El acceso a tratamientos pautados y a toda la información disponible facilita la atención a los pacientes afectados.

Sin historia clínica digital la receta electrónica desaparece a los 10 días
Fernando Lozano, del Hospital Nuestra Señora de Valme de Sevilla.


17 nov. 2016 13:10H
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La posibilidad de tener acceso a una historia clínica digital del paciente para que el médico conozca toda la información sanitaria del mismo, tratamientos pautados incluidos, facilita sobremanera la atención que los profesionales pueden dispensar a los afectados por VIH. Así lo ha defendido Fernando Lázaro, especialista en esta infección del Hospital Nuestra Señora de Valme (Sevilla) en las jornadas organizadas por Gilead para "ir más allá de la indetectabilidad" con el VIH. 

Lázaro ha comentado, respecto a la práctica sanitaria con estos pacientes, que el acceso a la información es clave. La receta electrónica única es un recurso disponible para saber qué tratamientos tiene pautados por las diferentes especialidades en las que ha sido atendido, pero tiene el inconveniente de que a los 10 días se borra. Poder tener una historia clínica digital nos facilitará mucho nuestra labor", ha afirmado. 

El doctor del hospital sevillano ha matizado que actualmente, "más que a VIH, que lo solventamos mirando la carga viral, nos dedicamos a las comorbilidades, y esto plantea nuevos modelos asistenciales".

En su discurso, Lázaro ha explicado que con la evolución de los últimos años, la esperanza de vida se acerca a la de la población general, con una edad media para afectados por VIH de 49,5 años. "En 2030 el 75 por ciento de los pacientes será mayor de 50 años, y la edad trae consigo comorbilidades. La mortalidad por SIDA ha ido descendiendo mientras que ha aumentado la asociada a comorbilidades", ha dicho. 

Rosa Polo y Vicente Estrada en sendos momentos de sus intervenciones. 


Durante su intervención también ha informado de los principales riesgos que tienen los pacientes con VIH respecto a la población general, como mayores tasas de colesterol o hipertensión arterial, riesgo de enfermedades cardiovasculares o renales, e incluso de trastornos neurocognitivos, aunque admite que hay menos tasas de demencia que años atrás.

Además, plantean el problema de la polifarmacia, con diferentes medicamentos para tratar su inmunodeficiencia. De ahí la importancia de actuar sobre los factores de riesgo modificables, como el estilo de vida saludable, la importancia de vigilar las coinfecciones fomentando la vacunación y la necesidad de vigilar la toxicidad de los tratamientos, muy reducida pero aún existente. 

Más propensos a enfermedades coronarias

Precisamente sobre uno de los riesgos asociados a esta infección ha hablado Vicente Estrada, del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que ha explicado que el 40 por ciento de la gente en Europa muere por enfermedades cardiovasculares, y que los pacientes con VIH tienen en todas las franjas de edad entre un 1,5 y 2 veces más de riesgo de padecerlas. 

Los pacientes con VIH presentan comorbilidades que pueden forzar a cambiar los modelos asistenciales



"Pese a tener controlados otros factores de riesgo como son la hipertensión, la diabetes, etc., la opción de morirse por enfermedad cardiovascular va en aumento en infectados por VIH mientras que en la población general disminuye progresivamente", ha señalado. 

Estrada ha añadido también cuáles son los principales factores de riesgo tradicionales para sufrir enfermedades coronarias, entre los que destacan la edad, el tabaquismo, los lípidos plasmáticos, la hipertensión, la función renal, el colesterol LDL o enfermedades como la Hepatitis C y la depresión. 

Envejecimiento temprano

Previamente a la intervención tanto de Lozano como de Estrada, Rosa Polo, coordinadora del Grupo Español de Alteraciones Metabólicas (GEAM) ha inaugurado las jornadas explicando que el envejecimiento de la población afecta también a los pacientes afectados por VIH, en quienes se pone en marcha antes que en la población general. 

"El riesgo de las comorbilidades crece según aumenta la edad de la población. No es que aumenten las enfermedades, pero sí el riesgo de padecerlas, y esto también afecta a la mortalidad: más de tres cuartas partes de afectados se mueren por las enfermedades asociadas, no por SIDA", ha informado. 

Por eso ha afirmado que el objetivo inmediato es mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes con VIH, además de afianzar el conocimiento de las personas que trabajan con el manejo del paciente. 

Vista general del auditorio donde se han desarrollado las jornadas sobre VIH. 


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