No todos los hospitales garantizan una trombectomía mecánica las 24 horas

La terapia del ictus isquémico, accesible según donde se viva
Pedro Vega, jefe del Servicio de Neurorradiología Intervencionista del HUCA.


27 abr. 2016 11:20H
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POR @JAVIERBARBADO
La extracción de un trombo, de tamaño mediano o grande, que obstruye una arteria del cerebro por medio de catéter resuelve el ictus isquémico (como se denomina a tal cuadro) en un 90 por ciento de los casos. Y, sin embargo, no todos los hospitales españoles aseguran la práctica de una trombectomía mecánica ante la aparición de la enfermedad.

No es el caso del Hospital Central Universitario de Asturias (HUCA), que dispone de un Servicio de Neurorradiología Intervencionista las 24 horas todos los días del año, según ha contado a Redacción Médica su máximo responsable, el médico Pedro Vega.

En este centro se ha implementado un protocolo que lleva a cabo el equipo del Servicio, pero en muchas provincias no se dispone de ese tratamiento específico con esas condiciones de acceso y disposición, ha ratificado el especialista.

Cuando un paciente presenta síntomas de ictus (brusca pérdida de fuerza o de sensibilidad en extremidades, torcedura de boca y alteraciones del lenguaje, entre otros) y acude a las urgencias hospitalarias, lo primero que se le hace es una prueba de imagen, un escáner cerebral convencional, para confirmar el diagnóstico y delimitar su naturaleza, que puede ser hemorrágica o isquémica.

En este último caso –siempre según el entrevistado– el tratamiento de elección es la trombectomía porque, en efecto, alcanza ese elevado porcentaje de éxito a la hora de eliminar el coágulo. Cosa distinta es lo que sucede a continuación, es decir, la secuelas clínicas con que se quede el paciente, que dependerán del tiempo que se haya tardado en llevar a cabo la intervención (el máximo admisible es de unas seis horas una vez se produce el episodio).

De acuerdo con los datos dados a conocer por Vega a este periódico, la atención del ictus y de sus secuelas representa un 4 por ciento del gasto sanitario de España, y, además, se revela como la primera causa global de muerte en mujeres y la segunda en la población general. Asimismo, se trata del primer factor de discapacidad en los adultos y la segunda causa de demencia.

“Si no se trata el ictus, a los 30 días de producirse muere el 15 por ciento de los enfermos, y el 50 por ciento de los que sobreviven se quedará con secuelas discapacitantes; además, un tercio de ellos van a padecer nuevos ictus a los cinco años”, ha advertido Vega, quien insiste en la gravedad del problema y en la necesidad de mejorar su resolución con servicios permanentes y atención temprana.

En función del tamaño del trombo –ha matizado, por último– se opta por la administración de fármacos fibrinolíticos para disolverlo y solucionar el problema (tarea que llevan a cabo los neurólogos por lo general), en caso de que sea pequeño, o, como se ha explicado, se procede a su extracción con catéter por vía arterial (trombectomía), que es la que ofrece un 90 por ciento de casos con el coágulo disuelto y la arteria desobstruida. 
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