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SEOR Y SEMNIM PREPARAN UNA GUÍA SOBRE SU USO COMBINADO
El PET y la radioterapia compensan su coste al afinar el diagnóstico y dosificar el tratamiento
Los especialistas critican la excesiva regulación estatal de los radiofármacos

Javier Barbado / Imagen: Pablo Eguizábal. Toledo
Lejos de limitar la prescripción de pruebas de imagen de alta tecnología en la combinación de la tomografía de emisión de positrones y la axial computerizada (PET-TAC) con radioterapia guiada, entre otras opciones de diagnóstico y tratamiento del cáncer, los especialistas abogan por aumentar su rango de indicaciones amparándose en su probada costo-eficiencia. Así se deduce de la sesión que clausuró el viernes el Primer Encuentro sobre la Innovación en Gestión Clínica, foro organizado en Toledo por la Fundación Ad Qualitatem y en el que han colaborado la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), IBA Molecular y Elekta.

Antonio Burgueño, director general de Hospitales de la Comunidad de Madrid, fue la autoridad sanitaria que clausuró el Encuentro, junto con el presidente de Sedisa, Joaquín Estévez (centro), y el director general de Elekta, Eduardo Rodríguez.

La planificación derivada del uso conjunto de esas técnicas de imagen y de tratamiento da pie al retorno de su coste en el propio paciente, que deja de generar otros gastos derivados de pruebas prescindibles y de procedimientos médicos o quirúrgicos evitables.

Andrés Pérez, director general de IBA Molecular; Carlos Sola Sarabia, subdirector de Asistencia Sanitaria de Osakidetza; Ricardo Vázquez Albertino, jefe de Servicio de Medicina Nuclear del Virgen del Rocío de Sevilla; José Luis Carreras, jefe del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Nuclear; y Pilar Alcorta, jefa de Servicio de esta especialidad del Hospital de Álava de Vitoria.

El enfermo solo recibe la solución sanitaria que precisa, sin practicarle incisiones innecesarias o radiarle más de la cuenta, tal como explicó el jefe de Servicio de Medicina Nuclear del Clínico San Carlos de Madrid, José Luis Carreras, quien puso algunos ejemplos de costo-eficiencia derivada del uso médico de la Medicina Nuclear como el “ganglio centinela” en el tumor de mama (su detección topográfica permite, en caso de que revele tejido sano, eludir el 70 por ciento de las linfadenectomías practicadas en esta enfermedad). Asimismo, citó el ahorro en toracotomías en cáncer de pulmón gracias a la precisión del PET, o el ahorro en cirugía de metástasis hepáticas en el tumor de colon. “La Medicina Nuclear no es cara, porque, lo poco que hay, es rentable”, sentenció.

Manuel de la Puente, gerente del Hospital de Fuenlabrada (Madrid), y Pilar Moreno, subdirectora de Servicios Centrales del Hospital La Paz de la capital. En la siguiente fotografía, Ángel Soriano Castrejón, presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear y jefe de Servicio de la especialidad en el Hospital General de Ciudad Real, junto con Antonio Burgueño.

Desde su punto de vista, no cabe duda de que la acción conjunta del PET-TAC conlleva ahorro económico, y, de acuerdo con el presidente del Grupo IMO, José Samblás, otro tanto se puede decir de la tecnología que hoy se aplica en Oncología Médica y Radioterápica, ya que la precisión de aparatos como el Cyberknife (del que solo hay dos disponibles en España, en este sentido un tanto retrasada), y, en general, la radiocirugía guiada, han reducido el daño al tejido sano de los tratamientos en este campo.

Francisco Vázquez, de Elekta; Ángel Soriano Castrejón; Andrés Pérez, director general de IBA Molecular; y Pilar Alcorta.

Antonio Burgueño clausura la jornada en Toledo.

En este sentido, el presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular (Semnin), Ángel Soriano, comunicó al auditorio la publicación, en el plazo de unos dos meses, de una guía sobre el uso coordinado del PET y la radioterapia editada por esta agrupación y por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), y que sigue la estela de artículos recién aparecidos en The New England Journal of Medicina sobre “la costo-eficiencia de los tratamientos con PET-TAC”.

A partir de esta serie creciente de evidencias, varios ponentes criticaron la “hiperregulación” del sector por parte del Estado a partir de la consideración del radiofármaco como un medicamento, cuando –según alertaron– el nombre que recibe es inexacto dado que no producen efectos farmacológicos como tales, sino los derivados de la irradiación tisular. Resulta clave que se los catalogue, en cambio, como un fármaco o medicamento más, sujeto en consecuencia a los controles de esta clase de productos más otros asociados a su condición radiactiva.

En la primera imagen, Ramiro López González, subdirector médico del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y Eduardo Junco, director médico del mismo centro hospitalario. En la fotografía de la dcha., Eduardo Cano Hernández, director médico del Hospital de Mérida, y Demetrio Pérez Civantos, subdirector médico del Hospital Infanta Cristina de Badajoz.

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