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13 mar. 2024 18:41H
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MADRID, 13 (EUROPA PRESS)

Algunos defectos en la red de vasos sanguíneos del sistema nervioso central se han asociado a síntomas iniciales de enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y, ahora, un estudio liderado por la Universidad de Barcelona y el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IBIDELL) revela que la proteína TDP-43 es esencial para formar una red de vasos sanguíneos estable y madura en el sistema nervioso central y mantener la integridad de la barrera hematoencefálica.

Según el trabajo, destacado en la portada de la revista 'JCI Insight', la proteína TDP-43 también es determinante para mantener la integridad de la barrera hematoencefálica, que evita la llegada de tóxicos y patógenos al sistema nervioso central.

La proteína TDP-43 es un factor clave para el funcionamiento del sistema nervioso y la plasticidad neuronal. Es una proteína de unión en el ADN y el ARN que regula la expresión génica y su disfunción se ha asociado a diversos trastornos neurodegenerativos.

Aunque en los últimos años se ha avanzado mucho en la comprensión de las funciones de TDP-43 en las neuronas, todavía no se conocía exactamente su papel en las células endoteliales que integran el sistema circulatorio, la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) y la función vascular.

"El trabajo revela por primera vez que la TDP-43 es esencial para la formación y la estabilidad de los vasos sanguíneos del sistema nervioso central, y para la integridad de la barrera hematoencefálica", detalla el profesor Eloi Montañez, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona y del IDIBELL.

La vascularización del sistema nervioso central y la formación de la barrera hematoencefálica están reguladas por distintas vías de señalización. Por ejemplo, la vía de señalización a través de las integrinas que regula la interacción de las células con la matriz extracelular y la señalización llevada a cabo por el factor de transcripción B-catenina.

En el estudio, se ha descubierto que la deficiencia de la proteína TDP-43 altera la matriz extracelular que envuelve los vasos sanguíneos y reduce la señalización de la B-catenina en las células endoteliales, apunta el investigador. Así, los ratones sin proteína TDP-43 endotelial presentan múltiples hemorragias y degeneración vascular en el cerebro y en la médula espinal.

Los autores también identifican la TDP-43 de las células endoteliales como un factor potencial que contribuye a los defectos vasculares que desencadenan la respuesta inflamatoria observada en pacientes diagnosticados con enfermedades asociadas a la TDP-43.

Algunas alteraciones en los vasos sanguíneos del sistema nervioso central -defectos en la integridad de la barrera hematoencefálica o degeneración de células endoteliales- se asocian a las respuestas inflamatorias e inmunitarias que pueden causar pérdida neuronal. Este proceso de degeneración neuronal es subyacente al origen o a la progresión de diversos trastornos neurológicos como ictus o retinopoatía diabética y algunas enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, la ELA o la LATE.

El trabajo ayudará a conocer mejor los mecanismos moleculares que relacionan los defectos vasculares y la neuroinflamación. Ahora, su objetivo es analizar si los defectos en la función de la proteína TDP-43 en el endotelio de los vasos maduros podrían estar implicados en la ELA o en otras patologías asociadas a TDP-43 a causa del aumento de la permeabilidad vascular o bien de los procesos de inflamación, concluye el investigador Montañez.

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