Ana Luna Caumel, directora de la Fundación Instituto para la Ingeniería Clínica y Hospitalaria (FICH).
La Ingeniería aplicada al ámbito cínico y hospitalario se asoma a una “revolución” a instancias del
Grupo Empresarial Electromédico (GEE), que acaba de dar impulso a una plataforma destinada a fomentar una
formación ‘integral’ que ponga el foco sobre la innovación, la enseñanza dual y la creación de una comunidad donde estos profesionales puedan tener un punto de encuentro y actualizarse.
Se trata de la
Fundación Instituto para la Ingeniería Clínica y Hospitalaria (FICH), cuya directora,
Ana Luna Caumel, avanza en
Redacción Médica cómo va a ser su despliegue y qué beneficios supondrá para los futuros profesionales.
La Fundación Instituto para la Ingeniería Clínica y Hospitalaria, impulsada por el Grupo Empresarial Electromédico, está llamada a desarrollar una formación integral relacionada con la Ingeniería Clínica y Hospitalaria. ¿Nos puede adelantar su funcionamiento?
Como bien dices, la Fundación Instituto FICH nace
impulsada por el Grupo Empresarial Electromédico y esto marca profundamente nuestra identidad y nuestro funcionamiento. El grupo es líder en el sector de la Electromedicina y la Ingeniería Clínica desde hace 40 años y eso supone que tenemos un conocimiento muy exhaustivo de sus necesidades técnicas y humanas. Esto nos da consistencia a la hora de desarrollar la fundación, que nace con un objetivo muy claro: ser un referente a nivel de formación y, de alguna manera, un observatorio tecnológico para que seamos capaces de anticipar las necesidades formativas.
¿Qué carencias formativas detecta hoy en este ámbito?
Existen muchas, y de ahí que haya nacido la Fundación Instituto FICH. Hay carencias estructurales en los perfiles técnicos y cualificados. No es de ahora, es algo que viene sucediendo desde hace muchos años; la tecnología sanitaria va a un ritmo muy superior al que la capacidad formativa del sistema nos da, y eso produce brechas.
En nuestro caso tenemos tres carencias de perfiles importantes. Una de las principales es la del ingeniero clínico, cuya demanda en el entorno hospitalario está creciendo. ¿Por qué? Porque integra todo lo que tiene que ver con los procesos, la gestión sanitaria y el ciclo de vida del equipamiento electromédico. Por tanto, es un perfil muy polivalente que se hace esencial.
Por otro lado tenemos una falta muy importante de
técnicos de Electromedicina. Si nos basamos en el catálogo nacional de hospitales del Ministerio de Sanidad, tenemos una media de casi 160.000 camas en España; si hiciéramos recuento de cuántos técnicos de Eletromedicina necesitamos, estaríamos hablando de que por cada 50 o 60 camas necesitamos uno. Es decir, necesitamos una media de 3.000 técnicos de Electromedicina, y esto sin entrar en el ámbito de las empresas privadas, de las que hay aproximadamente 2.000 y requieren también de perfiles de este tipo.
Y por último, existe una carencia importante de un espacio estable al que puedan acudir los profesionales que están en activo, personas que quieren seguir evolucionando y creciendo, porque a día de hoy no existe este entorno con programas adecuados a la realidad del sector.
Ana Luna Caumel, directora de la Fundación Instituto para la Ingeniería Clínica y Hospitalaria (FICH).
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¿Cómo pretende la Fundación FICH responder a estas debilidades?
La Fundación Instituto FICH nace precisamente para cubrir ese vacío. Estamos trabajando para dar respuesta a este tipo de problemáticas combinando tres elementos clave: una formación inicial reglada de alta especialización para personas que quieran entrar en este mundo o reciclarse, como el máster de Ingeniería Clínica, el ciclo de Grado Superior de Electromedicina Clínica y certificados de profesionalidad. Por otro lado, estamos actualizando los programas formativos de la mano de hospitales, servicios de salud y expertos del sector. Necesitamos que estas propuestas formativas estén bien aterrizadas en la realidad hospitalaria y por eso necesitamos este tipo de colaboraciones.
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"Buscamos una experiencia auténtica, que el alumno no sea un mero observador y forme parte de un equipo operativo"
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Y por último, tratamos de impulsar un modelo real entre lo que es el entorno educativo y el hospitalario. Buscamos un puente real donde poder ofrecer formación de calidad y que esté 100 por 100 alineada con el día a día del hospital.
La Fundación Instituto FICH declara como finalidad principal contribuir al interés general en los ámbitos educativo y sanitario de la Comunidad de Madrid. ¿Cómo se concreta este objetivo en sus prioridades estratégicas?
Efectivamente, una de las prioridades estratégicas de la Fundación es contribuir al bien común entre el sistema sanitario y el educativo. En España, un 30 por ciento de las empresas que buscan perfiles técnicos cualificados presentan dificultades para encontrarlos porque, comentan, no han tenido contacto real con la realidad hospitalaria. Debemos contribuir a que esto no suceda.
De hecho, hay informes que indican que la formación reglada va a un ritmo muy inferior al avance de la tecnología sanitaria, por lo que ese gap hay que trabajarlo de alguna manera. Y efectivamente hemos detectado que personas que han hecho formación reglada en el ámbito sanitario no han tenido prácticas reales en un entorno hospitalario.
Lo que queremos hacer es, por un lado, actualizar los programas formativos que den un valor real a ingenieros, desde gestores sanitarios a técnicos que están en hospitales. No podemos perder el tren, porque este va muy rápido en nuestro sector y tenemos que ser capaces de anticipar esas necesidades a nivel competencial y pedagógico.
Otro de los puntos en los que estamos trabajando es en aumentar la práctica real, y para eso tenemos a GEE detrás, porque nos permite tener un escenario real para una experiencia única. Al final, estás integrado de forma operativa en un hospital. En este sentido, vamos a impulsar la formación dual porque pensamos que es importante que el aprendizaje se produzca en paralelo a lo que sucede en el entorno hospitalario para que se interiorice de una manera mucho más profunda. Y finalmente, apostamos por crear un espacio estable, una comunidad donde técnicos, ingenieros y profesionales puedan convivir y actualizarse. De formar parte, sobre todo, de esta revolución y de este cambio que se necesita a nivel formativo.
Un instante de la entrevista en el plató de Redacción Médica
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Entre las actividades previstas figura el diseño de programas formativos inclusivos y equitativos para jóvenes y adultos. ¿Qué tipo de perfiles y necesidades formativas son prioritarios para ustedes en este momento?
En la Fundación Instituto FICH hemos definido un mapa de ruta para saber dónde queremos incidir en el corto plazo. Y ya estamos llevando a cabo dos proyectos. El primero es para dar respuesta a esos jóvenes que buscan formarse en un perfil con alta empleabilidad como es el de los técnicos de Electromedicina Clínica. La Fundación es centro autorizado por la Comunidad de Madrid para impartir este grado superior, lo que nos permitirá trabajar en práctica real ahondando en la formación dual.
El segundo proyecto está orientado a la actualización de los programas formativos del sector. Hemos iniciado una etapa de formación que podemos llamar inicial, una especie de ‘onboarding’, para que las personas conozcan los fundamentos de la Ingeniería Clínica y de la Electromedicina. Estamos virtualizando contenido para ofrecer formación online en cualquier momento y desde cualquier dispositivo. Expertos del sector elaboran el contenido, que luego pasa por un equipo de pedagogos que podrán hacer el tratamiento didáctico y el diseño instruccional. Finalmente los producimos en formato multimedia con imagen, vídeo y podcast, para facilitar que el aprendizaje se interiorice.
Vamos a producirlo en un formato multimedia muy atractivo, con mucha imagen, vídeos, podcast… de tal forma que el aprendizaje se interiorice. Y esto va a estar en una plataforma de aprendizaje a la que vamos a poder acceder todos los profesionales del sector. El objetivo es que a lo largo del 2026 podamos ir avanzando en ello ir ofreciendo a todos los profesionales este espacio online.
Luna aboga por trabajar en un modelo educativo basado en el aprendizaje por la experiencia.
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La FICH apuesta por un modelo educativo práctico y competencial basado en talleres, simulaciones y formación dual. ¿Qué impacto esperan que tenga este enfoque en la capacitación de los futuros profesionales del entorno sanitario-tecnológico?
Estamos trabajando con un modelo educativo basado en el aprendizaje por la experiencia, en experimentar, tangibilizar y practicar. En que cada persona que acceda a nuestro centro tenga la oportunidad de trabajar de forma operativa en lo que realmente se va a encontrar el día de mañana en el entorno profesional. Tener al Grupo Empresarial Electromédico detrás es símbolo de poder formarse en el corazón del sector, tanto por la tecnología de última generación como porque nuestro equipo docente, en un 90 por ciento, son profesionales en activo.
Buscamos que haya una experiencia auténtica, que el alumno no sea un mero observador y pase a formar parte de un
equipo operativo con un tutor experto que lo acompañe. Desde el primer minuto entiende qué se espera de él en un hospital, cuál es su función y desarrolla una madurez profesional que le va a permitir tener una competitividad y un plan de carrera muy distinto al de modelos más tradicionales.
La colaboración interinstitucional y la difusión del conocimiento son pilares esenciales para la FICH. ¿Qué alianzas y mecanismos de transferencia consideran más relevantes para reforzar el vínculo entre el sistema educativo y el sanitario en la Comunidad de Madrid?
La Fundación necesita alianzas estratégicas. Somos un ecosistema vivo donde confluyen formación, práctica profesional e innovación y esto pasa por tener entidades que quieran formar parte de esa revolución, hospitales públicos y privados que quieran atraer talento educativas que crean en la práctica real y empresas tecnológicas que quieran impulsar la innovación.
No buscamos colaboraciones puntuales, sino todo lo contrario: alianzas con personas y entidades que quieran construir formaciones adaptadas a lo que necesitamos hoy y a lo que necesitaremos en el futuro. Queremos que la Fundación FICH sea ese espacio que hoy no existe en la Comunidad de Madrid y que actúe como un lugar de referencia para todos los profesionales de la Ingeniería Clínica.
'Somos un ecosistema vivo donde confluyen formación, práctica profesional e innovación'.
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