Carlos Fernández Carballal, jefe de Sección de Cirugía de Columna del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, defiende el valor del abordaje tubular y la descompresión neurológica con microscopio como herramientas clave en la cirugía mínimamente invasiva de columna. Con años de experiencia en estas técnicas, el especialista subraya su utilidad para reducir complicaciones postoperatorias y mejorar la recuperación del paciente.
De hecho, dentro de un curso teórico-práctico del que es director, y que se enmarca en el programa de educación médica que ofrece Cardiva Spine (área de Columna de la división de Traumatología), el especialista ha compartido su conocimiento con cirujanos ortopédicos y neurocirujanos, destacando el creciente interés por implementar estas técnicas en centros hospitalarios.
¿Cuál es su experiencia con el abordaje tubular y la descompresión neurológica con microscopio, y por qué considera oportuno formarse en estas técnicas?
Esta es una técnica con la que tengo experiencia desde hace años. Empezó a raíz de la introducción de técnicas mínimamente invasivas en la cirugía y columna en sustitución de la cirugía tradicional abierta. En ese sentido, este abordaje facilita la realización de técnicas mínimamente invasivas y todas las ventajas que estas técnicas tienen en la cirugía y columna, empezando por la disminución de las incidencias de infección, la disminución de la estancia y el dolor postoperatorio.
Dentro de las distintas maneras que se pueden hacer abordajes mínimamente invasivos, la técnica tubular y la utilización de microcospio facilita la utilización de estas técnicas. Actualmente es fundamental en mi práctica diaria.
¿Cómo ha planteado el curso y qué han podido poner en práctica sobre cadáver?
El curso tenía una primera parte teórica en la que mediante una presentación, le expuse a los asistentes, sobre todo las principales ventajas de este tipo de abordaje, especialmente en dos tipos de pacientes: pacientes en los que se va a realizar una artrodesis y a través de una técnica tubular, esta artrodesis se puede realizar mediante la utilización de tubos y microcospio y luego también, pacientes en los que se va a realizar una descompresión simple (que aunque es una técnica parecida, tiene determinadas modificaciones).
Durante esta exposición teórica expusimos las ventajas e introdujimos varios aspectos que luego desarrollamos más detenidamente en la parte cadáver. En la práctica cadáver desarrollamos lo que habíamos visto en la parte teórica, tanto los dos tipos de abordaje para la realización de una artrodesis mínimamente invasiva y también la utilización de los tornillos de la instrumentación en Viper Prime que ofrece varias ventajas y es una instrumentación que se puede realizar de forma más rápida y más precisa con técnica fluoroscópica y también la descompresión tubular simple que, aunque es una técnica similar, tiene sus particularidades.
En ese sentido, la parte cadáver era fundamental para llevar a la práctica lo que habíamos visto previamente en la exposición teórica.
¿Cuál ha sido el perfil de los asistentes y su interés? ¿Cree que introducirán estas técnicas en sus hospitales?
Los asistentes eran cirujanos ortopedas, había algún neurocirujano, pero sobre todo cirujanos ortopédicos especialistas en cirugía y columna con un amplio bagaje en la realización de técnicas abiertas y que por su formación como cirujanos ortopedas podían estar más acostumbrados a la utilización de la endoscopia y menos a la utilización de microscopio, que es algo más específico que por nuestra formación como neurocirujanos, estamos más habituados.
Hay que destacar la importancia del interés que han puesto los cirujanos ortopedas por salir de su área de confort ya que es algo fundamental para el progreso de las habilidades quirúrgicas y creo que es algo muy valorable y muy elogiable.
Durante el desarrollo del curso, objetivé que tenían un interés importante en aprender este tipo de técnicas porque entre la cirugía abierta y la cirugía endoscópica hay un campo en el que la cirugía tubular puede tener un rol importante y ellos que manejaban los dos tipos de abordajes, querían aprender específicamente esta técnica para solventar las deficiencias de un abordaje a otro.
Yo creo que, en ese sentido, se fueron bastante satisfechos con la formación. Su intención, desde luego, era empezar a implementarla en sus centros, tanto para realización de artrodesis por vía técnica mínimamente invasiva mediante abordaje tubular como para descompresiones simples. En ese sentido, el curso cumplió su labor.
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