Castilla y León cuenta con un nuevo modelo de farmacia sanitaria que permitirá a más de cincuenta deceneas de boticas rurales, cuya viabilidad económica se encuentra en una situación de riesgo, salir del atolladero. ¿Cómo? Para ello la Junta ha establecido mediante decreto la obligación a los centros con más de cien camas a disponer de un servicio farmecéutico vinculado al servicio de farmacia hospitalaria de la red pública que sea el de referencia en la zona. En el caso de los centros que no superen el centenar de piltras, deberán tener un depósito de medicamentos asociado a una oficina de farmacia ubicada dentro de la zona farmacéutica.