Sede de Naciones Unidas.
El planeta colocará a las
patologías no transmisibles (ENT) y la
salud mental en su hoja de ruta sanitaria. Así, queda reflejado después de que líderes de todo el mundo hayan adoptado la declaración política de Naciones Unidas para combatir sendas problemáticas a través de un enfoque integrado, basado en la asistencia y la promoción de hábitos de vida saludables. Se trata de una resolución apoyada por numerosos países, la cual fue debatida en Nueva York el 25 de septiembre. Una cita en la que
participó la ministra de Sanidad, Mónica García.
El texto es el primero de este tipo que aborda conjuntamente patologías no transmisibles y salud mental, con la misión de
progresar en el control de ambas. Y es que las primeras se cobran 18 millones de vidas de forma prematura, mientras que trastornos como la ansiedad o la depresión afectan a más de 1.000 millones de personas a nivel planetario.
Pese a las diferencias clínicas existentes, los dos grupos de enfermedades
comparten una serie de factores de riesgo que aumentan su prevalencia y empeoran su pronóstico. Muchos de ellos son prevenibles, como es el caso de la mala alimentación, el consumo de tabaco y alcohol, la inactividad física y la contaminación atmosférica. Precisamente, los tres objetivos globales marcados para alcanzar en 2030 están relacionados con estos.
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Se trata del primer texto que aborda de manera conjunta ENT y salud mental
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En concreto, los países intentarán
reducir los fumadores en 150 millones. Además, buscarán incrementar en esta misma cifra el número de pacientes con hipertensión bajo control y las personas con acceso a atención de salud mental.
Para ello, al menos el 80 por ciento de los estados deben de
contar con medidas políticas, normativa, planes nacionales y sistemas de seguimiento relacionados con estos retos sanitarios, mismo porcentaje para los centros de Atención Primaria con acceso a medicamentos esenciales y tecnologías básicas recomendadas para su abordaje. Por otro lado, el 60 por ciento de los países tienen que garantizar la cobertura financiera de los servicios que atienden a pacientes afectados por patologías no transmisibles y trastornos de salud mental.
Compromisos específicos
A su vez, la declaración política suscrita
toca de manera concreta distintos asuntos. Por ejemplo, amplia el tratamiento de las enfermedades no transmisibles, al incluir menciones sobre salud bucal, salud pulmonar, cáncer infantil, patologías hepáticas y renales y enfermedades raras. También incluye una vertiente digital y ambiental, con comentarios sobre la exposición a redes sociales, el tiempo frente a la pantalla o el peligro de la desinformación, pero también recomendaciones sobre la contaminación del aire o el contacto con el plomo o productos químicos de riesgo.
Asimismo, su texto expone la necesidad de
una regulación más precisa sobre los nuevos productos del tabaco, la publicidad de alimentos poco saludables dirigida a menores de edad, el etiquetado frontal de los envases y la eliminación de las grasas trans. También exige un aumento de la financiación dedicada al combate de las mencionadas patologías, ya que no son solo problemas de salud, sino desestabilizadores del desarrollo sostenible y la justicia social.
Normativa estatal
Desde Naciones Unidas esperan que esta declaración se traduzca en
nueva normativa a favor de su abordaje. En el caso de España, programas como la Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el Sistema Nacional de Salud (SNS), la Estrategia en Enfermedades Neurodegenerativas o la Estrategia en Salud Cardiovascular o el Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo funcionan como respuesta a las demandas mencionadas.
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