El próximo 6 de febrero un "porcentaje significativo" de equipos radiológicos activos no cumplirá con la directiva

La norma europea de radioprotección entra en vigor en una España descuidada
José Urbano, presidente de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (Servei).


18 ene. 2018 9:10H
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POR SANDRA MELGAREJO
Basándose en recomendaciones de la International Commission on Radiological Protection (ICRP), en 2013 se aprobó la directiva europea sobre protección radiológica 2013/59/Euratom, que ampliaba las regulaciones sobre la justificación, optimización y límite de dosis radiológica que recibe tanto la población general como los profesionales expuestos. Los Estados miembros han tenido cinco años para adaptar sus infraestructuras a esta normativa, que entra en vigor definitivamente el próximo 6 de febrero

En nuestro país, este periodo de adaptación ha coincidido con la crisis económica. En consecuencia, aunque reconoce que “la iniciativa es muy buena”, José Urbano, presidente de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (Servei), no cree que la norma sea todavía aplicable de una forma real en España: “Se necesitan recursos e inversión para ajustar los equipos de radiología y crear una cartilla dosimétrica para la población. Hay que hacer una serie de adecuaciones que, en parte, se han llevado a cabo, pero no con todo el rigor necesario”.

Urbano comenta que “las responsabilidades están repartidas entre las distintas administraciones y las gerencias de los hospitales sin que exista consciencia de que el periodo de adaptación ya se ha acabado”. No obstante, asegura que no hay motivos para la alarma ya que la directiva busca mejorar la situación anterior, que era correcta. “Es una normativa encaminada a concienciar a la población de que hacerse un escáner no es absolutamente inocuo y a proteger más a pacientes y trabajadores”, detalla.

Arcos de quirófano, salas de intervencionismo, vigilancia y formación

Según la directiva europea, es obligatorio que todos los equipos de Rx a partir del próximo día 6 de febrero proporcionen una información dosimétrica precisa por cada procedimiento o intervención y que esta información pase automáticamente a la historia clínica del paciente y quede registrada en ella. Los TAC o las salas modernas de intervencionismo (lo que se conoce como alta tecnología) ya tiene por ley desde el momento de su fabricación esta característica. El problema surge con muchos equipos portátiles, especialmente arcos de quirófano y telemandos, aunque también afecta a “un porcentaje significativo” de salas de angiografía, hemodinámica y radiología vascular que no cumplen las especificaciones.

“Por razones asistenciales, logísticas y de presupuesto será imposible que un hospital de un día para otro elimine de golpe todas estas máquinas, ahora ya obsoletas, y compre unas nuevas. Así pues, resulta obvio que en España es imposible cumplir al cien por cien y dentro del plazo establecido esta nueva normativa europea”, indica el presidente de la Servei. “Si los equipos de imagen no tienen un registro dosimétrico que se transfiere automáticamente al PACS (Picture Archiving and Communication System) no servirán”, señala.

De hecho, uno de los objetivos del plan estratégico de la Servei es conocer en qué condiciones están las más de 120 unidades de RVI en las que trabajan los radiólogos vasculares: saber si cumplen la normativa, cuáles son muy viejas, cuántas necesitan una remodelación… Urbano prevé que estos datos, “que la Administración no tiene de forma detallada”, estarán disponibles en un par de meses.

La nueva normativa define las funciones del especialista en Radioprotección o Física Médica encargado de la vigilancia y supervisión de los equipos radiológicos, de la optimización de los protocolos, de la realización de programas de calidad y de la medición de dosis a pacientes y trabajadores. “Esto es interesante porque hay hospitales que todavía no tienen físicos médicos”, indica Urbano.

Los niveles de referencia previamente establecidos sobre la dosis de radiación que se puede aplicar en cada intervención son otra novedad. “Ahora serán obligatorios y, presumiblemente, un doctor, servicio o máquina que no se adapte a estos niveles debería dejar de realizar dicha intervención o bien reciclarse. Este concepto, que es una realidad en Norteamérica, llega por primera vez a España”, explica Urbano. La Servei está activamente implicada en esta misión y, en diciembre de 2016, la revista European Radiology publicó un estudio realizado por miembros de esta sociedad científica que está sirviendo de referencia al resto de países europeos.

Otro punto de la nueva norma que destaca el presidente de la Servei es “el énfasis en la formación específica en radioprotección, que será de inclusión obligatoria en el currículo de Medicina y Odontología.  Respecto a los profesionales expuestos no solo deberán realizar obligatoriamente el curso de segundo nivel en radioprotección sino que deberán cursar formación continuada en radioprotección”.

La aplicación total es “utópica”

Urbano considera que la directiva europea “posiblemente nunca estará implantada al cien por cien” en nuestro país: “Que todos los pacientes tengan una cartilla dosimétrica en regla donde aparezcan los niveles de radiación que reciben en cada prueba es casi utópico”. Lo que sí ve posible es que todos los equipos de los hospitales, sobre todo de los terciarios, se acaben renovando en pocos años.

“Los profesionales, principalmente los que trabajamos a diario con radiaciones, estamos muy concienciados, pero la radioprotección no puede depender solo de nosotros. La Administración y las autoridades sanitarias también tiene que implicarse y ponerse las pilas”, concluye Urbano.
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