Su hallazgo permite controlar la dosis terapéutica para cada paciente



18 feb. 2016 16:34H
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Redacción. Santiago
La ecografía 3D dotada con inteligencia anatómica de Philips permite una detección precoz y fiable de los cambios en la función cardiaca que suceden durante el tratamiento del cáncer y, de ese modo, facilita la toma de decisiones que permite evitar futuros daños cardiacos.

Esto es posible gracias a su reproducibilidad, es decir, la capacidad del sistema para ofrecer el mismo resultado en estudios diferentes con independencia del operador que lleve a cabo el estudio.

Los cardiólogos deben realizar a los pacientes oncológicos un seguimiento periódico de la función cardiaca, debido a la toxicidad de los tratamientos para este órgano; cuando cuentan con tecnologías de cuantificación avanzada, como HeartModel de Philips, es más sencillo advertir pequeños cambios de forma precoz y prevenir futuros problemas.

De ello se tratará en el Curso Cardio-Oncología: de la prevención al tratamiento, que se celebra los próximos 19 y 20 de febrero en Santiago de Compostela a partir de la dirección de José Ramón González, del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, y José Luis López (Hospital La Paz de Madrid) junto con los jefes de Servicio de Oncología Médica (Rafael López) y Hematología (Jose Luis Bello) de Santiago.  

Monitorización de la función ventricular izquierda

En el marco de este curso, Teresa López Fernández, del Servicio de Cardiología del Hospital La Paz de Madrid, realizará el taller Enséñame a medir el strain y la FEVI junto con Amparo Martínez, del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, que tendrá lugar el sábado 20.

Según ha explicado la propia López, “se trata de un  taller orientado a describir el uso de las nuevas técnicas de cuantificación avanzada de función ventricular en la monitorización de los tratamientos oncológicos”.

“El objetivo principal es facilitar el tratamiento del cáncer mediante una monitorización precisa y reproducible de la función ventricular, de modo que podamos detectar precozmente cambios subclínicos en la misma y que, al tratarlos, evitemos la retirada de fármacos oncológicos curativos, así como de eventos cardiovasculares mayores”, ha señalado.

Función ventricular izquierda, una variable fundamental

La función ventricular izquierda es uno de los principales parámetros que miden los cardiólogos para comprobar si el corazón está sufriendo daños a causa de la quimioterapia. Según ha explicado López Fernández, “el parámetro habitual para monitorizar la función ventricular izquierda es la fracción de eyección, usando ecocardiografía bidimensional; sin embargo, esta  técnica tiene  limitaciones con respecto a su reproducibilidad en muchas situaciones”.

“Con este dato se toman decisiones clínicas sobre el tratamiento oncológico, por eso necesitamos una cuantificación más reproducible y, en ese sentido, la cuantificación mediante ecocardiografía tridimensional es actualmente el método recomendado para el seguimiento de pacientes oncológicos”, ha añadido.

“Como el posible daño miocárdico por terapias oncológicas es progresivo, necesitamos un diagnóstico precoz en una fase potencialmente reversible. La cuantificación  mediante ecografía tridimensional ha demostrado ser útil para detectar cambios sutiles en la función cardiaca en una fase precoz, que nos permite ofrecer opciones curativas”, ha zanjado.

Algunos de los problemas cardiacos más frecuentes son el desarrollo de disfunción ventricular izquierda, hipertensión, arritmias y cardiopatía isquémica. Secuelas que para López Fernández serían evitables “si cambiamos nuestra forma de enfocar el manejo de pacientes oncológicos. Los pacientes con cáncer son una población de alto riesgo cardiovascular (el 60 por ciento de los tumores se producen en pacientes mayores de 65 años) y precisa un enfoque multidisciplinar desde unidades de Cardio-Oncología”.

“Resulta necesario realizar un control estricto de los factores de riesgo cardiovascular y una correcta monitorización del tratamiento, ajustada al esquema terapéutico empleado”, ha incidido.

Alto porcentaje de curación si se detecta pronto

El porcentaje de curación de los pacientes a los que se les diagnostica a tiempo un daño cardiaco es muy elevado y los posibles retrasos en el diagnóstico o en el inicio del tratamiento, reducen de forma importante las opciones de mejoría de función ventricular y se asocian con un riesgo elevado de eventos cardiovasculares en el seguimiento.

Por ello, los profesionales de la cardio-Oncología, apuestan por nuevas tecnologías como la ecografía en 3D con inteligencia anatómica que, gracias a su gran reproducibilidad, permiten una mayor claridad en el diagnóstico y un tratamiento precoz con medicamentos que no son especialmente costosos.

“Los resultados de los primeros estudios han demostrado que los fármacos habituales empleados en pacientes con insuficiencia cardiaca (betabloqueantes e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina –IECA–, son eficaces en la prevención de cardiotoxicidad por quimioterapia”, ha concluido López.

Por último, cabe destacar que el nuevo sistema de inteligencia anatómica de Philips permite reducir los tiempos de exploración de un estudio ecocardiográfico, pudiendo así atender a más pacientes en menos tiempo y ayudar a reducir por tanto las listas de espera.
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