La OCDE también llama a introducir el factor de cronicidad del cáncer en los planes estatales de eficiencia económica

Mathias Cormann, Secretario General de la OCDE, que pide a los Estados tener más en cuenta factores sociales de enfermedades en los análisis de impacto económico
Mathias Cormann, Secretario General de la OCDE.


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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierte de la necesidad de tratar de forma diferenciada la morbilidad y la mortalidad en las evaluaciones de impacto de las políticas públicas. En un informe, subraya que esa iniciativa ayudaría a comprender de forma “más precisa” los “beneficios de las intervenciones sanitarias” para, en última instancia, contribuir a un mayor equilibrio económico. La institución también dedica un capítulo al cáncer para insistir, en la misma línea, en que hay que abordar su dimensión de cronicidad y el “pavor” que genera en quienes lo padecen.

El estudio, titulado Valoración del riesgo de mortalidad en la evaluación de políticas, pone de relieve que la mayoría de las situaciones en las que existe riesgo de mortalidad conllevan consecuencias en la morbilidad, ya sea dolor, sufrimiento o pérdida de calidad de vida de los pacientes. Hasta ahora ambas dimensiones se han medido de forma conjunta en análisis económicos, lo que, a juicio de la OCDE, distorsiona los resultados porque no reflejan de forma fiel la experiencia personal de quienes acuden a los sistemas sanitarios.

Por ello recomienda a los gobiernos hacer esa diferenciación en sus evaluaciones de coste-beneficio, especialmente en áreas como la salud pública y la seguridad alimentaria, pero también el medio ambiente, el transporte y la energía.

La cronicidad y el "pavor" al cáncer


Uno de los ejemplos más claros es el cáncer. La OCDE señala que no debe tratarse únicamente como una causa de muerte, sino también como una enfermedad de carácter crónico. “El cáncer implica no sólo riesgo de mortalidad, sino también largos periodos de sufrimiento y efectos persistentes en la salud”, recoge el documento.

En esa línea, el organismo introduce en la ecuación un componente psicológico: el “pavor” que suscita el cáncer y que, de acuerdo al informe, explica por qué, según reflejan encuestas internacionales, hay personas dispuestas a pagar más por evitar el riesgo de cáncer que por prevenir otras enfermedades graves.

Recomendaciones en políticas sanitarias


En sus recomendaciones, la OCDE plantea que los Estados miembro integren de manera sistemática el factor morbilidad en sus análisis de eficiencia económica, además de los componentes de cronicidad y de miedo vinculados al cáncer. Aunque insiste en que no hay datos suficientes para fijar un criterio homogéneo para todos los países, sí sugiere que cada Estado ha de diseñar sus propios mecanismos para reflejar estas particularidades en sus políticas sanitarias.

El informe recuerda que la esperanza de vida sigue aumentando en las principales economías, lo cual se traduce en un aumento de las enfermedades crónicas y, en consecuencia, en una mayor necesidad de políticas que tengan en cuenta tanto los efectos mortales como los no mortales de las patologías. “Las mejoras en la salud no se limitan a prolongar la vida, sino también a garantizar que esas vidas adicionales se vivan con la mayor calidad posible”, concluye la OCDE.
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