13 may. 2013 18:10H
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1. Sanidad seguirá ahorrando en farmacia y recursos humanos hasta 2016
-Jesús Sanz, presidente de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería y director de la Clínica Universitaria Odontológica de la Universidad Europea de Madrid: Queda mucho por pasar, 2016 está lejos, y las condiciones estos últimos años para la población en general y los profesionales sanitarios en particular están siendo muy difíciles. Se han reducido las retribuciones salariales, se trabaja más horas, se han quitado pagas extra, ha disminuido la prestación por incapacidad temporal… Algunas de estas medidas podrían haberse tratado en mesas de negociación con los sindicatos, pero no ha sido así, y se ha ido encadenando una medida tras otra. Y en Farmacia, se ha reducido mucho el gasto pero creo que lo peor está por llegar, con una legislación pendiente con más recortes, y mayor copago en productos dietéticos y prótesis.

-Julián Ezquerra, secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid: Los profesionales estamos para trabajar en un sistema sanitario público, sostenible y de calidad. Fuera nos quieren copiar nuestro sistema, y aquí lo queremos destruir. Si se hubiera querido buscar consenso, se habría podido conseguir, sin imposiciones desde los despachos, sin desconocer el origen de estas decisiones, algunas de ellas basadas en la no evidencia. Como ahora hay que reducir los presupuestos, se recorta donde es más fácil: en el descenso de las retribuciones y el aumento de la jornada. No nos dejan participar en las decisiones, las toman quienes luego no deben aplicarlas. Esto está condenado al fracaso.

-Juan Pérez-Miranda, vicerrector de Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco de Vitoria: La crisis dura ya demasiado tiempo, y sanidad la sufre en mayor medida al suponer la parte más importante de los presupuestos de cada comunidad autónoma. Echo de menos la diferencia entre las medidas inmediatas que se adoptan y esta proyección hasta 2016, no hay un planteamiento a medio plazo, no se tiene en cuenta la cronicidad o la educación para la salud. Las decisiones agudas se justifican por la urgencia, pero el problema es que no son momentáneas, sino que se perpetúan. Hay táctica, pero no estrategia; no basta el recorte agudo, aunque se entienda.

2. Las autonomías descartan volver a las peonadas para reducir listas de espera
-Julián Ezquerra: La Administración ha convertido en arma arrojadiza el tema de las mal llamadas peonadas, hacia los médicos y enfermeros que hacían uso de este sistema, que la propia Administración implantó para reducir las listas de espera. Parece que los malos ahora son los sanitarios, que se aprovechaban y cobraban de más. Pero esto ha sido fruto del desorden y la desorganización de los turnos de tarde. Si se suprimen las peonadas volverán a crecer las listas de espera, aunque las autonomías hagan trampas para que les cuadren las cifras. Se ve justificado que se quiten las peonadas, pero lo que se hace es transferir esos fondos hacia los conciertos con el sector privado.

-Juan Pérez-Miranda: El problema de las listas de espera es recurrente, cuando repuntan a causa de los recortes se echa de menos una perspectiva más clínica de este asunto. No se piensa en el paciente y en su enfermedad; qué tipo de paciente se encuentra en esas lista, en qué circunstancias… No se analiza la prevalencia, la epidemiología.

-Jesús Sanz: Estoy en contra de que se utilicen las peonadas como arma arrojadiza contra los profesionales. También hay que señalar que al hablar de peonadas nos encontramos con muchas realidades distintas, incluso dentro de un mismo centro. Y está claro que no son la solución definitiva para reducir las listas de espera, aunque hayan servido para eso y para tapar bolsas de ineficiencia. Los políticos las han utilizado para acercarse a los profesionales. Pero ¿por qué no se hace nada con la eficiencia en bloques quirúrgicos o con el tiempo de ocupación que tienen los quirófanos y el porcentaje de operaciones suspendidas? La jornada de tarde es una oportunidad para rentabilizar las instituciones públicas, aumentar los contratos de profesionales y atender mejor a la población.

3. La sanidad preocupa menos a los ciudadanos
-Juan Pérez-Miranda: Se puede advertir un efecto de agotamiento, de cansancio en la valoración de este asunto. Cuando irrumpe la crisis sí existe esa sensación de intranquilidad entre los ciudadanos, pero ahora no parece que la sanidad se sitúe en esa primera línea de preocupación. También contribuye a ello el hecho de que el paro absorbe todos los demás problemas. Con una población de 46 millones de habitantes, en España solo trabajan 16 millones, ¿cuál es el futuro del país? Parece difícil que la situación con el desempleo mejore.

-Jesús Sanz: Estoy de acuerdo con Juan, e introduciré una apostilla: dentro del problema que se percibe en la sanidad, hay muchos que están relacionados con la situación económica. Además, los tres primeros que reflejan la encuesta del CIS hacen minimizar el de la sanidad. Y un matiz: esta es una encuesta nacional, si se hubiera hecho en Madrid, los resultados sobre la preocupación de la sanidad habrían sido superiores que en otras regiones. Hay problemas comunes, como que el paciente pague más por sus fármacos, pero no todas las comunidades aplican por igual el RD 16/2012.

-Julián Ezquerra: El problema del paro solapa todos los demás, es un auténtico drama, todo el mundo conoce a alguien que se encuentra en esa situación. Y el repunte de los problemas económicos también provoca que la gente se sensibilice sobre ellos, al igual que los casos de corrupción de los últimos meses. Y estoy de acuerdo con Jesús en que las distintas circunstancias que atraviesa la sanidad madrileña harían que la preocupación por la sanidad fuera diferente.

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