Interrumpe la maduración del tejido nervioso

El exceso de grasas daña el cerebro adolescente en solo cuatro semanas
Un estudio en ratones, extrapolable a humanos, prueba el efecto nocivo de las grasas en la maduración del cerebro.


21 nov. 2016 13:00H
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POR REDACCIÓN
Una dieta demasiado rica en grasas durante la etapa clave de la vida, la infanto-adolescencia, altera el desarrollo normal de la corteza prefontal, la parte del cerebro más evolucionada en los mamíferos, en especial en el ser humano.

Y lo hace, además, en apenas cuatro semanas de consumo regular de esa clase de comida.

Se sospechaba esta relación entre anomalías de esa región del cerebro manifestadas en la conducta del adolescente y factores como la alimentación. Pero no se había probado hasta la fecha una relación causa-efecto inequívoca entre lo que se ingiere a diario y la maduración del sistema nervioso, y menos todavía en un margen de tiempo tan reducido.

Por el momento se ha demostrado solamente en animales, en concreto en ratas de laboratorio, pero todo apunta a que el resultado sea extrapolable al ser humano, habida cuenta de lo recogido en la literatura clínica al respecto.

De acuerdo con Urs Meyer, jefe del Laboratorio de Fisiología y Comportamiento en el Instituto Federal de Tecnología de Suiza (ETH) en Zúrich, “al igual que en los humanos, la corteza prefrontal en ratones madura durante la adolescencia”, de modo que las funciones ejecutivas atribuidas a esta área se muestran similares a las de las personas.

Estructura idéntica en ratas y en humanos

De hecho, las estructuras neuronales vulnerables a la dieta excesiva en grasas son idénticas en ratas y en humanos. Para demostrar el efecto nocivo, en personas, de un consumo muy elevado de grasas, el estudio exageró el contenido dietético de éstas en los ratones de laboratorio (se les suministraron nutrientes de manera que un 60 por ciento de las calorías ingeridas contenía grasas), una cantidad que muy pocos adolescentes llega a consumir a diario.

De este modo se demostró con claridad meridiana el efecto de la comida rica en grasas en la maduración del cerebro, no precisamente beneficioso. Los resultados de la investigación se dan a conocer en la revista médica Molecular Psychiatry en un artículo recién publicado.
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