antes no se podía hacer cuando teníamos 180 contagios. Es muy difícil controlar los contactos de 180, pero no lo es de uno o dos casos diarios. Eso es muy fácil.

Es fundamental el aislamiento del contagiado y del entorno que ha estado con él para someterlo a 14 días de cuarentena, por si hubieran sido afectados y, naturalmente, seguir haciendo PCR. Nosotros, a día de hoy, somos la comunidad que más PCR hemos hecho: 73.000 en una población de 580.000. Es un porcentaje altísimo.

¿Entiende necesaria una mejor y mayor financiación de la sanidad?


"Los profesionales sanitarios han estado en primera línea de combate, sin medios y pagando con su propia salud esta pandemia"


Naturalmente, aunque hay que decir que la sanidad en Cantabria tiene uno de los porcentajes de financiación más altos de España: el 33 por ciento del presupuesto. Tenemos una sanidad extraordinaria, con un coste per cápita que, si no es el primero, es el segundo o el tercero más alto de España: gastamos por habitante casi 1.600 euros al año en sanidad.

¿Cree que sería oportuno un debate no sobre la centralización de la sanidad sino sobre una mejor coordinación de los servicios de salud autonómicos?

Sin duda ninguna. Soy partidario de la descentralización porque nada se gestiona mejor que desde el lugar donde tienes el problema. Al mismo tiempo tiene que haber una coordinación general porque no puede haber normas distintas en cada sitio. No podríamos combatirlo si no hay algunas cuestiones que sean coordinadas a nivel nacional.

¿Cómo ha afectado a la sanidad el hecho de que sus socios de Gobierno en Cantabria sean del mismo partido que gobierna en España (PSOE) a la hora de tomar decisiones contra la pandemia?

Las decisiones hasta hace siete días las ha tomado Madrid exclusivamente, de modo que los presidentes autonómicos no hemos tenido competencia alguna. En este momento, en que se han devuelto las competencias a las comunidades autónomas, la única autoridad competente soy yo. Las decisiones las tomo yo.

De hecho, ya he tomado una decisión que se hará efectiva el jueves, con la publicación en el BOC del fin del estado de alarma acompañado de una orden de sanidad. En paralelo, hemos logrado que haga lo mismo Euskadi para adelantarnos al día 21, hacerlo el viernes e iniciar la desescalada permitiendo la movilidad entre ambos territorios. Eso es competencia, riesgo y decisión mía.

¿Qué medidas contempla el Gobierno de Cantabria para evitar un escenario de colapso en la financiación de la sanidad? En este sentido, ¿se contempla recompensar a los profesionales sanitarios por su entrega contra la pandemia?

Revilla: "Yo no dormía porque teníamos 610 ingresados por Covid".

Todo eso sería deseable, pero depende de los recursos que nos lleguen. Con la capacidad financiera de Cantabria, lo que hemos hecho es traspasar partidas de otras consejerías a la de Sanidad. Como medidas de choque, esperemos que ahora, con la llegada de esos 140.000 millones que Europa va a destinar a España y de los cuáles aquí no han llegado nada, adquiramos la capacidad de que una parte de la cantidad la administren las comunidades autónomas. Así, uno de los objetivos prioritarios sería reforzar la sanidad en todos los sentidos, tanto desde el punto de vista de los recursos materiales como de los propios profesionales.

La crisis del coronavirus nos ha enseñado el valor de contar con un buen sistema sanitario y unos profesionales sanitarios bien cualificados y retribuidos. ¿Confía en que la sociedad cambie a valorar más su sistema sanitario o a ser más responsables con el cuidado de su propia salud?

El aprecio de la sociedad a este sector, que ya era muy bien valorado, ha salido reforzado absolutamente. Todo el mundo reconoce el papel heroico que ha jugado la sanidad. El Premio Príncipe de Asturias, uno de los más importantes, se va a dedicar a los sanitarios. Y Cantabria, el premio más importante que otorga, el Beato de Liébana, se lo dará a los sanitarios de la región.

Hay un clima muy propicio para reconocer, como no podía ser de otra manera, el trabajo extraordinario que han llevado a cabo en primera línea de combate, sin medios y pagando con su propia salud esta pandemia.

¿Qué mensaje le mandaría a la ciudadanía después de haber superado los momentos más complicados de la pandemia del coronavirus?


"Somos la Comunidad que más PCR hemos hecho: 73.000 en una población de 580.000"


Tenemos que convivir con él hasta que salga una vacuna. No queda más remedio. La economía no se puede parar. Hay un riesgo, pero no podemos consentir que el virus económico sea aún más letal. Hay que seguir produciendo con las precauciones que se deben de tomar en materia de seguridad. Yo mantengo una teoría: quien no quiere infectarse, no se infecta. Si somos responsables, nos convertimos en el primer antiviral del mundo.

Si guardamos las distancias, nos ponemos la mascarilla y nos lavamos las manos; nosotros somos los que podemos evitar que haya rebrotes y lograr que el virus se vaya extinguiendo poco a poco. Somos esa medicina que todavía no se ha descubierto, y hasta que haya vacuna, somos la medicina adecuada, y para eso hay que ser responsables. En la mayor parte de los casos lo somos, pero también veo casos preocupantes.

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