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16 may. 2019 14:00H
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MADRID, 16 (EUROPA PRESS)

Las quemaduras son la tercera causa de muerte por lesiones no intencionadas en menores de 14 años y la segunda en menores de 4 años, según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).

La sociedad ha explicado que las quemaduras representan una de las principales causas de lesiones no intencionadas en la población pediátrica y, además, tienen una repercusión social importante tanto por su potencial mortalidad como por sus posteriores secuelas.

El coordinador del Grupo de trabajo de Dolor de la SEPEAP, el doctor Manrique, ha afirmado que en el momento inmediato posterior al accidente "lo prioritario es contrarrestar los efectos nocivos del agente causal para detener su acción y ello se consigue rápidamente enfriando la quemadura".

Asimismo, 9 de cada 10 casos de quemaduras se producen en el domicilio del niño y son más frecuentes en niños que en niñas. Además, la franja de edad más afectada es entre los 2 y los 4 años, siendo las lesiones más frecuentes en las extremidades superiores, cabeza y cuello.

El motivo de la quemadura más habitual es por escaldadura, al entrar en contacto con un líquido caliente. La abrasión también puede ser por agentes biológicos, animales o plantas; agentes químicos, por contacto con sustancias ácidas o básicas y, los más habituales, por agentes físicos, con quemaduras térmicas, con líquidos, llamas, electricidad, radiación, frío, fricción o inhalación.

Cuando la quemadura sobrepasa el 10 o el 15 por ciento de la superficie corporal total se liberan toxinas y sustancias inflamatorias que pasan al torrente circulatorio y se extienden provocando alteraciones sobre los órganos, pudiendo llegar a provocar el SIRS (síndrome inflamatorio reactivo sistémico).

Para prevenir las quemaduras desde la sociedad recomiendan: limitar la temperatura en los grifos de agua caliente; comprobar la temperatura de la bañera con el codo y no con la mano; remover el agua antes de sumergir al niño; el uso de detectores de humo en las viviendas; el uso de telas ignífugas para la ropa de dormir de los niños; instalar protectores de seguridad en las tomas de corriente; evitar la manipulación de cables, mecheros o fuego en general, delante de los niños o, entre otras cosas, limitar el acceso a la cocina y, siempre que permanezcan ahí, será bajo supervisión.

Del mismo modo, en caso de que se produzca el accidente, los pasos a seguir serían: asegurar la seguridad del entorno; interrumpir el agente causal, extinguiendo las llamas; detener el proceso de quemadura y, envolver al paciente en un paño o una sábana limpia y transportarlo al Centro Sanitario más cercano.

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