Pamplona acogió una edición histórica del Congreso de la Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (Servei), marcada por el relevo presidencial entre José María Abadal y Santiago Méndez, la apuesta por la humanización y la presencia masiva de jóvenes especialistas. La cita reunió a más de 320 asistentes y batió récords de participación, reflejo de la buena salud de la especialidad. Cinco voces clave analizaron en profundidad el momento que vive la radiología vascular intervencionista en España.
El presidente saliente, José María Abadal, calificó su mandato como una etapa “increíble, fructífera y frenética”. Subrayó que se cumplieron los objetivos estratégicos marcados al inicio del mismo y destacó la implicación del equipo de la Junta Directiva. “Hemos sido como caballos de carreras durante estos cuatro años”, resumió.
Sobre la evolución tecnológica, apuntó a dos grandes áreas: el intervencionismo oncológico y el vascular. En el primero, destacó la transición de un “arte manual” hacia sistemas de navegación robótica y software de verificación para procedimientos de ablación. En el segundo, valoró los avances en técnicas de embolización en patología venosa, señalando cómo han reemplazado a la cirugía en muchas indicaciones: “La cirugía ha dado paso a tratamientos mínimamente invasivos como primera opción”.
Para Abadal, “vivimos un momento extraordinario, como ya lo fueron los anteriores, porque la innovación es constante, el avance tecnológico es vertiginoso y cada vez captamos más médicos jóvenes”. Añadió que la integración de la atención clínica y la hospitalización está consolidando una visión más completa del radiólogo intervencionista: “Ya no somos solo técnicos de procedimientos, sino médicos que valoran, tratan y acompañan al paciente”.
Su sucesor, Santiago Méndez, asume la presidencia con la voluntad de continuar la línea estratégica ya trazada por la sociedad desde hace más de 15 años. “Es una responsabilidad importante, pero también un trabajo coral con toda la Junta Directiva y las comisiones científicas, de pacientes y de relación con otras sociedades”, explicó.
Uno de los retos principales, según Méndez, es conseguir el reconocimiento administrativo de la especialidad. “Somos radiólogos con una capacitación específica, pero necesitamos que la administración y la sociedad comprendan qué hacemos, qué enfermedades tratamos y por qué nuestra labor es imprescindible”, defendió.
En cuanto a sus líneas estratégicas, subrayó la colaboración internacional con Cirse, donde España es el cuarto país europeo en número de socios. También remarcó las alianzas con sociedades como las de Nefrología, Medicina de Familia y Oncología Médica, además del impulso a las relaciones con asociaciones de pacientes: “Queremos saber qué necesitan de nosotros, qué esperan. La humanización pasa por escuchar también al paciente”.
Como presidente del Congreso, Íñigo Insausti quiso dar un giro a la organización del evento. “Nuestro objetivo era hacer un congreso más moderno, más cercano y centrado no solo en los procedimientos, sino en la buena selección del paciente y en cómo montar unidades clínicas que integren también a médicos de Atención Primaria”, explicó.
Para Insausti, la clave está en que el radiólogo intervencionista asuma todo el proceso del paciente: consulta, tratamiento y seguimiento. “Si somos solo ejecutores de técnicas, estamos expuestos a que nos dejen de derivar pacientes. Necesitamos una unidad clínica que nos dé estabilidad y proyección”, señaló.
Sobre la asistencia, celebró el récord alcanzado: “La Servei que más había tenido eran unos 235 asistentes y en Pamplona hemos alcanzado 320. Eso habla muy bien de la especialidad, especialmente por la cantidad de gente joven que está apostando por ella”.
Cardiva: "Venimos a entender las prioridades"
Desde el sector empresarial, Javier del Río, director de Cardiva para Cardiología, Intervencionismo y Neurovascular, subrayó la importancia de este congreso por tres motivos: “Venimos a escuchar a los clientes, a entender las nuevas prioridades estratégicas tras el relevo en la presidencia de la Servei y a presentar nuestras tecnologías para ayudar a resolver los retos del día a día en los hospitales”.
Destacó especialmente la acogida del congreso: “Me impresionó la cifra de inscripciones, entre 400 y 500, y el claro relevo generacional que se percibe en la sociedad científica”. Cardiva presentó innovaciones en tres grandes áreas: tecnología para intervencionismo renal con Mozarc, digestivo con BCM y ablación con electroporación, “cuyos resultados a ocho o diez años son espectaculares”.
En esta línea, Ignacio Hernández, especialista clínico de Intervencionismo de Cardiva, reivindicó la importancia de que el médico pueda elegir la técnica de ablación más adecuada a cada caso. “Cada paciente y cada tumor presentan características distintas. Factores como el tamaño, la localización, la vascularización del tumor, las condiciones del paciente y los recursos disponibles influyen directamente en la decisión terapéutica”. A su juicio, poder seleccionar la técnica permite personalizar el tratamiento, maximizar la eficacia, reducir complicaciones y mejorar la experiencia del paciente.
Entre las técnicas que más interés están despertando, mencionó la radiofrecuencia y las microondas por su eficacia y experiencia acumulada, así como la crioablación, “que gana terreno por su buena visibilidad bajo imagen y perfil de menor dolor, especialmente en riñón, hueso y tejidos blandos”. También destacó el papel emergente de la electroporación irreversible, especialmente útil “en tumores cercanos a estructuras críticas como el páncreas o el hígado central, donde se requiere una técnica no térmica y precisa”.
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