Los psiquiatras advierten de que su uso, sin prescripción médica, puede provocar problemas cardiacos o esquizofrenia

Los universitarios se automedican contra el TDAH para mejorar en clase
El director de Psiquiatría Adolescente del Hospital Lenox Hill, Matthew Lorber.


25 oct. 2017 10:00H
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POR REDACCIÓN
Un 29 por ciento de los universitarios estadounidenses creen que los medicamentos para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) mejoran el rendimiento académico aunque no padezcan el trastorno, según un estudio del NYU Langone Medical Center. Un 38 por ciento los consumía pese a que "no estaban seguros" de esa mejora.

Para llevar a cabo la investigación, publicada en Addictive Behaviors, se analizó a 7.300 estudiantes que nunca habían sido diagnosticados con TDAH. En general, los participantes que creían que los fármacos mejoran el rendimiento académico tenían 2,5 veces más probabilidades de acabar abusando de ellos. Los trabajos previos no habían encontrado evidencias científicas de que sirvieran de ayuda para aquellos que no tengan el trastorno.

Estos medicamentos se conocen como estimulantes porque aumentan los niveles de dopamina y norepinefrina en el cerebro y son esenciales para la actividad de pensamiento y atención en el cerebro. También ayudan a mejorar la capacidad para prestar más atención, trabajar y aprender. Los alumnos lo consumen para estar despiertos durante más tiempo y concentrarse con más intensidad en los estudios.

Sin embargo, los especialistas advierten de que su abuso es perjudicial para el cuerpo sin prescripción médica, ya que puede aumentar el riesgo de problemas cardiacos, presión arterial alta, ansiedad anormal, insomnio, alucinaciones e incluso provocar esquizofrenia.

"Hay que advertir de los riesgos a los estudiantes"

De hecho, según el director de Psiquiatría Adolescente del Hospital Lenox Hill, Matthew Lorber, "es necesario advertir de los riesgos de estos medicamentos a los jóvenes que no padecen TDAH". A su vez, asegura que "el abuso de los estimulantes es un problema común no solo entre los estudiantes universitarios, sino también entre los de secundaria". Por ello, anima a los padres a que "guarden los medicamentos. Esto limitará las probabilidades de que su hijo comparta los fármacos con sus amigos", Además, es fundamental que los progenitores "hablen con sus hijos sobre los peligros de su abuso, igual que lo harían respecto al alcohol o las drogas ilegales".
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