Francisco Ferre, jefe de Servicio de Psiquiatría del Adulto y codirector del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Gregorio Marañón
La irrupción masiva de redes sociales, videojuegos y, en general, de pantallas ha dado lugar a nuevas formas de dependencia que hace una década apenas existían. Se trata de un nuevo escenario, una "nueva realidad", dice Francisco Ferre, jefe de Servicio de Psiquiatría del Adulto y codirector del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Gregorio Marañón. Ahora, esta especialidad se enfrenta al
desafío de tratar problemas de adicción en el entorno digital que afecta a jóvenes y adultos y, para ello, tiene que renovarse si quiere explorar nuevas formas de abordaje y diagnóstico. Aquí, es clave la
mirada de los jóvenes MIR, nativos digitales, que aportan "un valor añadido y una mirada diferente" a la Psiquiatría.
Ellos están familiarizados con el ecosistema online y desempeñan un papel relevante por la cercanía generacional a los pacientes jóvenes con adicción a las pantallas y por su propio conocimieto de plataformas y videojuegos, que les permite comprender mejor los síntomas de la adicción y, además,
comunicarse en el mismo lenguaje con el paciente, de forma que, según el facultativo, "pueden contactar mucho mejor con alguien que tiene este problema".
Transferencia generacional inversa
“No es lo mismo que un señor de mi edad se siente con un chico a hablar sobre el
Call of Duty a que lo haga un joven MIR" que sabe lo que supone esa experiencia digital. Estos nuevos profesionales aportan una "mirada diferente" que
puede marcar la diferencia en la relación terapéutica y "es muy importante que conozcan al dedillo el sector", señala Ferre. Los jóvenes MIR pueden establecer un tipo de conexión diferente, más empática, y enriquecer los modelos de intervención porque han convivido con las mismas redes sociales y videojuegos desde que nacieron. Entienden, por lo tanto, los mecanismos que generan esa adicción.
"No es lo mismo que un señor de mi edad se siente con un chico a hablar sobre el Call of Duty a que lo haga un joven MIR"
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En este contexto, también se pone sobre la mesa un
fenómeno de transferencia generacional de conocimiento inversa, es decir, son los jóvenes MIR quienes están enseñando a los profesionales sanitarios de generaciones anteriores cómo funciona el entorno digital y cuáles son los nuevos riesgos que van apareciendo, como por ejemplo
un algoritmo mucho más agresivo en redes sociales. "Sí que hay jóvenes que están llevando a cabo ese traspaso de saberes", asegura Ferre.
Figura del paciente experto
Pero en este proceso de cambio también está ganando terreno la
figura del 'paciente experto'. Ferre explica que la intención del Centro para Prevención, Tratamiento e Investigación en trastorno por juego y otras adicciones comportamentales (AdCom) del Gregorio Marañón es buscar este perfil de paciente, ya que son personas que han superado una adicción digital y pueden
ayudar a otros pacientes que están sufriendo lo mismo a través de su experiencia. En el AdCom, cuenta Ferre, “queremos que un expaciente que lo sabe todo sobre videojuegos, uno de los chicos más listos que hemos tenido, pueda hacer de paciente experto y que explique a otros compañeros del centro cómo estuvo él y que se puede salir" .
Ferre recuerda, además, que la adicción digital no es solo cosa de jóvenes y adolescentes, porque en el AdCom atienden a muchas personas enganchadas a las pantallas que tienen "30 o incluso 40 años". Por eso, subraya la importancia de mantener un equilibrio: “Reivindicamos siempre lo presencial. Las relaciones cara a cara, el deporte, el contacto físico, siguen siendo insustituibles para una salud mental plena. El mundo online puede complementar, pero nunca sustituir la experiencia humana directa”.
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