La ONG explica que mantiene activos 5 proyectos de atención sanitaria en el país

Médicos sin Fronteras aguanta en Afganistán en plena ofensiva talibán
Clínica temporal de MSF para personas desplazadas por los combates cerca de la ciudad de Kunduz.


15 ago. 2021 18:00H
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Los talibanes ya han tomado Kabul. A pesar de esta situación, la ayuda que proporcionan los que todavía permanecen allí no cesa. Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) han afirmado este domingo que sus programas y actividades médicas en los cinco proyectos que tienen en Afganistán siguen adelante. Concretamente, se encuentran trabajando en las ciudades de Herat, Kandahar, Khost, Kunduz y Lashkar Gah.

No obstante, la situación es cada vez más difícil y ello se suma a un país con un "sistema sanitario deficitario", tal y como señalan. En las zonas donde hay combates intensos es muy peligroso salir a la calle, por lo que cuando las personas llegan al hospital ya están muy enfermas.

"Nuestros equipos reportan que el número de pacientes en las salas de urgencias tanto de su centro de tratamiento Covid-19 en Herat, como las de sus clínicas ambulatorias, disminuye a medida que aumenta la violencia", señalan desde MSF.

20 cirugías en un día


Esta misma semana, la ONG alertaba de las dificultades de prestar atención médica a los muertos y heridos por estos enfrentamientos. "La situación en el país se ha deteriorado hasta tal punto que, en algunas ciudades, como Lashkar Gah y Kunduz, las instalaciones médicas se encuentran ya en primera línea del frente", explica Laura Bourjolly, responsable de Asuntos Humanitarios de MSF en Afganistán. "Nuestro personal sigue atendiendo a los pacientes en todos nuestros proyectos, en circunstancias muy complicadas, así que hemos adaptado nuestras actividades médicas para responder a estas graves necesidades", añade.

Asimismo, MSF ha apuntado que en el hospital de Boost (Lashkar Gah), donde prestan apoyo, hace días que se producen intensos combates. El personal médico está trabajando mientras fuera se escuchan bombardeos y ataques con morteros y con misiles. Incluso el pasado lunes, uno de estos artefactos explotó muy cerca de una sala de urgencias, aunque no hubo que lamentar muertes.

"La semana pasada, nuestros equipos en este hospital de Boost trataron a un gran número de heridos de guerra y realizaron 20 cirugías en un solo día. No obstante, muchas personas han huido de la ciudad y en los últimos días hemos visto una reducción significativa del número de pacientes que acuden al hospital para recibir atención”, cuentan los profesionales de Médicos Sin Fronteras.

Oficinas transformadas en Unidad de Traumatología


La gravedad y la violencia de los ataques es tal, que hace un mes que las oficinas de MSF en Afganistán se han convertido en una Unidad de Traumatología improvisada con 25 camas. Fuentes de la ONG informan de que allí se atienden heridos por explosiones, metralla y balas. Solo entre el 1 y el 9 de agosto, se trató a 127 personas, 27 de ellos eran menores de 16 años.

Otra alternativa a la que ha tenido que recurrir la ONG son las consultas a distancia, de hecho, están dando reservas de medicación a algunos enfermos para evitar que crucen el frente. Además, han abierto una clínica temporal en la ciudad de Kandahar para atender a niños y niñas menores de 5 años en el campo de Haji, un asentamiento informal donde viven actualmente 500 desplazados.

Aunque el trabajo de los médicos no cesa, el peligro es cada vez mayor. Por ello, recuerdan a todas las partes del conflicto que "las instalaciones médicas deben ser respetadas".


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