Alberto Mateo, médico español residente en Italia, explica cómo se aborda el Covid-19 en el país vecino

"Parte de la población ve las medidas de salud pública como coercitivas"
Alberto Mateo.


11 abr. 2021 12:00H
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Cuando el vallisoletano Alberto Mateo concedió una entrevista a Redacción Médica en 2018, la Salud Pública no tenía la importancia que ha adquirido tras la crisis del coronavirus Covid-19. Entonces, él presidía EuroNet, la Red Europea de Residentes Médicos en Salud Pública y ya destacaba la "fuerte vocación internacional" de la especialidad.

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"Si tuviese una varita mágica me gustaría trabajar para una organización internacional, como la OMS o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), pero intentaré ponerle pasión al trabajo en el que acabe, sea cual sea", admitía entonces el médico. Hoy, sus sueños se han cumplido y trabaja en Italia, en un programa de Epidemiología de campo impulsado por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC). En el último año, todos sus esfuerzos se han centrado en dar respuestas a la pandemia de Covid-19.

Hace dos años trabajabas en Reino Unido y eras presidente de EuroNet, ¿dónde trabaja ahora?

Hace un año y medio empecé el programa de epidemiología de campo (EPIET) organizado por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC). Es un programa que tiene como objetivo formar a profesionales europeos de la salud pública en el campo de epidemiología de campo de enfermedades infecciosas. Hay varios países que ofrecen la posibilidad de desarrollar este programa, y yo lo estoy haciendo en el Istituto Superiore di Sanita', en Roma. Sería el equivalente a trabajar en el Instituto de Salud Carlos III en España. En este año y medio mi trabajo ha sido fundamentalmente en la respuesta al Covid-19.

"No podemos resolver la pandemia de Covid-19 sin un enfoque colectivo"



En aquel momento, la Salud Pública no tenía tanta visibilidad como ahora. ¿Cómo ha afectado la pandemia de Covid al prestigio de la especialidad?

Sí, antes de la pandemia de Covid-19 decías que eras epidemiólogo y a la gente le sonaba a chino. Recuerdo muchas veces cómo intenté explicar que me dedicaba a la salud pública y a pesar de mis mejores esfuerzos la conclusión era: "¿Entonces eres como un médico de familia?".

Hoy, la gente tiene mucho más conocimiento sobre qué significa trabajar en Salud Pública o en Epidemiología. Por un lado, creo que es positivo que la población entienda que existe una especialidad que mira a lo colectivo más que  lo individual, y la importancia que eso tiene. No podemos resolver ni la pandemia ni el resto de los grandes retos de la salud sin un enfoque colectivo que mire a las causas de las causas, y eso sólo se hace desde la salud pública. Por otra parte, sigue existiendo una percepción, en parte de la población, de ver las medidas de salud pública como coercitivas. Un paternalismo innecesario que provoca frustración y enfado. Si bien creo que esta percepción es en parte inevitable debido a la interpretación que existe por una  parte de la sociedad de los derechos fundamentales, creo que podríamos haber hecho más a nivel comunicativo. No sólo en esto, en todos los aspectos. Por ejemplo, veo como un fracaso que después de un año no hayamos sido capaces de hacer entender conceptos como riesgo individual versus riesgo poblacional.

¿Cómo ha vivido la crisis sanitaria?

Está siendo un periodo de contrastes. Por un lado, el más personal, de gran preocupación por la situación tanto en Italia como en España. Además, ha sido un año donde las restricciones, como a todos, me han privado de hacer la vida que tenía antes. En lo profesional, sin embargo, ha sido  un año en el que he tenido la oportunidad de desarrollarme como nunca lo había hecho. A pesar del estrés y la carga de trabajo, estoy involucrado en proyectos y trabajos que tienen más impacto e influencia que cualquier cosa que haya hecho antes (y probablemente que haré en el futuro). Por lo tanto, mientras a la gran mayoría la pandemia sólo ha traído miseria y sufrimiento, a mí me ha dado un poco de todo.


"Ahora la gente conoce más el significado de trabajar en Salud Pública"



¿Qué diferencias existen entre la gestión de la pandemia entre España e Italia?

El efecto y la gestión de la pandemia en ambos países ha sido parecido. Tanto Italia como España han sido de los países más afectados, con un elevado número de casos y fallecidos. En ambos países existe un sistema nacional de salud descentralizado donde las comunidades autónomas (o regiones en Italia) tienen la mayoría de las competencias en materia de salud. Mi impresión es que ambos países han tenido dificultades en adaptar sus servicios territoriales de Salud Pública a la situación, ya que no estaban preparados ni humana ni tecnológicamente. Además, en ambos países existen grandes desigualdades geográficas en cuanto a recursos y gestión de las administraciones sanitarias.

Quizás Italia, a partir de octubre, ha optado por una respuesta más centralizada a nivel político y por medidas más restrictivas que las que percibo existen en la mayor parte de España. Pero, en general, ha habido pocas diferencias en lo fundamental.

¿Cómo es la situación epidemiológica de Italia en estos momentos?

En Italia, en octubre, como  la mayoría de los países europeos, sufrimos una segunda ola de gran magnitud. Tras esa ola, hubo un repunte después de navidad, pero de pequeña magnitud. El problema es que desde finales de septiembre, la incidencia pese a sus subidas y bajadas se ha mantenido consistentemente a un nivel alto, por encima de 50 casos semanales por 100.000 habitantes, que es el umbral sobre el cual consideramos que los servicios de rastreo y salud pública son incapaces de controlar efectivamente la trasmisión.  Hace un mes comenzamos a observar un nuevo repunte de casos, que podría considerarse como una "tercera ola". A día de hoy estamos en fase de descenso, pero la incidencia no está descendiendo a la misma velocidad que aumentaba hace unas semanas y el nivel de ocupación hospitalaria y en UCIs por pacientes con Covid-19 sigue en torno al 40 por ciento, un nivel demasiado alto. Esperamos que siga el descenso y que, con el aumento de la vacunación, se empiece a observar una disminución significativa en la mortalidad por Covid-19.

¿Qué medidas se han aplicado para reducir los contagios?

En Italia se ha optado por una estrategia centralizada a nivel político, aunque concordada con las regiones, en la que se utiliza un sistema de 21 indicadores para decidir las medidas de mitigación que se deben implementar a nivel regional. Cada región es luego libre de poner medidas más restrictivas en áreas locales si así lo requiere la situación epidemiológica. Los 21 indicadores se traducen, después, en un sistema de "colores": rojo, naranja, amarillo o blanco. Por resumir, una región en "rojo" tiene algo parecido a un confinamiento, donde toda actividad comercial no esencial está restringida, así como los movimientos fuera del municipio de residencia. En el otro extremo, el "blanco", la situación es parecida al verano, con pocas restricciones, con los otros dos colores siendo una situación intermedia. A día de hoy en torno al 80 por ciento de la población vive en zonas rojas y nadie en una zona blanca.


"En Italia se perciben las medidas restrictivas de Navidad como efectivas"



¿Se endurecieron las medidas de cara a Semana Santa?

En Italia existe la percepción que las medidas restrictivas que se impusieron en Navidad fueron efectivas en prevenir una nueva ola epidémica que se vio en otros países como España. Por eso el Gobierno ha apostado por una estrategia similar. Durante los días festivos de Pascua el sistema regional se puso en pausa y todo el país fue considerado una "zona roja", limitando las actividades no esenciales y los movimientos de personas.

¿Cree que en España se deberían tomar medidas más drásticas como está haciendo Italia?

Creo que cada país tiene que tomar las medidas que considere más equilibradas y efectivas teniendo en cuanta la situación epidemiológica, pero también social y económica. A pesar de ser países culturalmente parecidos, podría ser poco factible tomar medidas más drásticas en España. No lo sé. Son los políticos los que tienen que decidir, teniendo en cuenta todos los factores y consecuencias, lo que es mejor para cada país, región o localidad. Yo tiendo a confiar en las decisiones que toman, ya que son más informadas que mis opiniones. Mi visión es de epidemiólogo. Creo que nuestra voz tiene que tener un gran peso en las decisiones que se toman en esta pandemia, pero no son la única voz que se tiene que oír, ya que en mucho sentidos es una voz sesgada.

En España se ha establecido un debate en torno al "turismo de borrachera". ¿Se permite en Italia la llegada de turistas los fines de semana?

En Italia, igual que en otros países europeos, existe la misma contradicción. Una persona puede venir desde otro país pero no se permite la movilidad interregional. Ha generado polémica pero ni de lejos al nivel español. Pienso que se debe a dos factores: en primer lugar, la situación política en Madrid y la tensión entre los gobiernos autonómico y nacional ha puesto este debate en el centro mediático. Segundo, pienso que Italia es menos atractiva para ese tipo de turismo que España ya sea porque tiene medidas más restrictivas, ya sea porque históricamente el turismo de "fiesta" siempre ha preferido España que Italia. De todas maneras, en Italia el principal problema es que ha habido un aumento importante de las personas que, huyendo de las restricciones italianas en semana santa, buscan pasarlas fuera (en España principalmente), por eso el gobierno ha impuesto una cuarentena obligatoria de 5 días para quienes vuelvan a Italia hasta el 6 de abril. Una medida claramente disuasoria.


"A partir de abril el objetivo es vacunar más o menos al 1 por ciento de la población al día. Yo soy optimista y pienso que lo lograremos"




¿Cómo se está viviendo allí la campaña de vacunación?

Por un lado existe frustración por no estar al nivel de otros países como Israel, Reino Unido o EEUU. Por otro lado, el nivel de vacunación es tan rápido como permiten la cantidad de vacunas recibidas. Se espera, como en España, que a partir de abril aumente mucho el ritmo y podamos vacunar a la mayor parte de la población adulta antes de verano. A partir de abril el objetivo es vacunar más o menos al 1 por ciento de la población al día. Yo soy optimista y pienso que lo lograremos.

¿Está vacunado?, ¿ha tenido alguna molestia?

No me he vacunado todavía. A pesar de ser médico mi trabajo no es de alto riesgo, ya que no participo en actividades asistenciales. Esperaré mi turno y cuando me toque me vacunaré con gran alegría y con la vacuna que me ofrezcan.

¿Cómo se ha abordado en Italia la posible relación del fármaco de AstraZeneca con la aparición de trombos?

Ha habido, como en otros países, una gran cobertura mediática de estos casos de trombosis, con algunos titulares que personalmente calificaría de alarmista. Además, ha existido caos informativo, con la agencia italiana del fármaco asegurando un día por la mañana que la vacuna era segura, para por la tarde anunciar que se suspendían las administraciones de AstraZeneca. Estoy sorprendido, porque esperaba un mayor impacto negativo en la confianza de la población sobre esta vacuna. Sin embargo, una vez reanudadas las administraciones, el porcentaje de personas que rechaza la vacuna es mucho menor al que esperaba, lo cual me parece una noticia excelente.
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