El Voluntariado Corporativo ha llegado para quedarse

Natalia Rihawi / Las empresas implican cada vez más a sus trabajadores en actividades solidarias. El periodo de recesión económica ha sido un factor que ha contribuido a que el Voluntariado Corporativo pueda convertirse en una herramienta de cohesión, de reputación interna y externa y de mejora del clima organizacional.  

Se llega a esa conclusión tras entrevistar a varios expertos del sector, quienes han asegurado que se trata de un fenómeno que “ha venido para quedarse” y que conlleva ciertas ventajas para las entidades, pero también algunos inconvenientes.

A pesar de que en España el voluntariado de las empresas tiene menos tradición que en otros países, los datos del informe 2013 del Observatorio de Voluntariado Corporativo apuntan a un incremento de la experiencia de las empresas españolas, al tiempo que sigue aumentando el número de entidades que lo incorporan a su estrategia.

Diego Lejarazu, responsable del Proyecto Voluntariado Corporativo en la Fundación Hazloposible, ha destacado que más que una moda se trata de una línea de trabajo que “no ha parado de crecer”. “Nosotros cada día incorporamos una o dos empresas más a nuestro grupo de entidades con las que trabajamos”.

Una opinión que ha apoyado también Juan Ángel Poyatos, director de Voluntare, quien ha señalado que en el año 2011 con la celebración del Año Europeo del Voluntariado “hubo un momento en que fue moda”, pero tres años después se ha consolidado bastante. Se trata de un gran instrumento que tienen las empresas para apoyar en la resolución de los problemas que tiene la sociedad.”

Por su parte, Joan Fontrodona, director del departamento de Ética Empresarial de IESE Business School ha comentado que "es una buena forma para que las empresas empiecen a hacer cosas en temas de responsabilidad social". 

Riesgos y ventajas 

Los expertos coinciden en que la ventaja principal de este fenómeno está en la implicación de los empleados en estas actividades solidarias. Juan Ángel Poyatos ha mencionado datos de un estudio elaborado por su organización, en el que se concluye que los trabajadores que realizan voluntariado tienen un nivel de desarrollo de competencias por encima de quienes no lo hacen. Además, ha subrayado que al realizar acciones solidarias las personas están más motivadas y más contentas con sus empresas, por apoyar a quienes más lo necesitan.

Por otro lado, uno de los inconvenientes destacados es que, a pesar del avance que ha tenido en los últimos años, todavía sigue siendo algo “muy desconocido por las empresas”. Esto, han asegurado los expertos, conlleva a que se promuevan actividades que no tienen ningún tipo de impacto social.

“Es necesaria una coordinación por parte de la empresa para decidir en qué actividades se tiene que implicar”, ha explicado, Joan Fontrodona.

Diego Lejarazu, ha apuntado que otro riesgo es que muchas empresas empiezan un proyecto que se prolonga en el tiempo y luego lo dejan. “Esto genera una pérdida de confianza por parte del empleado”.

Las empresas, un agente más en el voluntariado

La nueva Ley de Voluntariado de la Comunidad de Madrid que sustituye a la anterior del año 1994, hace una mención especial al voluntariado desempeñado por las empresas como una manifestación de la Responsabilidad Social Corporativa y señala el compromiso de potenciarlo ante el avance que este fenómeno ha tenido en los últimos años y su repercusión en la sociedad. 

“Se trata de una realidad que no estaba reflejada en la anterior ley, las empresas no estaban contempladas como una agente más en el voluntariado”, ha apostillado Juan Ángel Poyatos. También, ha recordado que el año pasado el Parlamento Europeo urgió a los estados miembros a que se promoviera el Voluntariado Corporativo en sus países. Esto ha provocado que en España se promueva de manera legal en las comunidades autónomas. “Si no hay una regulación muchas veces se cae en prácticas que no son las más adecuadas”.