El 41% de las lesiones se produce en los dedos de la mano

HLA Montpellier explica cómo prevenir las lesiones escalando
Mujer haciendo escalada en una pared rocosa.


8 oct. 2020 16:15H
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La escalada ha ganado muchos adeptos estos últimos años y es de gran importancia conocer cuáles son las lesiones más comunes que se pueden producir en un rocódromo, en una vía ferrata o en un bloque, y lo que es más importante, saber cómo prevenirlas y evitarlas.

Eduardo Blanco y Noemí Lambán, especialistas en Traumatología de HLA Montpellier explican que, en la mayoría de los casos, las lesiones producidas por la práctica de la escalada están relacionadas con la inflamación de los tendones. En una actividad donde las extremidades superiores tienen que soportar la totalidad del peso corporal, los dedos y las muñecas son las principales articulaciones afectadas por esta sobrecarga.

Otra de las lesiones más comunes que sufren los aficionados a la escalada son las abrasiones y laceraciones producidas en la piel por la cuerda o el arnés. “En estos casos es importante limpiar bien la herida para tratar de prevenir cualquier tipo de infección”, subrayan los especialistas de HLA Montpellier.

Por último, las luxaciones y fracturas, mayoritariamente producidas en los dedos y las muñecas, son las lesiones de mayor gravedad y en algunos casos pueden necesitar cirugía. En estos casos el tiempo de recuperación es más prolongado, precisando rehabilitación durante cuatro o seis semanas antes de que el deportista pueda volver a escalar.


Lesiones en los dedos, las más frecuentes


Durante la escalada los dedos están sometidos a unos vectores de fuerza en forma de tracción y agarre a la roca muy superiores, proporcionalmente, al de otras articulaciones más grandes como el codo o el hombro, que no soportan tanta carga. Una mano no entrenada no está diseñada anatómicamente para soportar tensiones tan extremas. Es por ello por lo que, de las lesiones asociadas a la escalada deportiva, el 41 % sucede en los dedos de la mano y en segundo lugar, el 13 %, en los codos. Esto denota la importancia de esta región anatómica en este deporte. Las lesiones más comunes en los dedos de los escaladores son:

Rotura de la polea A2: Las poleas mantienen a los tendones flexores pegadas a las falanges. La denominada A2, que se encuentra a nivel de la falange proximal, es extremadamente sensible para este deporte y representa, posiblemente, la lesión más típica. Cuando se desgarra la polea A2, hay un chasquido audible en el momento, seguido de dolor en el dedo afecto, conservando la movilidad inicialmente. Si la lesión es completa, se necesita cirugía para repararla. Para lesiones parciales suele bastar la inmovilización.

Rotura del tendón flexor: la lesión de los tendones flexores limita el movimiento de los dedos haciendo imposible cerrar el puño.

Lesión en el ligamento colateral: todas las articulaciones de los dedos poseen en ambos lados el ligamento colateral que le confiere mayor estabilidad. Como durante las maniobras de escalada puede haber movimientos de péndulo con el cuerpo, la torsión forzada del dedo puede lesionarlo produciendo un esguince, una rotura o una avulsión. El tratamiento será la inmovilización con sindactilia en la mayoría de los casos, aunque la cirugía puede ser también una posibilidad.

En cuanto al tratamiento, en la consulta médica se solicitan métodos complementarios de imagen (radiografía, ecografía o resonancia) para evaluar el caso y, a la vista de los resultados, se plantea el tratamiento a seguir. Casi siempre es reposo, crioterapia e inmovilización, más el uso de algún antinflamatorio. Los casos quirúrgicos son necesarios cuando hay roturas completas o cuando la evolución no es favorable.

Tras una lesión y después de la rehabilitación, el escalador debe volver a practicar deporte progresivamente, planificando un entrenamiento a corto o medio plazo.
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