El invierno supone un esfuerzo extra para los ojos.
Con la llegada del invierno y el aumento de desplazamientos hacia destinos de frío, montaña o nieve,
Miranza, grupo líder en Oftalmología con 40 centros en España, Portugal y Andorra, recuerdan que las condiciones propias de esta época del año pueden ejercer una
demanda extra sobre los ojos.
En este contexto,
Miguel Ruiz, oftalmólogo en los centros de Miranza en San Sebastián y Vitoria, destaca la importancia de
prestar atención a la salud ocular antes y durante los desplazamientos propios de estas fechas festivas.
Factores que afectan a la salud ocular en época de frío
El reflejo de la luz solar sobre la nieve es uno de los
principales factores de riesgo en esta época, ya que multiplica la exposición a la radiación ultravioleta y del espectro visible y puede producir molestias o alteraciones en la superficie ocular, como queratitis, si no se utilizan gafas adecuadas. A ello se suman los
cambios bruscos de temperatura entre interiores y el aire frío exterior y el uso prolongado de la
calefacción, que favorecen la sequedad ocular y la sensación de irritación.
En los viajes de esquí, frecuentes durante esta época del año, los especialistas recomiendan
aumentar la hidratación ocular regular con lágrimas artificiales y el uso de gafas de esquí específicas, diseñadas para
bloquear la radiación ultravioleta (UV) y reducir los reflejos laterales. Estas gafas, además de bloquear de la radiación UV, deben ofrecer protección de Categoría 4, la máxima en la escala de protección de la luz del espectro visible. Así, es posible conseguir una protección más completa frente a las condiciones de alta luminosidad que se dan en entornos nevados y ayudar a evitar molestias o lesiones derivadas de la exposición intensa a la luz.
El especialista afirma que “en la nieve, la radiación ultravioleta y del espectro visible llega al ojo prácticamente por todas las direcciones. Sin una protección adecuada,
la córnea puede irritarse o incluso quemarse en pocas horas. Muchas de las molestias oculares que aparecen al final de una jornada son debidas a una respuesta del ojo a ese exceso de luz”.
Además de la protección frente a este exceso de radiación lumínica, los especialistas recuerdan que la visibilidad también puede verse comprometida por fenómenos meteorológicos habituales en invierno, como la niebla, la nieve o los cambios bruscos de luminosidad. En estos casos, contar con una graduación actualizada resulta esencial para
evitar forzar la vista y mejorar la percepción de contrastes en ambientes de baja luz.
Aparición de complicaciones oculares
Durante esta época de frio,
Óscar Gris, especialista en
IMO Grupo Miranza, explica que se debe prestar mayor atención a síntomas como el enrojecimiento ocular, la sensibilidad a la luz, el lagrimeo, la visión borrosa o la sensación de un cuerpo extraño en el ojo. Estas señales pueden ser indicios de complicaciones oculares como la
pinguécula (protuberancia que crece en la conjuntiva, membrana que recubre la parte blanca del ojo), el
pterigión (crecimiento de la conjuntiva invadiendo la córnea), la
fotoqueratitis, el ojo seco y la catarata.
Por ello, el oftalmólogo insiste en la importancia de realizar
revisiones al menos una vez al año especialmente en personas que practiquen deportes en entornos de alta exposición ambiental.
Con estas medidas, Gris recuerda que es posible disfrutar de las escapadas invernales y de las actividades en la nieve con total comodidad y seguridad visual. Una protección adecuada y un
seguimiento regular de la salud ocular permiten prevenir molestias y reducir el riesgo de lesiones, garantizando que la experiencia en esta época festiva y llena de escapadas sea tan agradable como segura.
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